TERRORMOLINS 2024 EN 10 PELÍCULAS
2024 ha sido un gran año para el festival de cine de terror de Molins de Rei. En su 43º edición ha conseguido reunir a más de 10.000 fanáticos del género y por la pantalla de La Peni, nuestro pequeño templo, han pasado algunas de las mejores películas de un año en el que el cine de terror ha brillado especialmente. The Devil's Bath, The Substance o Terrifier 3 son cintas que han dado que hablar en todos los ámbitos cinematográficos y que en TerrorMolins se encuentran en el sitio que les corresponde, ante una legión de aficionados al cine fantástico capaces de resistir a los estrenos “tradicionales” para ver las películas en Molins.
Desde aquí queremos resumir TerrorMolins 24 en 10 películas que han dejado marca en una edición para recordar:
AZRAEL
Uno de los puntos fuertes de este TerrorMolins fue la presencia de Azrael, el nuevo trabajo de E.L. Katz protagonizado por Samara Weaving, probablemente la más celebre reina del grito de los últimos años. Lo cual no deja de ser curioso porque en Azrael no hay ni un solo grito. Ambientada en un futuro post-apocalíptico, la cinta de Katz sigue a Azrael, una joven que escapa de el culto que iba a sacrificarla en un mundo en el que gran parte de la humanidad ha perdido el don del habla. Sin más, con una presa, unos cazadores, un bosque y cero diálogos, Katz y el guionista Simon Barrett – colaborador habitual de Adam Wingard - construyen un ejercico de tensión que no pierde fuerza en sus asequibles 86 minutos de metraje y cuyas explosiones de violencia nos dejan algunos de los momentos más escalofriantes del año. Samara Weaving, despojada aquí de su mejor arma, la potencia pulmonar que la ha convertido en la final girl favorita de cualquier director de género, consigue salir airosa del papelón que supone este viaje en el que no todo tiene sentido y no hay palabras para intentar dárselo. La australiana se sirve de su expresiva mirada para transmitir la angustia, el terror, y finalmente la brutalidad del viaje que Azrael deberá emprender para salvar la vida. Puede que al final nos deje con más preguntas que respuestas y que un simple (wo)manhunt pueda palidecer ante propuestas mucho más cargadas de mensaje o significado en la selección este año, pero el silencioso baño de sangre de EL Katz, por originalidad y por efectividad, se ha ganado a pulso un puesto entre las películas más interesantes de TerrorMolins'24. Para la próxima, eso sí, queremos a Samara a pleno pulmón.
EXHUMA
Corea del Sur es prácticamente una apuesta segura cuando se trata de thrillers, ya sean brutales e inmisericordes, o inteligentísimas bombas de relojería cargadas de crítica social y humor negro. También sus aportaciones a un cine de acción y/o policíaco de corte más ligero (algunas verdaderas dad movies) están ganando peso en festivales más enfocados al fantástico. Pero podría decirse que el cine coreano no está en tan buen momento en cuanto al cine de terror, y pasada la década dorada 2000 -2010, han habido muy pocas producciones realmente potentes. Afortunadamente Jang Jae-Hyun ha llegado con Exhuma, el último bombazo en el país asiático y quizás la mejor película fantástica coreana desde la excelente The Wailing, con la que guarda algunos puntos en común. Exhuma, una película más misteriosa que aterradora en palabras de su director, sigue a dos chamanes, un geomante y un funerario que, tras aceptar el encargo de una familia rica que sospecha ser víctima de una maldición, exhuman el cadáver de un antepasado de la familia para enterrarlo en otro lugar para calmar a los espíritus. Al desenterrar el cuerpo, liberan una fuerza maligna que se remonta al periodo más oscuro del historia del país. Y tendrá quep plantarle cara.
