Overlook abre las puertas



La sorpresa refrescante del verano ha llegado con el nacimiento de un nuevo festival en Barcelona. El Overlook.


En el precioso enclave de los “Lluïsos d’Horta” se ha celebrado del 16 al 18 de julio un encuentro cinéfilo lúdico en el que ha habido lugar para los recuerdos, los descubrimientos y un sinfín de divertimento.


El primer día empezó con superhéroes, arrancando con “La muerte del increíble Hulk”, film de 1990 dirigido por Bill Bixby que hizo las veces de final de la serie televisiva protagonizada por este gigante verde de tan mal humor. Un film sin duda indicados para los fans acérrimos de su protagonista tanto en la pantalla como en el cómic, y precisamente tras este entrañable film se tuvo la oportunidad de ver la miniserie documental “Superhéroes: una batalla interminable” dirigida por Michael Kantor el pasado 2013. Todo un must para entender la influencia que el tebeo estadounidense tiene en su sociedad y para tener la oprtunidad de ver las aportaciones de un elenco impresionante encabezado por Liev Schreiber, Danny Fingeroth, Mark Waid, Stan Lee, Neal Adams, Bradford Wright, Adam West, Ed Catto entre muchos otros. 


 

 

Tras la presentación oficial del festival y el homenaje de esta primera edición que recayó en el monstruo cinéfilo de Jaume Figueres se dio paso al último fin del día, “Gritos en Oldfield” (Jeff Burr, 1987). 

 

 



Con nada más y nada menos que un Vincent Price en estado de gracia, este film de cuatro historias nos retrotrae a los orígenes de los relatos clásicos de terror, aquellos que se transmitieron verbalmente y sobrevivieron dando lugar a versiones, a leyendas e incluso a realidades.


Con un nuevo día se calientan los motores con sendos capítulos de la serie de animación de Superman de los años 40 para adentrarnos seguidamente en uno de los platos fuertes del festival: “Game Over: se acabó el juego”, un impecable film de 1989 dirigido por René Manzor. 




 

Esta historia navideña que inspiró “Solo en casa” no solo se atreve a colocar a su protagonista en una situación de vida o muerte contra “Papá Noel” si no que además lo adereza con referencias a Rambo personificadas en un niño cuya inteligencia ridiculizaría al mismísimo Einstein. Un ponche difícil de ignorar para cualquier cinéfago que para más atractivo posee una guinda irresistible en su haber, una canción de Bonnie Tyler para la ocasión. 


Para continuar con este subidón “El día después” (Nicholas Meyer,1983), un retrato de los desastres potenciales de un holocausto. Filmada para la televisión esta película ha alcanzado con el tiempo el nivel de clásico imprescindible destacando la presencia delante de las cámaras de unos grosos como Steve Guttemberg y John Lithgow. 




Tras toda esta tensión le llegó el turno a la producción española “Soul man” escrita y dirigida por Chema Ponze. Un thriller con trama psiquiátrica incluida, al que le siguió la aparición de los extraterrestres más reptilianos que invadieron nuestro televisor allá por los ochenta con la serie “V”, todo un revival y una excelente previa a la maratón del sábado.


La maratón nos trajo tres películas, El terror llama a su puerta (Fred Dekker, 1986)

Lady Snowblood (Toshiya Fujita, 1973) y un filme sorpresa. 


 

 

Dejando para el final la excepcional y sangrienta película japonesa que inspiró directamente a Tarantino y su insistencia en matar a Bill, la maratón se abrió con un clásico que mezcla film de zombies con extraterrestres y home invasions (salvando las distancias), todo un festín de referencias de la extraordinaria serie B americana. 



Todo aquel que sobrevivió a esta primera maratón del Overlook tuvo la oportunidad de asistir un nuevo día y disfrutar de lo poco que el covid nos dejó hacer. Un tester de paradetas con frikadas para el mejor postor y un gran teatro para seguir disfrutando del cine. En concreto, con una nueva tanda de Hulk, en esta ocasión, animación de principios de los ochenta seguida de un nuevo matinal “com abans” con “Teen Wolf”, del 1985 y con Rod Daniel en la dirección. 





Estamos ante un film que trastocó todos nuestros conceptos acerca del hombre lobo, de tener pelo en el pecho y de jugar al basket, por no mencionar el estilazo de baile que se marcan en la prom night, todo un brain damage difícil de olvidar.


Y para no perder el ritmo, el festival propuso a golpe de serpiente, “Silbido de muerte” (Bernard L. Kowalski, 1973), otra película de transformaciones aunque algo involuntarias y mucho menos “divertidas”. Una mesa redonda sobre efectos especiales y una clausura a la altura amenizada por el monologuista Aureli del Pozo, perpetrada cinematográficamente por la irreverente “Jostici de carreró” (Pedro Miralles, 2020) y culminada excepcionalmente por Motorzombis.




Jostici, justo heredero de films a la altura -sí, altura- de “Airbag” hace las delicias del público más entregado a la diversión y al cachondeo con unas sanas intenciones de pasar el mejor de los ratos obviando carencias técnicas o interpretativas en pro del mejor de los entretenimientos, la risa. 


Y qué mejor colofón que con una dosis en vena de rock con los zombies más marchosos del lugar. Un concierto con el que disfrutamos un fin de festival como pocas veces es posible.



  

 

¡A por la segunda edición!

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Por Silvia García Palacios