Un año más, el festival de cine independiente de Barcelona ha demostrado ser un referente del panorama festivalero demostrando su compromiso para con aquellas obras que se salen de lo normalizado o estandarizado.
Por lo que a los largometrajes se refiere, destacamos gratamente “SWARM SEASON”, documental dirigido por Sarah J. Christman de 85 minutos de duración.
Antes de empezar el documental hablaron la directora de fotografía Zara Popovici y el de sonido Sean Dwyer, que se presentaron al público asistente.
El documental se inicia con un fundido a negro y un sonido de abejas y luego abre a un plano macro de una colmena amarilla con sus abejas.
Aparece el título y después unos coches y furgonetas que suben por una montaña/volcán Mauna Kea de noche con la luna llena. Un plano de una mano con cuchillo partiendo una fruta tropical (Pitaya o Fruta del Dragón). Las abejas en los ruscos.
En la remota isla de Hawaii Manu, una niña de 10 años y su madre cuidan con mucho cariño y dedicación de las abejas siguiendo un método ancestral y respetuoso con la naturaleza de éstas. Hay una relación muy amorosa entre madre e hija, están en plena comunión. La niña es muy sabia en materia de abejas y en ocasiones hace referencia a historias mitológicas de Hawaii.
En el documental queda registrado el método de las protagonistas para tratar delicadamente con las abejas. La madre prepara el artilugio de humo y se visten con el traje blanco para recoger la miel. Cogen una abeja reina y la llaman Pele (nombre mitológico Hawaiano). Imágenes del océano y la niña cuenta una historia mitológica hawaiana. El mar, las olas, un pavo real, la lluvia. Árboles cafetales, un hombre recogiendo granos de café y guardándolos en un saco que pone coffee.
El documental está dotado de imágenes espectaculares de la naturaleza, lava en erupción de un volcán al lado del mar/océano e incluye planos aéreos realizados con dron.
Madre e hija cuidan de las abejas que están sensibles. Música hawaiana y una abeja aparece en plano macro.
En contraposición con el trabajo tradicional y respetuoso de madre e hija, aparece una fábrica de miel en la que hay un momento que uno de los trabajadores habla en español por teléfono. La niña y las imágenes hablan del proceso de la miel.
Un panel del que salen abejas y después las imágenes de un telescopio gigante con formas hexagonales en panal. Se va de lo pequeño a lo grande, del microcosmos de un panal al macrocosmos del universo, de lo concreto a lo general.
Entre los nativos que defienden la isla y la montaña/volcán sagrada está el padre de Manu (la niña protagonista). Los indígenas defienden la isla de las constructoras que quieren construir por toda la isla. En la montaña sagrada los científicos quieren construir un telescopio gigante, pero los nativos no quieren. Imágenes de furgonetas subiendo la montaña y en una, un nativo tocando un tambor durante el trayecto.
Las constructoras quieren construir telescopios y cualquier cosa en la isla para los turistas.
Molinos de viento, energía eólica. Planos recurrentes de las abejas en el panal trabajando.
Aunque la directora tenga un dilema y no haya querido entrar al trapo, en el documental queda evidente el absurdo de una sociedad capitalista que busca maneras de vivir fuera del planeta Tierra porque no sabe cuidar de la naturaleza como hacen madre e hija (las dos protagonistas). Hay un mensaje implícito, sólo el cariño, respeto y dedicación por la vida natural en la Tierra hará posible la supervivencia humana sin tener que buscar otros planetas. Ya que el capitalismo y su industria engañan a las abejas, les hacen creer que no tienen reina, igual que la reina de Hawaii que hubo una que luchó por los derechos de la isla pacíficamente en el pasado.
La niña dice que Marte está muy lejos. Los futuros exploradores de Marte han estado ocho meses aislados en la isla, solo entre ellos, simulando que estaban en Marte cualquier comunicación con la Tierra tardaba 20 minutos de retraso, sólo por mensaje (como los móviles actuales y los whatsapp), nada de llamadas directas, sólo texto. Los exploradores de Marte buscarán casas como las abejas, y ahí hago la pregunta de:
Si ya tienen casa en la Tierra ¿qué necesidad hay de ir a Marte? Cuidad el planeta, hacedlo más fácil. Las abejas como los exploradores del espacio necesitan su rusco.