Dividida en 6 capítulos, cada uno con su propio desenlace como en un novela, Exhuma va escalando el misterio y añadiendo capas a lo largo de su metraje. Lo que empieza como una exploración del chamanismo, feng shui, y la mitología coreana – que alcanza su punto álgido en un ritual que es un caramelo visual – introduce elementos del cine de fantasmas, memoria histórica y traumas nacionales e incluso llega a poner un pie en el slasher sobrenatural con una facilidad sorprendente. Pero nada de eso funcionaría si no fuera por la química del cuarteto protagonista (encabezado por un viejo conocido en Occidente, Choi Min-Sik, protagonista de Oldboy) y lo bien escritas que están las dinámicas de los miembros del grupo. El trabajo de Jae-Hyun tras las cámaras tampoco queda atrás, Exhuma es una película que nunca deja de ser visualmente atractiva y nunca aburre pese a sus más de dos horas de duración. Más cerca a veces de una versión asiática y sobrenatural de Expediente X que de una película de terror como The Wailing, Exhuma combina a la perfección misterio, entretenimiento, personajes interesantes y las puntuales incursiones en el horror (fantasmal y real) resultando en una de las propuestas de género más estimulantes que nos han traído Corea del Sur en los últimos años.
HANDSOME GUYS
¿Un remake coreano de Tucker and Dale vs evil? Handsome guys se vende sola. Siguiendo con la representación coreana en Molins, pudimos disfrutar del debut de Nam Dong-Hyup, que escribe y dirige esta revisión de la película de Eli Craig, una apreciada joya desconocida para muchos no iniciados. Handsome Guys, para quien no conozca a Tucker y Dale, es la historia de dos malencarados hermanos que compran una cabaña destartalada en la montaña para reformarla e instalarse. Pero todo cambiará cuando se crucen con un grupo de jóvenes urbanitas que, influenciados por los tópicos del cine de terror, malinterpretan cada gesto de los montañeses a los que ven como los villanos de la función. Para colmo, la casa esconde un diabólico secreto en su sótano y está a punto de salir a la luz. Pese a reproducir muchos de sus mejores gags, Handsome Guys no es una copia literal de Tucker and Dale; Dong-Hyup empieza a introducir elementos diferenciadores desde el principio -como la relación de parentesco entre sus protagonistas - que se van sumando, sobre todo con la inclusión de elementos sobrenaturales que acaban llevando al remake a un final totalmente distinto al de la original. Juega igual que aquella con la subversión de los tropos del cine de paletos hostiles, presentando a unos protagonistas inocentes, bonachones y no muy listos confundidos constantemente con monstruos por parte de unos jóvenes idiotas que eventualmente se lanzan de cabeza a su propia muerte. La principal diferencia entre las películas de Dong-Hyup y Craig es que Handsome Guys apuesta de forma más clara por ser una comedia, eliminando por completo el gore y los momentos más desagradables y potenciando el slapstick, tomándose su tiempo en sembrar cada secuencia de elementos que, llegado el momento, conducirán a algún personaje a la desgracia como si fuera una entrega aún más juguetona de Destino Final. También sus protagonistas, Kim Dong-Hoon y Jang Dong-Joo suben un punto tanto en histrionismo como en ternura entre ambos respecto a Alan Tudyk y Tyler Labine. El resultado es una cinta divertidísima, capaz de sorprender a quienes no conozcan la película en la que se basa y de lanzar una sonrisa cómplice a los que sí. En cualquier caso, un acierto total y la sesión más desternillante de TM'24. Que no es poco.
MADS
¿Y si esos “zombies” que ves por la ciudad el Sábado por la noche fueran realmente zombies? Pues esta es, a grandes rasgos, la premisa de MadS, la ultima película de David Moreau, quien se hizo un nombre en el cine de terror francés con Ils. Rodada en un único plano secuencia (con algunos cortes ocultos, evidentemente) MadS sigue a Romain, un joven que prueba una nueva droga antes de dirigirse a una fiesta con sus amigos. Por el camino recoge a una chica en problemas para intentar ayudarla y, a partir de entonces todo empezará a desmoronarse a su alrededor. Aparte del gimmick del plano secuencia, Mads toma un par de decisiones que le aportan frescura y la diferencia de las miles de películas sobre zombies que nos llegan cada año. Desde no dejar realmente claro qué origina la infección y hasta qué punto Romain o la droga que toma son importantes, hasta el doble juego que hace con los efectos de la infección, retratando a unos infectados que saltan constantemente de un estado de rabia homicida a uno de euforia más parecido al que mostraría un consumidor de éxtasis. Jugando al despiste mediante un cambio de protagonista a más de la mitad de la película, David Moreau se esfuerza en que Mads no solo sea emocionante y entretenida, si no que además aporte algo que no hayas visto millones de veces antes. Gracias a su ritmo endiablado, al trabajo de su desconocido reparto y a su apocalíptica conclusión, Mads era una apuesta segura para una experiencia tan brutal como la maratón de 12 horas. Y una estupenda alternativa segura a un Sábado noche de fiesta.
