Sitges 2012-Dia 1

          Como viene siendo la dinámica de las últimas ediciones, Sitges inaugura su festival con una producción española. “El cuerpo” ha sido la elegida para el presente año. Un film con tintes predominantemente de cine negro que nos adentra en la pesadilla de un asesino tras desaparecer su obra del depósito. Al principio, todo parece indicar que la fallecida se ha alzado de entre los muertos,  causando la intriga de los investigadores y el espanto de su verdugo. Este film, con claras inspiraciones Hitchconianas cercanas al plagio, intenta jugar con el espectador sin mucho éxito aplicando instrumentos del cine negro pasados de moda e innecesarios como, por ejemplo, el abusivo uso de flashbacks. Sin duda, lo mejor de la película se encuentra en la  impecable interpretación de Belén Rueda; su partener Coronado no se queda atrás, sin embargo, se nota algo acartonado algo limitado dentro de lo que parecen ser unas directrices restrictivas por parte de la dirección artística, algo que le ocurre, en general, al reparto policial, ya que parecen tener ese aire de “tipo duro” a lo Sam Spade que tan bien hacía Bogart pero que resulta algo pasado de rosca en estos personajes.

 

          La siguiente parada del festival la hacemos en “The great magician”, un film que representa exactamente lo que tiene que ser una comedia de aventuras. Lo tiene todo: acción, romance, peligro, audacia y sobretodo…magia. Es innegable el atractivo que provoca la magia, sobre todo cuando se logra, como en este caso, una comparación deliciosa con el séptimo arte: el cine es magia y la magia ilusión, donde los sueños se hacen realidad. Ya sólo con haber plasmado este concepto, el film merece la pena pero si le añades una dirección notable, un guión entretenido y una fotografía exquisita nos encontramos con una joya cinematográfica. Contextualizada a principios del siglo pasado, los espectáculos de prestidigitación son verdaderamente espectaculares sin que parezcan modernos; la fotografía respeta al tiempo la luz de la época y los requerimientos para el aporte de los efectos especiales necesarios; el carisma de Tony Leung queda totalmente demostrado, encandilando desde la primera aparición con una impecable actuación, destacando considerablemente en su vertiente de gran mago; y las escenas de acción y de comedia consiguen un buen ritmo que se combinándose perfectamente. En resumen, todo un regalo para el primer día de festival.



          Y para no bajar el listón, qué mejor que seguir con un nuevo trabajo del extravagante Miike. La sesión estuvo precedida por el mediometraje de producción catalana “El peix Sebastiano”, proyecto a grandes rasgos desconcertante (no en vano se encuentra en la sección noves visions) pero con puntos interesantes como la narración metafórica al tiempo que surrealista y una escenografía envidiable. Seguidamente, llegó el turno de nuestro asiduo y prolífico japonés con “For Love’s sake”, un musical de lo más radical que descarta moralidades y exalta la parodia en casi la totalidad de los números musicales. El arranque del film podría denominarse punk, el director se divierte primeramente con una intro animada para pasar a film real con un espectáculo visual nunca visto en una película de este género. La violencia se encuentra en casi todas las escenas representada en la lucha de clases: ricos y pobres, clases dominantes y dominadas. Todo ello con el denominador común de la rebeldía y, aunque queda patente que la clase alta es la que acaba con la baja de la manera más cobarde, nos deja con un toque de, digamos, esperanza por lo que al amor se refiere, un sentimiento, a todas luces, extremo. Sin duda, Miike vuelve a dar la nota.


          El siguiente film, “La noche de en frente” es una obra surrealista que recorre los pensamientos y experiencias alrededor de la muerte de Don Celso, un humilde y letrado trabajador chileno. En esta obra se hace un repaso al pasado del pasado con referentes ilustres como Beethoven o Giles que, a la fin, están tan muertos como los protagonistas y una autorepresentación alegórica del protagonista como un niño, repasando sus penas y glorias vitales y comentando la jugada con dichos referentes. Por lo que a los aspectos técnicos se refiere, la ambientación y la fotografía destacan, la primera por su elaborada preparación y la segunda, con predominancia de colores pastel, por el extremo patetismo que da a la historia. Una historia que, aparte de su buena voluntad, quiere ser cómica sin mucho efecto en ese sentido.


          Enlazando temáticamente con “For Love’s sake” tenemos “The Taste of Money”, una película coreana que nos recuerda gratamente a la ganadora de la última edición del Atlántida Film festival , “Zona Sur” tanto por el énfasis en la simbiosis enfermiza entre ricos y pobres, dominadores y subordinados, así como en la notable ejecución técnica. En este sentido, la dirección es muy interesante, los movimientos de cámara están rigurosamente estudiados y perfectamente adecuados a una historia tensa y opresiva en la que el poderoso no se detiene ante nada ni ante nadie ya que salir victorioso deviene lo más trascendental para él. Queda patente que el de inferior clase social es obligado por las tentaciones de subir un escalafón pero que es rico el verdadero esclavo del dinero. Y, aunque de la impresión de no aportar válvulas de escape, sugiere una cierta esperanza representada en el personaje de la hija de los magnates; quizás las clases puedan mezclarse si hay un razonamiento humanista por ambas partes, y quizás, esto pueda lograr lo imposible, revivir la raza humana.

          Acabamos el primer día con “Doomsday book”, un compendio de tres historias apocalípticas dirigidas a cuatro manos. La primera y la última historia son, básicamente, prescindibles. Están  innecesariamente alargadas y la originalidad de argumentos está poco aprovechada, la dirección no ayuda y la comicidad no acaba de compenetrar con el tono de las historias apocalípticas. En resumidas cuentas, el humor negro no es lo suyo. La segunda historia es otro cantar, la historia en la que un androide es reconocido por su comunidad como la reencarnación de Buda es muy interesante; además, tiene los tintes de la ciencia ficción clásica en la que los efectos especiales están pero subordinados al mensaje y no a la forma. Una delicia que hace que merezca la pena ver este proyecto a pesar de sus dos compañeras. 


 

 

 



Por Silvia García Palacios