Cryptshow 2018 Segunda parte


El segundo fin de semana de este Cryptshow 2018 ha estado cargadito de contenido. Además de las siete sesiones oficiales con cuarenta cortometrajes a competición, las asistentes pudieron disfrutar del recital de poesía en el cementerio, el vermut literario y la noche asiática.


El viernes 6 tuvo programación desde por la mañana hasta medianoche. La primera sesión oficial de cortos fue una selección para el público juvenil. En ésta se proyectó la obra “Even horizon”, que obtuvo el premio Mejor fotografía. Además, las adolescentes pudieron disfrutar de un taller de maquillaje de efectos especiales y caracterización de la mano de Your make up Studio. Tras el mediodía, las sesiones 2, 3 y 4 se proyectaron de manera casi consecutiva. El Círcol se llenó de fantasía, terror y ciencia-ficción a través de obras de imagen real y animación.



Destacamos ‘’Et le diable rit avec moi’’, en el cual un solitario amargado se debate entre creer que la gente dejará de reírse de él utilizándole o que el Diablo tiene razón y realmente quiere ayudarle. “The blue door”, donde su protagonista nos trasmitió su terror sin una sola palabra y por ello su intérprete, Gemma Whelan, ganó el premio Mejor actriz. “Bendito Machine VI - Carry on”, ganador del premio Mejor animación. Y “Alleycats”, obra de animación producida en España, protagonizada por animales antropomórficos, con el mensaje de que la venganza sólo produce más sufrimiento.


Entrada la noche cambiamos de localización para ir, tal y como ya hicimos dos años atrás, al Cementiri del Sant Crist. Un camino de velas nos condujo hasta el centro del lugar, donde una vez sentadas y en casi total silencio comenzó el recital. Núria Martínez-Vernis y Martí Sales recitaron sus poemas. A diferencia de la anterior ocasión, en ésta se sustituyó la poesía gótica de época por la contemporánea de les propios autores. Algo que desentonó ligeramente con la ambientación esperada pero que claramente satisfizo a parte del público.



El sábado 7 comenzó con el vermut literario, donde varios escritores y editores presentaron sus ensayos, novelas y fanzines. Diego López, Guillermo Triguero, Lluís Rueda, Sergio Colmenar, Viktor Lamb y Miguel Ángel Toro protagonizaron el evento en el Espai Betúlia. Por la tarde, se proyectaron las sesiones 5, 6 y 7 de cortos a competición, además del anuncio del palmarés.


Entre las obras proyectadas, sobre todo en la última sesión, se encontraron varias de las premiadas. “Comme tous les matins” ganó el premio Mejor efectos especiales, gracias a los cuales la sala pudo ver tanto un pene partido por la mitad como el problema en sí solucionado con bridas. “Who’s who in mycology” recibió dos, el premio Mejor guión y una mención especial a la mejor dirección de arte. La obra recordó al mejor Jean-Pierre Jeunet pese a su confuso argumento. “Hybrids”, pieza realizada completamente por ordenador, se llevó el premio Mejor efectos visuales. En esta, se nos mostró a diversas especies submarinas afectadas por la huella de nuestra especie en el planeta.



Y finalmente, “Baghead”, la gran triunfadora de esta edición, pues obtuvo tres galardones: el premio Mejor director, el premio del Público y el XII Premio Serra Circular. Fue uno de los cortos que más destacaron por encima de la media, gracias a su carácter de relato corto de terror y sus giros de guión. Pese a ello, también fue notable un ya clásico toque heteronormativo, pues la base de la obra son los celos y la venganza por parte de un hombre despechado.

 

La sesión encargada de cerrar la programación de este Cryptshow provino de otro festival, Nits de cinema oriental de Vic, que trajo “Fabricated City” (Park Kwang-hyun, 2017). Durante la primera hora de metraje, asistimos a una sucesión de eventos sorprendentes, pues la película cambió de género en tres ocasiones. Sin embargo, toda su segunda hora resultó ser un calco del cine de Hollywood, lo que la convirtió en algo previsible de ver. Aun así, fue una buena manera de cerrar este año, ya que entretuvo de principio a fin y dejó a la mayoría de espectadores con un sonrisa.



Por Iban Granero del Rio