STRANGE DARLING
Strange Darling ha sido sin duda una de las sorpresas del año y también la película sorpresa de la maratón. La cinta de J.T. Mollner ha triunfado en festivales y ha sorprendido en su paso por las salas convencionales, impactando especialmente a espectadores poco acostumbrados a florituras narrativas y que esperarían encontrarse un thriller más convencional. Pero Mollner no quiere ser convencional, y Strange Darling se esfuerza, quizás demasiado, en demostrarlo. Arrancando con un (un poco pretencioso) cartel que te informa de que la película se ha rodado en 35 mm y presentando una narración en 6 episodios que se proyectan desordenados, Strange Darling comienza con una joven huyendo de un hombre armado que la persigue. Un juego del gato y el ratón que al ir presentándose las piezas tanto pasadas como futuras irá desvelando giros que no habrían funcionado con una estructura lineal. Si bien Mollner puede parecer algo tramposo aquí, en los mejores momentos de Strange Darling, especialmente cuando sus dos protagonistas comparten plano, es fácil olvidarse y dejarse llevar por la química entre Willa Fitzgerald, cuya interpretación es el 75% de las virtudes de la película y Kyle Gallner mientras llevan a cabo sus perversos juegos. Mollner, eso sí, dirige de forma exquisita y el actor Giovanni Ribissi, recién estrenado como director de fotografía, imprime a la película un look setentero que le sienta de maravilla. En sus momentos menos brillantes, da la sensación de que Mollner sólo ha desordenado la trama buscando una capacidad de sorpresa que el guión no tiene por sí mismo, y definitivamente toca fondo en una discutible escena sobre los protocolos ante la violencia de género que, intencionadamente o no, dará mucho de lo que hablar, quizás a la gente equivocada.
Con todo, Strange Darling es una película que te atrapa en su perversa dinámica, que no brilla tanto como su director parece creer pero que aún en sus peores momentos tiene la capacidad de darnos de qué hablar, estemos de acuerdo con ella o no. Mollner ha creado una obra en cuya imperfección radica el punto que la hace especial. Y aunque aún a día de hoy no sea capaz de saber cuánto me ha gustado, Strange Darling sigue en mi cabeza. Y para bien o para mal, es lo mejor que le puede pasar a una película.
TERRIFIER 3
Estaba claro. Terrifier 2 arrasó en Molins y Terrifier 3 tenía que pasar por La Peni. Daba igual si ya se había estrenado en cines comerciales, el público de TerrorMolins quería reencontrarse con Art y la maratón fue la ocasión perfecta. Superando el milagro de su predecesora, Terrifier 3 y sus 87 millones de beneficio en taquilla se consolida como la auténtica gallina de los huevos de oro del cine de terror. La saga ultragore de Damien Leone no para de ganar adeptos y atraer a curiosos poco familiarizados con el género, pero siempre se agradece tener un fenómeno así en un festival en el que el público ya conocía al payaso silencioso cuando no acaparaba titulares ni se viralizaba en redes.
Terrifier 3 cumple la función de pieza intermedia en una saga que presumiblemente terminará en la cuarta entrega, y sigue la doctrina del “más grande y con más dientes” que cabría esperar de una secuela que octuplica el presupuesto respecto a la anterior. También ofrece una ligera variación al elegir la temática navideña para reforzar aún más el negrísimo humor de Leone y multiplicar el impacto metiendo a niños en la ecuación. Pero cuando los chorros de sangre empiezan a brotar, poco importa la fecha que marque el calendario.
