Segunda jornada fantástica

Empezamos valientemente el día con un thriller protagonizado por el camaleónico Vincent Cassel y escrito y dirigido por Erick Zonca: “Fleuve Noir”.



El actor francés lleva el peso de este thriller con un personaje difícilmente empatizable, siendo un policía desaliñado, maleducado, alcoholizado y con sendos problemas familiares en el que la desaparición de un adolescente le lleva a unas proyecciones personales peligrosas. Para darle la contra tenemos otro personaje con el que tampoco haremos migas, un vecino de la víctima, un tipo que encaja con el perfil de asesino en serie, a lo Leo Frank: enjuto, con gafas, de elocuencia enrevesada y morbosamente interesado en el caso. Para acabar de aderezar el caso, una madre que cuida a una hija con síndrome de down. Los ingredientes se unen en una marea negra, como el título indica y las cosas devienen en un desenlace visible, pero tan amargo como el color que da nombre a este film.



Con “Prospect” nuestra intención es darle una oportunidad lícita al cine de bajo presupuesto que es capaz de transportarnos a otros mundos y crear una ambientación digna de un buen género fantástico. Y hemos acertado.



 

Dirigida a cuatro manos, este film estadounidense es la sorpresa del día sin duda, pues es muy gratificante descubrir un film con tan buenos resultados teniendo en cuenta sus premisas. Con un guión solvente y alejado de estereotipos capaz de girar los pesos de los protagonistas en minutos sin que peque de aleatoriedad, “Prospect” es una historia de supervivencia de syfy puro. La ambientación hace su trabajo para adentrarnos en una cotidianidad espacial sin aspavientos, sin efectos especiales multimillonarios ni una música grandilocuente que supla la carencia de imaginación -de la hacen gala muchos productos del estilo-. Obviamente, el gancho del film es uno de sus protagonistas conocido por “Juego de Tronos” y “Narco”, Pedro Pascal, sin embargo es la protagonista la que coge las riendas del film de forma creíble y natural en una especie de coming of age pocas veces visto así en una película de género. Todo un acierto sin duda.

 


Seguimos con “Inuyashiki”, un título imprescindible conociendo que viene de las manos del realizador de “I am a hero”, el cual vuelve a la carga con una historia donde el protagonista es un antihéroe por definición que se ve envuelto en algo más grande de lo que nunca se hubiera imaginado.

 



El film está basado de nuevo en un manga, ahora bien, sin haber tenido el placer de haberlo leído no podemos saber hasta qué punto la adaptación es fiel; en todo caso y dejando esto de lado, el film se desarrolla sin sorpresas como muchos de este país, lastrado por un exceso de inocencia, acumulación de penurias y el toque de humillación social que tanto asusta a todo japonés. Lo más destacable es sin duda el despliegue de efectos especiales, impecables, a falta de una palabra mejor; la transformación de los dos “supercyborgs” sorprende aun habiendo visto imágenes previas y es de agradecer el increíble esfuerzo que hay detrás para combinarlo con la imagen real. De todas formas, la superficialidad o la falta de profundidad de los personajes y sus motivaciones es muy patente y hace que varias escenas causen el efecto contrario al deseado, la risa.

 

Aun es hora de ver cómo se forja -de forma creíble- el carácter de un héroe y de su némesis, más allá de clichés, para poder ver cómo en realidad esa línea del bien y del mal se difumina sobre moralismos. El film claramente lo intenta, y aunque lamentablemente en ese sentido fracasa, entretiene.



Quizás también siguiendo una misma línea autoral tenemos el caso del director de “American animals”, Bart Layton, el cual tras dirigir “El impostor” sigue con esta estela de quiero y no tengo con un caso tan real como bizarro. Unos desencantados que se convierten en  atracadores… De una biblioteca pública.



A caballo entre el documental,  la reconstrucción y la ficción cinematográfica, el film nos presenta una ácida crítica social con toques de humor negro. Hastiados de ver películas en las que los delincuentes son rock stars, entra dentro de lo asumible que cualquiera pueda pensar que cruzar esa línea puede ser divertido, una vía rápida fácil y libre de consecuencias. En un mundo donde Lecter es un héroe y los Ocean’s de Soderbergh se llevan siempre botín y chica, no es de extrañar que la realidad los supere. Esa realidad fueron 4 jóvenes que decidieron,  sin tener motivadores muy poderosos, perpetrar un robo. El premio ciertamente les habría traído una riqueza considerable, ahora bien, quizás los protagonistas no se pararon a reflexionar lo suficiente sobre ellos mismos en dicho acto. El film intenta contar los acontecimientos a través del relato de sus protagonistas reales y lo hace con moralina pero con la seriedad suficiente cuando hace falta, una forma más que notable de aproximarse a la progresiva deshumanización que nos acecha.


Para acabar el día tenemos la suculenta zomedia “One Cut of the dead” dirigida por el novel en el largo Shinichiro Ueda.

 


 

Con una premisa, aparentemente, poco creativa; zombies que aparecen durante un rodaje de un film de zombies, la película en realidad es una oda al cine en sí mismo y de cómo con ilusión puedes llegar a hacer lo que te propongas. Este es el caso de este gran equipo nipon de estudiantes de cine que, con un presupuesto irrisorio, han conseguido una maravillosa comedia metametacinematográfica donde las haya. Tan disfrutable es esta joya que las ovaciones y las risas no sólo no han cesado sino que han ido en aumento hasta tal punto de agasajar a los invitados y protagonistas que han acudido al pase en la sala Tramuntana con sendo aplauso de pie de toda la repleta sala. Sin querer desvelar nada para que se disfrute plenamente de su visionado, no queda más recomendarla encarecidamente y soñar con que se repita este milagro en lo sucesivo de los ocho días de festival que tenemos por delante.



Por Silvia García Palacios