Género, simple y llanamente

Y al séptimo día… No descansamos: un asesino en serie, porno y relaciones extremas, todo desaforado en “Un couteau dans le coeur” (Un cuchillo en el corazón).

 




Bajo la batuta Yann Gonzalez, este film con tintes de Giallo y ambientado en los años setenta presenta a una Vanessa Paradis increíble en el papel de una productora de films porno gays con el corazón roto que ve como un asesino en serie está masacrando a su equipo uno a uno. Desde la maravillosa y bien posicionada banda sonora auspiciada por Anthony Gonzalez (M83), pasando por una deliciosa dirección y acabando con la actuación, esta obra combina a la perfección eros y thanatos con una historia sencilla, pero excelentemente desarrollada con imágenes impactantes y llenas de fuerza. Para completar el atino, la frase final no hace otra cosa que reforzar su cinefilia y por ende, nuestra satisfacción.      



Dejamos los setenta de la Sección Oficial para trasladarnos al futuro de la mano de las Noves visions con “Involution” un film con una premisa curiosa, ¿qué pasaría si el ser humano perdiera su compostura y se dejara llevar por los instintos más primarios, como el de la violencia?



Este es el punto de partida de esta fallida película alemanorusa dirigida por Pavel Khvaleev. El naif film sufre de una molesta falta de profundidad pese a sus vanos intentos y peca de una carencia narrativa cohesiva que hace decaer el interés por muy buena actuación del joven protagonista que haya. Con un planteamiento aparentemente original y un excelente diseño de producción nos esperábamos mucho más con el título que lleva y no una reducción simplista a un thriller insulso. Una lástima...



Ahora bien, el género no descansa y tras la desesperación con la regresión de la evolución, nos adentramos en la tesitura en la que “Await further instructions” pone a una familia inglesa cuando una cosa negra envuelve su casa y la única información les llega a través del televisor.





Ya sólo esta premisa es aterradora y es que este film dirigido por Johnny Kevorkian tiene unas buenas bases, “La cosa” de Carpenter y “Videodrome” de Cronenberg. Y estas bases las sabe aprovechar para hacer una crítica precisamente a la ignorancia y el miedo a través de las pulgadas de la caja, nunca mejor descrita, tonta. Una reflexión con personajes prototípicos llevados cómicamente al extremo con las minimalistas instrucciones que aparecen en el televisor. Los males actuales quedan reflejados, el miedo, el racismo, el totalitarismo, la paranoia, la religión… Todos en un cóctel de muy buen gusto que recoge además, el buen hacer de maestros del género ¡chapeau!      

 

En este punto del festival, no podemos más que aplaudir y aún quedan días.



Por Silvia García Palacios