A nivel argumental, Terrifier 3 no tiene mucho que comentar. Ambientada cinco años después del desenlace de la segunda parte, nos presenta a una Sienna que sigue recuperándose del trauma vivido y a Art y una renovada Victoria, ahora en modo villana total, que despiertan de un letargo autoprovocado para saldar cuentas pendientes con los hermanos Miller y arrasar con todo el que encuentren por el camino. Leone pisa a fondo en el nivel de barbaridades que acontecen (en plano o fuera de él) en esta tercera entrega, demostrando de nuevo su maestría en el uso de efectos prácticos y, muy acertadamente, apostando aún más por el humor con el que David Howard Thornton es capaz interpretar a Art y que queda patente con el hecho de que el desternillante encuentro entre Art y Papá Noel sea, por encima de toda la violencia y la casquería, el mejor momento de la película. Porque Terrifier 3 es, pese a su inenarrable crueldad, muy divertida; tanto que viéndola en un pase “convencional” uno puede sorprenderse escuchando más risas que expresiones de disgusto. En definitiva, Terrifier 3 es, aún con todas sus carencias – tan obvias desde la primera entrega que no las voy a volver a enumerar – un acierto y un triunfo para un género por el que nadie se quiere interesar hasta que empiezan a llover los billetes. Y nosotros lo disfrutamos aún más, porque ya estábamos ahí primero.
THE DEVIL'S BATH
The Devil's Bath ha arrasado en TerrorMolins 2024, alzándose con los premios a mejor dirección, película, interpretación, guión y fotografía. La película de Veronika Franz y Severin Fiala ha triunfado en festivales por todo el mundo e incluso ha sido la película presentada por Austria para los Oscars, mostrando una confianza poco habitual en el cine de género. Basada en registros históricos y partiendo de la investigación de casos de mujeres que cometían crímenes para ser ejecutadas, una forma de “suicidarse” que no impediría obtener el perdón de Dios, The Devil's bath nos cuenta la historia de Agnes, una joven recién casada en la Austria de mediados del siglo XVIII que, poco a poco, encontrará cada vez más difícil soportar la vida que le ha tocado vivir. Franz y Fiala han demostrado en trabajos anteriores que se les da realmente bien hacer pasar un mal rato al espectador, pero con The Devil's Bath han subido unos cuantos peldaños. Esta es una película dura en todos los aspectos, no solo por la angustia que sentimos por la protagonista, gracias a la descarnada interpretación de Anja Plaschg (que por cierto, también se encarga de la banda sonora), sino por el ritmo lento y desesperanzador con que la pareja de directores hacen que todo se desarrolle. El calvario vital y espiritual que experimenta Agnes mientras vive una vida de indeferencia por parte su marido, desprecio por parte de su suegra, y rutina insoportable soportando los embates de una depresión que en la época se consideraba obra del diablo realmente hace mella en el espectador, que puede quedar agotado ante tanta desgracia y tanto paseo por los farragosos y fríos bosques austriacos. Franz y Fiala firman pues una película difícil y exigente, con más de drama que de terror al uso, de una extraña belleza dentro de su hostilidad (es justo decir que agregar que fue rodada en “gloriosos 35 mm” en los créditos finales queda mucho más tierno y menos repipi que en el caso de Strange Darling) a la que solo se le podría criticar la falta de sorpresa de su argumento, ya que prácticamente te cuentan de qué va todo en los primeros minutos. Y aunque pareciera que su capacidad para destrozarle el estado de ánimo al público podría haberle jugado en contra en el contexto de un festival en el que el terror se convierte el algo festivo, que saliera de Molins con cinco premios deja claro que el mal rato, al final, valió la pena.
THE SUBSTANCE
The Substance, de Coralie Fargeat, era sin duda uno de los platos fuertes de esta edición. Y no precisamente por exclusividad, pues se estrenó un mes antes en un buen número de salas de todo tipo. Pese a todo, suficiente gente como para agotar las entradas de La Peni consideró que el mes de espera valdría la pena por verla en Molins. Y no se equivocaron.
Tras su paso por Cannes o Sitges ya se la calificaba como el auténtico must-see de este año, por lo que las expectativas estaban altas. Y no era para menos. El coctel de body horror, humor negro y crítica social de Fargeat está dejando su viscosa huella allá donde pisa y en Molins estas cosas no se nos pasan por alto.
