Cryptshow días 4 y 5

DÍA 4 - BRUJAS, FANTASMAS Y OSOS NEGROS AMERICANOS


Toda la mañana del penúltimo día del festival estuvo dedicada a la literatura. Primero, en el Espai Betúlia, se presentaron varios libros publicados por responsables y colaboradores de Cryptshow. El pequeño gran libro 10 relats ecofuturistes recopila obras de diversos autores, cumpliendo con la entrega anual que el festival lleva años acometiendo y que, desde el año pasado, está vinculada al tema principal de cada edición. Tras las presentaciones, en la cooperativa Cor de Marina se hizo el ya clásico vermut postliterario.


A media tarde se pudieron ver la séptima y la octava proyección de cortos a competición. Destacaron L’ours noir, manual muy educativo y muy cómico acerca de cómo reaccionar antes la presencia de un oso negro americano que se llevó la Mención del público, muy probablemente por todas las carcajadas que desató; You will fall again, que mediante danza contemporánea y una estética cargada de fuerza difundió un mensaje pesimista que obtuvo el premio al Mejor director; Arcana, excelente pieza sobre brujería que acertó en prácticamente todas las áreas, pero destacando más en algunas y llevándose los premios a Mejor actriz, Mejores efectos especiales y el premio Sierra Circular al Mejor cortometraje; y MeTube 2, secuela del que ya recibió buena acogida dos años atrás, y que volvió a cerrar la sección de cortos a competición con una buena dosis de a capela, electrónic, excentricismo y una imagen que mereció el premio a los Mejores efectos visuales.



Después de un descanso para recuperar fuerzas, la noche del sábado se cerró con una doble proyección de largos. Primero, la antología Southbound (Roxanne Benjamin, David Bruckner, Patrick Horvath, Radio Silence, 2015), que, a través de las largas y eternas carreteras del sur de Estados Unidos, narró diversos relatos pobremente relacionados entre sí. Del mismo modo que otras películas del mismo estilo, el dinamismo al ir cambiando de personajes y escenarios hizo del visionado algo entretenido, pese a que no fuera muy distinto a ver un cortometraje tras otro. Después, por cortesía de las Nits de cinema oriental de Vic, se vió Pee-mak (Banjong Pisanthanaku, 2013). Se presentó con un divertido baile la película tailandesa más taquillera de la historia, que plantea una clásica historia de fantasmas originaria de dicho país. El aliciente llega cuando al terror se le añaden varios niveles de comedia, desde la ingenua y amorosa hasta la absurda y metalingüística. Con un final alargado pero dotado de un discurso optimista, la obra dejó a los asistentes con una sonrisa de oreja a oreja.


DÍA 5 - JOSEP MARIA BEÀ


El último día estuvo ocupado por toda la gala de clausura, la cual contuvo una rica variedad inusual. Primero, se proyectó la miniserie de YouTube Zero, que pese a comenzar con una premisa interesante (a ratos empieza a haber menos gravedad) terminó convirtiéndose en algo horrible debido a un mensaje excesivamente cristiano y pseudocientífico. Después, Josep Maria Beà, autor, ilustrador y novelista, recibió el premio Sierra Circular Honorífico. Fue el protagonista de una charla llena de divertidas y curiosas anécdotas relacionadas con el mundo del cine, la pintura y el cómic. Tras una peculiar y movidita entrega de premios, al jurado se le incorporó todo el equipo de Cryptshow, junto con invitados y colaboradores, para plasmar en una fotografía el cierre de una estupenda edición. Finalmente, como cierre, se proyectó Southern comfort (Walter Hill, 1981). La película sirvió como retrospectiva a un estilo tristemente olvidado. Las inevitables y odiosas comparaciones con Deliverance hicieron del visionado algo ligeramente tedioso hasta llegar a su intensa y violenta conclusión.



Cryptshow ha cumplido diez años, pero nada tiene que envidiarle a sus hermanos mayores: la combinación de géneros y estilos, de medios para narrar, además del ambiente acogedor y sobrecogedor que se respira durante sólo cinco días, hacen del festival una cita obligada para toda aquella persona que aprecie y valore el arte y el entretenimiento en todas sus formas. Pero, sobre todo, sirve como recordatorio de que nuestros temores, desde el más inverosímil hasta aquel que nos puede acechar cada día, deben y pueden ser afrontados.


¡Larga vida al fantástico y al terror!



Por Iban Granero del Rio