Previa de la 16ª Mostra Africana de Barcelona

Arranca la Mostra

Ya hace años que cantamos aquello de "son malos tiempos para la lírica"; bien, ahora ya no nos queda ni la "lira". Hoy se inicia la última edición de esta interesante y necesaria mostra, ahogada por unos tiempos de crisis que no solo subyugan la industria cinematográfica africana sino que, entre otras muchas cosas, recortan en occidente toda actividad cultural de vocación social y altruista. Como sabéis, esta mostra se ha consolidado como un clásico ineludible para los amantes de una cinematografía historicamente ninguneada por los exhibidores occidentales, un cine humanista profundamente enraizado y comprometido que, en estos cinco días de mostra, plasmará en nuestras pantallas una realidad sociocultural fascinante entre otras cosas por el mero desconocimiento que tenemos de ella. Acomódense bien en sus butacas, volamos destino a África.

Como en otras ediciones, la mostra viene cargada de obras de indudable calidad, gran parte de ellas galardonadas en festivales de cine africano de reconocido prestigio tales como el FESPACO, el festival de Milano o el festival de Dubai; hablamos de films como Microphone (Ahamad Abdalla), Notre étrangère (Sarah Bouyain), State of Violence (Khalo Matabane) o Koukan Kourcia (Sani El Hadj Magori), entre otros.

Igualmente, como es habitual, muchas de ellas vendrán representadas por sus realizadores, entre ellos viejos conocidos como Moussa Touré o Mohammed Soudani; también nuevas caras como Daouda Idi Diawara, Babacar Ndiouck o Bambado Baldé, estos últimos tres como alumnos del master impulsado en Senegal por la dirección del festival. De hecho, una de las cosas que más llama la atención de la programación es el relevo generacional que está viviendo la cinematografía africana, pues los realizadores más experimentados se ven sin medios económicos con los que emprender nuevos proyectos mientras que, aprovechándose del digital, las nuevas generaciones se abren camino gracias a su inmensa ilusión y consiguen sacar adelante sus primeros proyectos.

Sin duda, es una verdadera lástima que certámenes como este tengan que cerrar sus puertas y, con ello, también asociaciones como la organizadora del mismo, l'Ull Anónim , entidades destacadas en la promoción, difusión e incluso creación de industria cinematográfica en aquella zonas en las que más dificil es sacar adelante este tipo de proyectos.

Per seamos optimistas, el cine siempre se abre camino y las crisis no son eternas, así que con todo nuestro corazón deseamos mucha suerte al devenir de la Mostra de Cinema Africà de Barcelona y suspiramos para que dicho parón no dure demasiados años. Nuestra vocación humanista y nuestras retinas cinéfilas aguardaran impacientes...



Por Javier Rueda Solves