Raro sería que alguien no supiera, a estas alturas, de qué va The Substance. Pero la sustancia en cuestión es la misteriosa solución que caerá en manos de Elizabeth Sparkle – una increíble Demi Moore haciendo el mejor comeback de los últimos años - , una estrella de los programas de aerobic en horas bajas, para hacer frente a los efectos del paso del tiempo. Una versión “más joven, más perfecta, mejor” de Elizabeth, Sue, emergerá para triunfar en todo lo que ella – en su distorsionada opinión y en la de los babosos que la rodean – ya no puede... siempre que ambas sean capaces de seguir las reglas. Y no puede ser tan difícil usar una sustancia sin abusar de ella, ¿no?
Porque en el fondo la estructura de The Substance es tan clásica como eso: Un artefacto milagroso con unas normas de uso claras que, de desobedecerse, conducirán a consecuencias fatales. Lo hemos visto mil veces. Pero Fargeat lo lleva todo a tantos lugares distintos que es imposible no rendirse ante la brillantez con la que la directora maneja historia, sátira y mensaje. La francesa tiene algo que decir y lo dice a cañonazos; absolutamente nada en The Substance es sutil. Fargeat critica la sexualización femenina como Haneke critica la violencia cinematográfica en Funny Games: tirándotela a la cara sin ningún tipo de miramientos. Los contoneos de Margaret Qualley adoptan la estética de aquellos videoclips de EDM hipersexualizados de mediados de los 2000, pero no hay plano del trasero de Sue que no vaya acompañado del contraplano de algún triste idiota ensimismado por lo mismo que se nos muestra en pantalla. El personaje de Sue es cosificado de una manera tan obvia que es imposible no ver que es una crítica, y el de Dennis Quaid es retratado con tal desprecio que el plano puede llegar a acercarse a su boca que hace que parezca un ano. Fargeat no quiere hacernos leer entre líneas, por eso todo aquí es negro sobre blanco, en negrita y en mayúsculas. Y quizás habrá quien lo encuentre burdo, pero al mismo tiempo que se estrenaba The Substance, cines más “serios” que La Peni proyectaban un documental sobre una artista musical que se publicitaba como 'Peli-Culón”. Cualquiera le quita razón.
Pero no solo de crítica al edadismo, la cosificación y el abuso en posiciones de poder por parte de señoros que no son capaces de memorizar el nombre de sus secretarias vive The Substance. Fargeat quería entregar un mensaje, pero ante todo es una directora de género y no va a desaprovechar la oportunidad de llevar el género de su película hasta el extremo más sanguinolento, grotesco, y pringoso posible. Dos o tres pasos más cerca de Lloyd Kaufman que de David Cronenberg, y muy lejos de la retorcida complejidad de una Titane con la que algunos han querido compararla por algún motivo, Substance se muestra sin complejos como una comedia negrísima con un claro espíritu punk capaz de evocar por igual al Kubrik de El Resplandor y al Yuzna de Society; a Requiem por un sueño y a The incredible melting man. Con las insuperables interpretaciones de Moore y Qualley, que llevan a sus personajes de la obsesión a la adicción, a la locura, y finalmente a la más pura monstruosidad y con acto final en forma de baño de sangre para asegurarse de que nadie va a salir indiferente de la sala, Coraline Fargeat ha armado una bomba de cuyo impacto se va a hablar durante años. Y con suerte sentará las bases para que en el futuro, otras producciones tan descaradamente de género como The Substance, encuentren el hueco que merece en festivales y salas de todo tipo.
THINGS WILL BE DIFFERENT
Tras llevar a cabo un robo, Joseph y su hermana Sidney empreden la huída hacia el plan de escape perfecto: Una granja en medio de la nada que, al activar ciertos mecanismos, los transportará a otra época donde podrán esperar y volver cuando hayan dejado de buscarles. Una vez desplazados de su propio tiempo, se verán atrapados por unos misteriosos captores situados en distintas líneas temporales y tendrán que colaborar con ellos para regresar a casa.