También tuvimos la suerte de degustar el film “ZUMIRIKI”, dirigido y protagonizado por Oskar Alegría y de 122 minutos de metraje.
La sesión contó con la presencia de Oskar, que había ido al Festival de Cine de Sevilla para recoger un premio y llegó justo a tiempo cuando finalizó la proyección de su film.
Es este un documental en el que Oskar construye una pequeña cabaña de madera en el bosque, situada a orillas del río, delante de la isla donde solía jugar los veranos cuando era pequeño. Con la intención de reconectar con la naturaleza y con su infancia durante cuatro meses. Lo curioso es que hoy día esa isla permanece sumergida debido a la construcción de una presa, que transformó el río en un lago.
En el film se utiliza el castellano y el vasco. Oskar aprendió euskera porque le parecía que ese idioma volaba, la lengua de los pastores, que aporta un toque mágico y ancestral. El autor aprendió de su padre que hay que esperar a que se aparezca la Virgen en el camino, y en esas la Virgen aparece con el niño Jesús en brazos (escultura) dentro de un coche. En el mismo paisaje que ya años atrás, grababa en super 8 el padre de Oskar con la imagen de la misma Virgen de romería.
El padre de Oskar era pastor, filmaba sin pensar, sin intención, lo hacía con esa mirada limpia y fresca. El documental mezcla imágenes de archivo de su padre e imágenes nuevas del director, así como imágenes de archivo super 8 que grabó el sacerdote vasco que viajó en carabela cruzando los mares. En palabras del mismo Oskar: “es el cine de la experiencia”.
Largometraje de autoconocimiento y reflexión, desconectado del resto de seres humanos, sólo, volverá a conectar con su yo interior. En esas circunstancias elegidas y autoimpuestas, tiene mucho tiempo para pensar y establecer comunicación con otros seres vivos, los habitantes naturales del bosque. Así, un elenco de animales, captados en ocasiones con cámaras nocturnas, desfilarán por la pantalla e irremediablemente establecerá comunión con ellos. Durante ese tiempo se volverá libre, viviendo sin tiempo y sin lenguaje.
Hay toques de humor intencionados en esta obra introspectiva e intimista, buscando la sonrisa y complicidad del espectador. Como la anécdota de la primera película vasca que era muda, y a la que Oskar por fin pondrá audio de una manera muy original y auténtica. Añade también algún objeto de poder al documental como la silla de su abuelo y la aparición de un clown simplemente para convocar a la diosa Fortuna.
El protagonista pintó el interior de la cabaña de color ceniza japonés cosa que le permite que funcione como pizarra y cámara oscura. Esto le dará mucho juego y poesía al documental, reflejada claramente en el Cuaderno de Árboles. “La experiencia de vivir con el reloj parado” le abre la puerta a una dimensión olvidada y tan necesaria para el descubrimiento y la autorrealización del individuo: “la práctica de la inacción”.
En resumidas cuentas: cine de autor, poesía, imaginación, pinceladas de humor y complicidad, reconexión con las raíces y naturaleza.
El último film de esta cata: "Les Perseides". Una agradable sorpresa dentro de la sesión especial en un ambiente festivo, familiar y para todos los públicos. Como apunte, el teatro estaba lleno completamente, un éxito total, se acabaron las entradas y fue una velada llena de emoción, ya que fue el día de su estreno en Barcelona (en salas el 5 de diciembre), contando con la presencia de su codirectora Ànnia Gabarró y del productor Miguel Ángel de Boogaloo Films, entre otras personas como Maria Colomer (coguionista y ayudante de producción) y Laia Puig.
