El cielo, el infierno y lo del medio

Un nuevo día da comienzo y siguiendo la dinámica de este extraordinario festival empezamos con otra obra de arte. En esta ocasión, una producción italiana dirigida por Alice Rohrwacher que a punto estuvo de llevarse la Palma de Oro francesa: “Lazzaro Felice”.

 




En todo caso, esta fábula anticapitalista, qué sí se alzó con el Premio al mejor guión en Cannes, es una maravilla para los sentidos y para el alma, como lo son las grandes obras del realismo mágico del siglo pasado. Digna de entrar en ese olimpo de la bota de europa, la película nos enseña la cruda realidad en la que estamos inmersa, un presente en el que la inocencia se confunde con lo desconocido, lo extraño, lo diabólico y en donde ésta parece no tener cabida nunca más. Empero los pequeños milagros de los que la sencillez es capaz, al enfrentarse a la malicia de la Tierra parece quedar tristemente desarmada.



Y de una historia rural a una historia en el bosque, ahora bien, lejos de la inocente magia. Pues nada de perfecto tiene que de celebrar un aniversario, todo degenere en una escalada de violencia.


Este film canadiense escrito y dirigido por Colin Minihan, el que conocimos en el 2014 en el presente festival gracias a “Extraterrestrial”, trata de una pareja en la que todo cambia cuando una de ellas se destapa y da a conocer su verdadera naturaleza, una muy homicida y frenéticamente cínica.

A priori puede parecer un producto típico, sin embargo, rompe en varias ocasiones el esquema esperado para ofrecer algo más realista dentro de la locura psicópata en la que nos adentra. Y es que que si que te rompan el corazón ya es difícil de superar, mucho más si al mismo tiempo buscan tu muerte. Con un desenlace discutible, si es de agradecer variaciones agradables como esta.



De la Sección Oficial Fantàstic Discovery nos vamos a Noves Visions con “Perfect”, un film que como su nombre indica, intenta acercarse al significado de perfección en la mente de un adolescente y con ello, mostrar la verdadera cara de la sociedad.


  



Dirigida por Eddie Alcázar, el cual también la ha producido junto con Javier Lovato, el film es un viaje de los sentidos con una voz en off casi constante. Precisamente en ésta radica, a mi humilde parecer, el escollo del film, pretendiendo ser demasiado explicativa sin realmente profundizar en el contenido. Las imágenes son potentes, el diseño de producción envidiable y el estado emocional es conseguido. Si esto hubiera estado acompañado del más absoluto silencio, donde cada espectador hubiera seguido un camino quizás se habrían multiplicado los mensajes, ahora bien, el objetivo artístico se habría conseguido.



“Blue Velvet” es una revelación para todo aquel que la ve, desde entonces, sus imágenes se nos evocan en la mente cual simbiótico ser capaz de obsesionarnos al tiempo de nutrirnos. Lynch tiene ese extraordinario poder.



Ahora tenemos la oportunidad de ver los entresijos de la maravilla con “Blue Velvet Revisited”, un documental que recupera super8s rodados durante la creación del film por Peter Braatz, alemán que voló a América y recogió este valioso material para ahora editarlo junto a fotos de rodaje, frases del film y comentarios de los participantes. Un buen trabajo y un gusto para los fans del film.



Tras la fantasía y el recuerdo damos la bienvenida al caos con “Lords of chaos” para despedir el día, y qué mejor forma de hacerlo que con black metal.



 

Jonas Akerlund firma este alocado film con la ventaja de su experiencia tanto en el black como en el mundo musical como creador de videoclips de altos vuelos. Este peculiar “biopic” de Mayhem trasciende la simple lectura de desgraciados acontecimientos para poner de relieve l rabiosa realidad utilizando la contraposición entre el “poser” (fantasma) y el “believer” (seguidor/creyente), evidenciando los enormes peligros de ambos en un mundo sumido por la “posverdad” y la ceguera mediática. Dos vertientes de una misma cosa que están condenadas a la autodestrucción por la nada, víctimas al fin y al cabo de la decadencia de la sociedad.



Por Silvia García Palacios