Things will be different es la primera película de Michael Felker, editor de las últimas cintas de Justin Benson y Aaron Moorhead. Esto no es un dato cualquiera, pues Benson y Moorhead, que ejercen aquí de productores (y actor de reparto en el caso del primero) parecen haberse convertido definitivamente en un género cinematográfico al que Felker se entrega por completo. Things... como el grueso de la obra de la pareja, es una película de ciencia ficción que se sirve del high concept, en este caso, el viaje en el tiempo para establecer una premisa pero se desarrolla enteramente sobre las circunstancias personales de sus protagonistas. El resultado es una película pausada e introspectiva, en la que el juego temporal pasa a ser poco más que un contexto frente al dilema real de los dos hermanos que deben aprender a vivir y entenderse mejor, y cuya verdadera razón dramática está en que el espectador conozca realmente a los dos fugitivos.
Adam David Thompson y Riley Dandy ofrecen interpretaciones tan austeras como el resto de la película pero convincentes, tanto en la rudeza en la que se nos presentan como delincuentes a la fuga como en lo emocional de dos hermanos con una historia por resolver. Como guionista, Felker, tiene que recurrir a trampas para salir de sus propios embrollos ¿qué película de este tipo no lo hace? cuando se le empiezan a amontonar conceptos, pero tras la cámara lo compensa imprimendo a Things will be different un ritmo que, aunque lento y reiterativo, no permite al espectador perder interés.
El debut de Michael Felker puede sentirse un poco fuera de lugar en un festival de cine de terror pero es una gran muestra de ese cine de ciencia ficción indie que no necesita de grandes medios ni de historias grandilocuentes y que hará las delicias de los fans de Benson y Moorhead, o puede servir de puerta de entrada a los no inciados a un universo que, con la adición de Felker a la dupla, se acaba de expandir.
V/H/S BEYOND
No podía faltar. Por cuarto año consecutivo la saga V/H/S lanza una nueva entrega y aquí estamos los espectadores de TerrorMolins para ver qué se traen entre manos esta vez. Beyond, la séptima VHS, llega con un par de interesantes novedades en su plantilla de directores y unificada por una temática extraterrestre/sci-fi que siguen todas las historias menos una.
Tan irregular como todas las películas de la franquicia, Beyond sigue funcionando como un entretenimiento sencillo al que no se le puede pedir mucho más que un buen rato y que difícilmente se puede recordar en su totalidad cuando aparece la siguiente parte.
Entre los momentos de V/H/S Beyond que sí quedarán grabados en nuestra memoria podemos contar “Live and let dive”, el segmento de Justin Martinez sobre unos amigos atacados en un avión momentos antes de hacer paracaidismo, “Stork”, una pieza de pura acción zombie dirigida por Jordan Downey, y “Stowaway”, la mejor pieza de la antología y posiblemente la que quedará como insignia. Escrita por el grandísimo Mike Flanagan y dirigida por su mujer y colaboradora habitual Kate Siegel, Stowaway nos cuenta la historia de una mujer que a su familia atrás para investigar avistamientos de ovnis en el desierto de Mojave. Tras dar finalmente con uno, consigue colarse y descubrir un avanzado sistema de curación para después quedar atrapada cuando la nave despega. Flanagan explota el horror impregnado de profunda tristeza que tan bien le ha funcionado en televisión para componer la historia y Siegel aprovecha el formato de cinta de entrevistas para tejer una historia que avanza poco a poco de forma aparentemente incierta hacia un final desolador.
“Fur Babies” de Justin Long y su hermano Christian es divertida y suficientemente terrorífica para ser disfrutable pero descuadra un poco al desmarcarse del género que siguen las demás, y peca de ser demasiado parecida a Tusk de Kevin Smith, que ya protagonizara Long. Y “Dream Girl” de Virat Pal es efectiva a la hora de crear tensión y dar sustos, pero se siente como uno de esos capítulos intermedios que sólo se basan en llevar cualquier historia a una conclusión sangrienta sin mucha intención de dejar huella. La historia que une toda la película, como viene siendo habitual, acaba siendo la más floja, un olvidable falso documental sobre un hombre que intentó registrar los fenómenos extraterrestres que sucedían en su casa.
V/H/S se está convirtiendo en algo así como una tradición anual y, aunque todas las entregas tengan sus altibajos, son celebrables como tal. Beyond puede verse algo corta si la comparamos con el grandísimo nivel que hemos tenido en esta edición de TerrorMolins, pero mientras nos sigan llegando secuelas de esta saga, los de siempre las esperaremos y disfrutaremos.
