Ven con mamá...

Damos comienzo a un nuevo amanecer con “Yves (All About Yves)” de Benoit Forgeard.



Con el bizarro argumento de un trío amoroso entre un rapero fracasado, una comercial y una nevera de ultimísima generación, esta película francesa avanza a ritmo de rap, aunque uno muy justito.


La nevera, dotada de inteligencia, está programada para satisfacer las necesidades de su dueño desde las alimentarias hasta las laborales, siendo lo más parecido a un asistente personal de lo más eficiente. Sin embargo, cuando se enamora de una linda humana al tiempo que el protagonista todo se va un poco de madre, hasta el límite de convertirse en cantante, ganar en eurovisión (hasta un electrodoméstico puede hacerlo por lo visto...) y ligarse a la chica… Ains.





Poco es destacable del film francés que parece hecho con el único propósito de llegar al final más bizarro que se les pudo ocurrir. 

 


Así pues, dejamos las esperanzas del día en “Come To Daddy” De Ant Timpson.






Lo último de Elijah Wood, una de las ofertas más esperadas del festival, pone de manifiesto que quizás los reencuentros padre-hijo pueden ser algo más complejos de lo esperado. 


Tras recibir una carta del padre que lo abandonó de pequeño, el protagonista viaja hasta el culete del mundo en busca de respuestas y potenciales expiaciones, aterrizando en lo más parecido a una pesadilla infernal que le cambiará para siempre. Su padre no era precisamente el que esperaba y se ve, en un primer momento velando su cadáver para seguidamente luchar a vida o muerte.






A la película le cuesta algo arrancar con una primera parte más bien catártica en la que el protagonista se encuentra sólo con el “fantasma” de su padre y una segunda parte de puro thriller y progresiva oscuridad para el pobre hijo. Dos partes que se complementan cuyo ritmo, aunque diferente, deviene en algo poco visto pero no con la suficiente fuerza como para ser lo redondo que se esperaba. Eso, sí, hay sangre, algo es algo. 



Por Silvia García Palacios