"Les Perseides" es una película coral, dirigida a cuatro manos por Alberto Dexeus y Ànnia Gabarró, de producción española y de 70 minutos. En la que la historia se desarrolla en Escatrón, un pueblo de Zaragoza pegado al río Ebro, en una atmósfera sofocante de verano, paisajes de la ribera de los Monegros, edificios decadentes y olvidados, con mobiliario franquista. Al cual llegan desde Barcelona Mar, la protagonista y su padre, David, para pasar unos días de vacaciones de verano, concretamente en agosto durante Las Lágrimas de San Lorenzo (Las Perseidas). El divorcio reciente de los progenitores de la adolescente, provoca que busque consuelo en lo esotérico y el más allá.
David, hace ya muchos años, también había sentido atracción por el ocultismo. Hecho manifiesto cuando Mar encuentra una caja de metal, en la que hay guardadas unas cintas grabadas con la voz adolescente de su padre, junto con un misterioso dibujo/mapa del pueblo. De vez en cuando, Mar pulsa al play y se oye “Senyor Mort, senyor Mort…”, son las palabras clave, que parecen una letanía para entrar en contacto con los difuntos.
Destaca la frescura del personaje secundario de Isa, la chica que aparece y desaparece, ¿se trata de una amiga imaginaria o real? De hecho, la manera en que se presenta a este personaje es de noche, cuando Mar sale al patio y se la encuentra en el jardín de su casa -una anécdota que nos contaron en la presentación es que la idea de la escena en la que Mar enseña a hablar en catalán a Isa, fue idea de la actriz que hacía el papel de Isa-. Con ella descubrirá los secretos más escondidos de Escatrón y sus leyendas de fantasmas de postguerra, escenario de batallas de la Guerra Civil Española.
Isa se va con Mar y sus amistades a fumar. Isa les cuenta una historia de miedo sobre los muertos de la guerra civil, los republicanos, los vencidos fueron mal enterrados y por eso ahora hacen ruido, para que se les entierre bien.
Escenas simbólicas y sugerentes interesantes: Isa marca su propia silueta en la tierra con un cuchillo de cubertería doméstica, y le pide a Mar que le acabe la silueta en la parte que ella misma no llega, la cabeza; una escuela abandonada con crucifijos y esqueletos para la clase de ciencias; una escopeta de caza del abuelo de Mar colgada en la pared de la casa del pueblo; caen piñas de un árbol al suelo, cosa que indica que podría ser un sueño...
Padre e hija refuerzan sus lazos afectivos cuando van al bosque y ponen la grabadora en el suelo la cual dejan a solas, para captar las voces de las personas caídas en la guerra, pero luego comprueban que no se oye nada. Silencio, el río, el viento, los árboles, los paisajes de los campos y desierto.
Film de fantasmas con trasfondo de memoria histórica, sutil, refinado, sugiere más de lo que se vé. Simbólico, entremezclando la imaginación y el sueño. Un viaje iniciático y metafórico, rito de transición de una adolescente (su primer cigarro, su primera borrachera) y de descubrimiento de un pasado familiar turbio, que será desenterrado al final de la película.
PALMARÉS DE LA EDICIÓN 26 DE L’ALTERNATIVA
”Nos défaites”, de Jean-Gabriel Périot (Francia).
Mención especial a “Erde”, de Nikolaus Geyrhalter (Austria).
“D’un château l’autre”, de Emmanuel Marre (Bélgica).
Mención especial a “Orbainak”, de Jorge Moneo Quintana (España).
“Meseta”, de Juan Palacios.
Mención especial a “Las letras de Jordi”, de Maider Fernández Iriarte.
“Swarm Season”, de Sarah J. Christman (Estados Unidos).
Mención especial a “Zumiriki”, de Oskar Alegria (España).
“O auto das ánimas”, de Pablo Lago Dantas, producido por Diana Toucedo Films.
“El rastro firme”, de Fernando Gómez-Luna, producido por Omen, para participar en el Primer Test.
Al cortometraje “El bus de la cárcel”, de Sandra Reina (España).
Cerramos pues la crónica de esta nueva edición, con el ánimo, como ya es tradición, de que pasen pronto estos 12 meses de espera para poder disfrutar de más Alternativa.