Estas han sido nuestras 10 películas de TerrorMolins, pero han habido muchas más. Un año más el festival ha apostado por cineastas de todos los rincones del planeta para traer una selección de cine fantástico y de terror de todos los colores y sabores posibles. Queda todo un año para ver todo lo que TerrorMolins ha preparado para nosotros antes de que llegue la nueva edición. Así que tenemos deberes; y ya nos veremos en 2025. ¡Larga vida a TerrorMolins!
Palmarés TerrorMolins 2024
Sección Oficial Cortometrajes
Mejor cortometraje: Wander to Wonder de Nina Gantz
Mejor guión: Lena Fakler por Pissen aufs Patriarchat
Premio Víctor Israel a la mejor interpretación: Youngji Jo y Malbok Yang por Home de Jaehee Jeong
Mejores efectos especiales: Demons de Adesh Prasad
Mención honorífica del jurado: Au prix de la chair de Nayla Berrada
Premio Méliès d’Argent a Mejor cortometraje europeo: Puzzle de Sébastien Roignant
Premio de la Crítica de Oro a Mejor cortometraje: Puzzle de Sébastien Roignant
Premio del público Manel Gibert: Paspocalypse de Jasper ten Hoor e Ivan Hidayat
Sección Ç-Trencada
Premio NRD Multimedia al mejor cortometraje: Parasomnia de Daniel Noblom
Mención honorífica: Berta de Lucía Forner Segarra
Premio del Público: Berta de Lucía Forner Segarra
Sección Globus
Premio al Mejor Cortometraje Sección Globus: O’Cacto de Ricardo Kump
Sección TerrorKids
Premio al Mejor Cortometraje Sección TerrorKids: Outside Noise de Ethan Evans
Premio del Público Caca a la Butaca: Baile con la muerte de VV.AA.
Sección Oficial Largometrajes
Mejor película: El baño del diablo de Severin Fiala y Veronika Franz
Mejor dirección: Severin Fiala y Veronika Franz por El baño del diablo
Mejor interpretación: Anja Plaschg por El baño del diablo de Severin Fiala y Veronika Franz
Mejor guion: Severin Fiala y Veronika Franz por El baño del diablo
Mejor fotografía: Martin Gschlacht por El baño del diablo de Severin Fiala y Veronika Franz
Mejor banda sonora: Sebastien Romero por Heresy de Didier Konings
Mejores efectos y maquillaje: Exhuma de Jang Jae-hyun
Mención especial por originalidad: The Rule of Jenny Pen de James Ashcroft
Premio del público Sección Oficial: Exhuma de Jang Jae-hyun
Sección Being Different
Mejor película: El instinto de Juan Albarracín
Mejor dirección: Isaac Ezban por Párvulos. Hijos del apocalipsis
Mejor interpretación: Mateo Ortega por Párvulos. Hijos del apocalipsis de Isaac Ezban
Mejor guión: Juan Albarracín por El instinto
Premio del público Being Different: El instinto de Juan Albarracín
Sección Bloody Madness
Mejor película: Krazy House de Steffen Haars y Flip Van der Kuil
Mejor dirección: Sasha Rainbow por Grafted
Mejor interpretación: Nick Frost por Krazy House de Steffen Haars y Flip Van der Kuil
Mejores efectos especiales: V/H/S/Beyond de Jay Cheel, Jordan Downey, Christian Long, Justin Long, Justin Martinez, Virat Pal y Kate Siegel
Mención especial por su capacidad de mezclar géneros: Handsome Guys de Nam Dong-hyup
Premio del público Bloody Madness: Handsome Guys de Nam Dong-hyup
Concurso Microrelatos de Terror
Premio Instituts ex-aequo:
La guía telefónica de Berta Asenjo (INS Lluís de Requesens – Molins de Rei)
La pilota de Paul Del Estal Castaño (INS Bernat el Ferrer – Molins de Rei)
Premio Catalán: Una mare exemplar de Rosalía Guerrero Jordán (Valencia)
Premio Castellano: Encallada de Tonio L. Alarcón (Barcelona)
Accéssit Premio Castellano: Famélico de Aïda (Tarragona)