Siguiendo el patrón del día anterior, el viernes por la mañana también hubo caracterización por parte del estudio Your make up y se mostraron los cortos a competición dirigidos al público juvenil. La cuarta tanda contuvo obras como Hada, Ultimatum, Dji death sails o The fantastic love of Beeboy and Flower girl. Pese a que ninguna terminó llevándose algún premio, fue una entretenida sesión para atraer a adolescentes a las demás proyecciones. Por la tarde se mostró el documental The Simon’s jigsaw. Un viaje al universo de Juan Piquer Simón (Luis Esquinas, 2015). Con dos horas de duración, la película repasó prácticamente toda la carrera del guionista, productor y director a través de sus compañeros de trabajo y sus más fieles admiradores. De nuevo, Cryptshow rindió homenaje a un pionero del fantástico y el terror nacional reivindicando y recordando su trabajo.
La quinta entrega de cortos a competición empezó yendo al grano con una sesión de gore gracias a 3 wise monkeys, relato con una niña caprichosa como protagonista pero con una desconcertante descontextualización de los populares tres monos sabios. También contuvo Who’s in the fridge?, que jugó con el metalenguaje del cine para justificar una aparente locura y entretener al público de manera sencilla; We can’t live without cosmos, una divertida, tierna y honesta apología de la amistad, protagonizada por dos astronautas, que obtuvo el merecido premio a la Mejor animación; y Pesanta, que con la parálisis del sueño como tema principal, logró una ambientación sobrecogedora gracias a su fotografía y efectos especiales, aunque demasiada información irrelevante rellenara la obra para terminar con una sencilla conclusión.
Probablemente, la sexta proyección de obras cortas fue una de las mejores, pues tuvo bastantes piezas que ofrecieron variedad y calidad y recibieron ovaciones. Dinner for few representó, mediante animales animados, el ciclo clasista en el cual llevamos décadas atrapados; The disappearance of Willie Bingham comenzó como un tratado sobre el castigo, la reinserción y la pena de muerte, y aunque finalmente no fue todo lo arriesgado que apuntaba ser, merece ser tenido en cuenta dado el debate que puede abrir; L’appel se llevó el premio a la Mejor banda sonora por lograr una extraña atmósfera en una sencilla historia con tintes lovecraftianos como el autoengaño y la simbología del mar; el ganador de premio al Mejor guión, May day, narró un accidente de avión desde varios puntos de vista, centrándose en el de un psicópata y su muy, muy agitada mente; y El modelo de Pickman recibió una Mención especial del jurado, pues atreviéndose a adaptar directamente a Lovecraft, con una animación entre el stop-motion y lo generado por ordenador, consiguió retratar fielmente al autor.
Bien entrada la noche, los asistentes fueron invitados al restaurante Can Frai, donde en ediciones anteriores se celebraba la mítica batalla de programadores de festivales. En esta ocasión, parte del grupo The OST’s se encargó de llevar a cabo un concurso de bandas sonoras. El público, por parejas, tuvo que adivinar numerosas melodías y canciones de varios títulos de la pequeña y la gran pantalla (desde Deliverance hasta Gremlins, pasando por Power Rangers y The Pick of Destiny). Aderezada con cerveza y ginebra, la velada estuvo plagada de cánticos, abucheos y riñas amistosas. Una vez más, la guinda final del día caracterizó a Cryptshow como un evento muy especial, divertido y realmente amistoso.