Masaaki Yuasa nos enseña el camino

Entramos en la recta final del festival y lo hacemos surfeando con la preciosa “Ride Your Wave” de Masaaki Yuasa, director de “Mindgame”. 





Esta deliciosa película de animación nos invita a navegar con una historia dramática de amor entre dos jóvenes interconectados por el destino desde la infancia. Un bombero y una surfista no pueden evitar enamorarse, pero la tragedia llega y su relación deviene eventualmente imposible.


Alejándose de argumentos excesivamente locos (valga la deferencia teniendo en cuenta la rematerialización en agua) a los que nos tiene acostumbrados el director, éste mantiene su estilo con una realización impecable, que busca romper con estándares y se funde con la idea del propio film. El movimiento de “cámara” surfea por la escena consiguiendo lo que sólo la animación puede con tanta libertad, como si la gravedad por momentos no existiera, sólo agua. Por otro lado, los efectos acuáticos hasta nos recuerdan a maravillas en esa línea como “Abyss”, ahí es nada.


Entrañable y motivacional historia que anima a dejar las dependencias y seguir tu propio camino, “cabalgar tu ola”.


 Tras este buen baño cambiamos de tercio con “Les Particules (Particles)” de Blaise Harrison.






Unos adolescentes y el CERN son los protagonistas de este film francosuizo en el que las partículas vuelan por el ambiente.


Como la mente del principal personaje, que parece estar afectada cósmica o lisérticamente sin que, verdaderamente, ocurra nada. De hecho, este parece ser el objetivo de la obra, enfocada en no mostrar lo que narrativamente se espera en una película saltándoselo con elipsis sin más. Lo negativo es que la sensación general es el vacío; poca cosa ocurre y vamos de escena en escena sin trascendencia (pues no tenemos base alguna para ello), interés o vislumbrando un final lógico que nos motive de alguna forma a mantener la atención.

 


Tras este jarro de agua fría, nos mojamos con “Jesus Shows You The Way To The Highway” de Miguel Llansó.




Divertida propuesta que podríamos definir como dadaísmo popero cinematográfico. Y es que, al puro estilo de Dupieux, el anti argumento, lo disparatado y la pura fantasía se materializan con referencias de cultura pop como el Batman de la serie, el cómico Richard Pryor, Videojuegos o políticos de la época de la guerra fría. 


Así mismo, no se para es ir a la contra de desarrollos y argumentos tradicionales sino que se atreve con inusuales protagonistas, formatos diferentes, realidades paralelas en Stop motion y cómicas bizarradas más cercanas de la gamberrada que otra cosa.

 

Ideal con amigos y sendas cervezas.



Por Silvia García Palacios