Inauguración del Sitges 2019

Da comienzo la nueva edición del festival de sitges con un nuevo trabajo del director de la mítica “Cube”, Vincenzo Natali. Las expectativas son muy altas.

 




Por título, “In The Tall Grass (En La Hierba Alta)”, el film parte de una premisa aparentemente simple, un grupo de personas entra en un campo de hierba alta y no es capaz de salir. Sabiendo que está basado en un relato de de Stephen King y Joe Hill, sabemos que no todo en tan sencillo. Dentro de esta prisión vegetal el tiempo y el espacio no aplican las leyes de la naturaleza, haciendo la salida virtualmente inaccesible.


El manto verde es el gran protagonista de la película y progresivamente se nos va mostrando como un depredador despiadado, cuyo centro alberga una fuerza inhumana. Esto es lo más destable de la película, dotada de una ambientación y realización notable, ahora bien, desde la segunda mitad la cosa decae bastante buscando un desenlace acorde con la expectación de un público que desea un cierre, una explicación y una salvación, lamentablemente algo alejado de la historia original.



Seguimos el día con “Bloodline” de de Henry Jacobson y protagonizada por un sobrio Sean William Scott y una excelente Dale Dickey. 


Esta historia de un asesino en serie que pretende ser una especie de vigilante o protector de menores cae en gracia por su carencia de pretensión aun cuando su dirección homenajea a De Palma y NWR, bueno, más bien los copia, pero sin que la cosa nos parezca solo una carencia autoral más que ganas de imitar a sus “ídolos”. 

En todo caso, a parte de las potenciales segundas lecturas como la de este traumatizado creyéndose el redentor sin dar la mínima oportunidad, no deja de ser una historia de terror para los maltratadores, violadores y animalitos que corren por ahí creando monstruos. Naif y algo entretenida.   



Algo que no ocurre con el último trabajo de Rob Zombie, “3 From Hell”, continuación de la saga de los renegados.



El film es un divertimento, pero probablemente para los implicados pues por momentos incluso llega a ser aburrido y carente de frescura. Lo único destacable es la consecuencia de sus personajes para con sus acciones, distantes a la normalidad, moralidad -americana- y cercanas a lo demoníaco. 

Las escenas en las que los malvados familiares mantienen conversaciones hacen que el ritmo del film se vaya a pique y eso junto con un estereotipado devenir de escenas no levanta mucho la atención. Para colmo, durante el desenlace se convierten en unos antihéroes semi inmortales que provocan que todos los de su alrededor, incluso los que intentan echarles un cable -vete a saber porqué-, mueren de la peor de las maneras. Incluso con cierto aroma racistilla. Ains... 




Acabamos la primera jornada con la sorpresa del día, “Zombi Child” de Bertrand Bonello.



Este cáustico film vertebra su historia de una manera extraordinaria comunicando el pasado haitiano con el presente francés. Los zombies reales con los millenials alienados, la esclavitud del cuerpo versus la superficialidad emocional.

 

El arranque dentro de una clase elitista, en un colegio fundado por Napoleón, definiendo la revolución, el liberalismo y continuando con la zombificación de una persona muchos años atrás. Las bases bien asentadas para un filme que no pretende otra cosa que hablar del colonialismo y algunas de sus consecuencias, de la forma en la que se trata como inferior a otros pueblos y allegados, de la incomprensión de los muertos en vida.




Por Silvia García Palacios