Luna creciente de cine


La creciente mirada hacia la naturaleza es sin duda una de las bases de la sorpresa del día: “Lamb” de Valdimar Jóhannsson.




 

Esta película islandesa compuesta por tres capítulos y protagonizada por Noomi Rapace -por segunda vez en el festival- y Hilmir Snær Gudnason se fundamenta en el concepto de la maternidad, de la perversión de la humanidad y de la reacción de la naturaleza.

El argumento podría ser el de un drama al uso si no se le diera el escalafón con el especismo. Esto nos -y le- da pie a una disertación que mezcla sabiamente con nuestras presuposiciones y superioridades adquiridas en una sociedad que, por mucho que se encuentre en el entorno más parecido al origen del mundo, parece no verse influenciado por éste y haberse alejado sin remedio. ¿Aprenderemos?



Con este tono animal seguimos con la licántropa “Eight for silver” de Sean Ellis.



 

  


Con un principio de lo más prometedor, este film francés se adentra en la leyenda de la licantropía en base a una, más que justificada, maldición gitana. El estilo es más bien clásico y se procede con cautela y tranquilidad para llegar a un final de lo más significativo. Un ir y venir de cambios de ritmo con un montaje mejorable que le pesa en sobremanera a una película que puede vanagloriarse, aun siendo menor, de tener un buen elenco y una más que correcta ambientación. 




El crescendo del día llega con “On the Silver Globe” de Andrzej Zulawski.



 

En un futuro distópico, unos astronautas aterrizan en un planeta desierto, su misión prospectiva pronto deriva en una repoblación incipiente cuyas repercusiones se escapan de las manos a estos pretendidos “seres evolucionados”.  


Esta apoteosis, esta disertación del concepto de la deidad, de la evolución, de la creación de sociedades y religiones y de la maravillosa locura que lo comprende todo es uno de los mayores descubrimientos con los que nos ha deleitado el festival. La oportunidad de poder disfrutar de esta obra del genial director de “La posesión”  (1981) no puede expresarse con palabras. Aunque inacabada, la intención y la fuerza persisten en esta maravilla del séptimo arte. 




Un nuevo amanecer y una nueva entrega de la saga iniciada por el gran Carpenter, “Halloween Kills” de David Gordon Green. 



 



La enésima secuela de la obra maestra del terror está aquí, y con ella todos los elementos de aquella primera parte, bueno, los elementos y de paso, los personajes, para dejarle las cosas facilonas a Mike. La única diferencia radica en que, por primera -y última- vez, la población hace una incursión en el concepto de la turba y acaba, con un pequeño tropezón por el camino, enfrentándose al sobrenatural asesino. 


Poco más a destacar en una entrega más bien parca en escenas de muerte y que se extiende innecesariamente en la presentación de personajes que tampoco tienen previsto durar mucho. En definitiva, un film bienintencionado que pretende dar más de lo que ofrece.




Por contra tenemos "Knocking" de Frida Kempff. 




Este thriller psicológico con toques de terror es un excelente trabajo que cuece a fuego lento con una interpretación impecable de la actriz Cecilia Milocco y un más que disfrutable trabajo de dirección. 


Tras una pérdida traumática y una estancia en un centro, una mujer reinicia su vida en un nuevo apartamento. La reentrada al mundo es dura, pero más aún cuando empieza a escuchar unos inquietantes golpes provenientes del piso de arriba, la firmeza en su convicción de que son reales choca con la indiferencia de una sociedad llena de prejuicios. El desenlace podría haber sido cualquiera, sin embargo se decanta por el que más sentido tiene en estos días.



Y algo nada de moda en estos días encontramos en "Bob Cuspe - Nós Não

Gostamos de Gente" de Cesar Cabral. 




Esta punkarrada que alterna la ficción con el documental en stop motion, pretende ser una fusión entre creador y creación. La parte de documental parece ser una copia de una entrevista real con Angeli mientras que la parte de Bob, una bizarra interpretación de cómo se sentiría un personaje de cómic cuando es descartado. Argumento interesante del que empero se espera algo más, para empezar más punk.



Con la germinación de “Users” de Natalia Almada llega la culminación de otra jornada del festival. 


Documental que a priori parecía que nos iba a hablar de la inteligencia artificial, se centra en el uso futuro de la tecnología como potencial fuente de cambio social y antropológico mezclándolo con imágenes al puro estilo de la increíble “Koyaanisqatsi”. La idea que se sustrae es un mero acercamiento a un posible mundo venidero pero sin mucha profundidad ni representatividad, un mero atisbo de una posibilidad. Su único desliz se encuentra en la introducción del “último petrolero”, algo que rompe el ritmo y desarrollo del film sin dar más explicación.


Y al séptimo día… “Mayday” de Karen Cinorre.



A caballo entre “Alicia en el país de las maravillas” y “El señor de las moscas” se vehicula esta película de superación personal en la que su protagonista ha de lidiar con la personificación de sus estados emocionales.


Quizás con un exceso de metraje, que hace pensar en el concepto de cortometraje alargado, el film se estira demasiado en la parte de la guerra, de la violencia y poco en el desarrollo y del cambio del propio personaje, por lo demás, agradable para aquellos freaks de los instrumentos, vestimentas y demás de la guerra mundial.



Si hace pocos días nos maravillamos con “Mad God”, con "Junk Head" de Takahide Hori volvemos a las profundidades de la Tierra.




 

Esta divertida cinta de stop motion nos pone en la piel de un pobre desmemoriado que va perdiendo la cabeza allá donde va en busca de la clave para recobrar la perdida fertilidad del mundo exterior. Los humanos de la superficie de la Tierra ya no son lo que eran, viven encapsulados para asegurar su longevidad y se relacionan de forma virtual, pero ya no pueden reproducirse, sin embargo, bajo sus pies, en entrañas del planeta han evolucionado por otros derroteros y siguen multiplicándose. 


Una lunática aventura que acaba por hacerse un hueco en nuestro corazoncito con sus entrañables personajes, sus pesadillescas criaturas y su oscuro mundo. ¡Quedamos con ganas de su segunda entrega! 




De la oscuridad del subsuelo al corte de energía de “The Power” de Corinna Faith.



 

Precisamente durante unos cortes de energía en el Londres de principios de los setenta, empieza a trabajar Val, una enfermera con fobia a la oscuridad y cierta capacidad extrasensorial. Los ingredientes están servidos para construir una historia de fantasmas tradicional en su forma y personal en su mensaje final, algo más combativo y evolucionado de lo que se nos tiene acostumbrado. 


Correcto film para una terrorífica noche a la luz de las velas, nunca más al trapo. 




La satisfactoria sorpresa del día llega con "A nuvem rosa" de Iuli Gerbase.





Premonitoria donde las haya, ya que fue rodada pre pandemia, esta excelentemente dirigida película versa sobre las relaciones domésticas durante un confinamiento que se alarga durante años debido a una nube tóxica, la que le da título.

 

Dinámicas interrelacionales van danzando ante nuestros ojos en una clara línea hacia la liberación personal. Desde los primeros encuentros, la creación de la pareja, la familia, el estancamiento, la separación hasta lo inevitable, mantiene el interés con apariencia de sencillez pero consiguiendo el máximo jugo y transformando lo trivial en trascendental de forma fluida. Muy recomendable.



Por Silvia García Palacios