Primera parte de la crónica del Cryptshow 2017


DÍA 1 - INTRODUCCIÓN DE HIERRO


El proyecto del músico Agustí Busóm abrió el festival por tercera vez consecutiva. Tras las proyecciones de “Körkarlen (La carreta fantasma)” y “Aelita” con acompañamiento musical en directo, este año tocó el clásico steampunk “Tetsuo”. Ver este título underground en pantalla grande, esperanza abandonada desde hace años, fue una gozada. La película aborda una serie de temas, revolucionarios y sexuales, necesarios para romper tabúes que se siguen manteniendo socialmente desde hace décadas. Conservando la potente banda sonora original de Chu Ishikawa, Busóm arrastró al público a un universo de hierro a través de escenografía, vestuario, humo y sonidos metálicos.


Fue una decisión arriesgada y delicada de ejecutar. Algunas escenas carecieron de acompañamiento musical y las más estridentes fueron potenciadas a través de percusión, guitarras e instrumentos de viento. El problema llegaba cuando, mientras que en ocasiones la música original y la tocada en directo se sumaban, en otros momentos se notaba una discordancia entre la composición de Ishikawa y la del grupo de Busom. Aun así, la experiencia “Tetsuo project” dejó aturdidas, sacudidas y satisfechas a las personas asistentes, marcando un inicio de festival que garantizó la vuelta al día siguiente de quienes habían presenciado algo especial, algo diferente.



La ración ociosa post-proyecciones del día fue un quiz de cine, en un bar de la zona, orquestado por Stefan Kopka. Las asistentes demostraron su gran conocimiento del género fantástico y de terror, adivinando nombres de personajes, deduciendo títulos a través de enigmas o sonidos y acertando el número de humanos muertos en la Nostromo.


DÍA 2 - ESTADOS ALTERADOS


Tres tandas de cortometrajes a competición y la retrospectiva de un largo fueron las principales atracciones del segundo día. La primera sesión fue dirigida a un público infantil. Todo un detalle el no olvidar que las más pequeñas tienen que conocer el terror y la fantasía de la mejor forma posible, para así aprender su utilidad tanto como entretenimiento y evasión como medio para educar, aprender y conocer. Dentro de dicha sesión se proyectó “The Legend of the Crabe-Phare”, que finalmente obtuvo el Premio del público.


La proyección de “Altered states (Viaje alucinante al fondo de la mente)” definió el tema de esta edición del festival. Asistimos a la búsqueda por parte de un científico de la Verdad absoluta. La terrorífica respuesta llega tras varios diálogos, visiones y viajes con algunas sustancias o drogas, e incluso sin ellas. La reacción de los protagonistas pudo sorprender al público por el trato del infame tema recurrente de “la fuerza del amor”. Pues, actualmente, la cartelera está plagada de películas de pseudo ciencia-ficción que afirman cómo el amor está por encima de toda fuerza física, anulando demás valores o sentimientos. Todo esto sin argumentación alguna e incluso haciendo apología al egoísmo. “Altered states” nos recordó cómo el cine fantástico pudo y puede, de manera coherente, tener un discurso sólido sobre el amor sin caer en lo ridículo y recordando que lo que cuenta es la suma de un todo.

  


Durante el resto de la tarde se proyectaron la segunda y la tercera tanda de cortos. Destacaron positivamente los siguientes: “The procedure”, uno de los pocos gags que pudimos ver durante todo el festival. Surreal y, más importante, breve, amenizó las largas sesiones de obras de larga duración. “Made in Spain”, realizado mediante animación stop-motion, compiló varios de los tópicos nacionales que nos están hundiendo lentamente. Y “The crossing”, una sencilla historia de terror fantástico localizada en un paso por debajo de una carretera.


Por otro lado, en “Garden party”, que ganó como Mejor animación, contemplamos como numerosas ranas y sapos modelados por ordenador disfrutan en un escenario misterioso. Pese a la calidad de las recreaciones en tres dimensiones, el corto se hizo largo para ser un mero chiste. También pudimos ver “Cuerno de hueso”, que se llevó el premio a la Mejor banda sonora. Pese a su bien lograda ambientación, durante sus veinte minutos de duración fuimos testigos de una serie de tópicos narrativos como posponer la revelación de información relevante en más de una ocasión. Peor todavía, la obra se acerca de refilón a temas como el suicidio o la violación de menores y los trata de manera muy irresponsable.


 

Lamentablemente, la necroantología de poesia en el Cementeri de Sant Crist tuvo que anularse por motivos familiares. Sin embargo, se nos confirmó que tendría lugar en la edición del año que viene.



Por Iban Granero del Rio