Crónica de la 19ª edición de L'Alternativa

          El festival de l’Alternativa abre sus puertas un año más para ofrecernos el mejor cine independiente del momento. A través de largometrajes, cortometrajes y experimentos audiovisuales da un repaso a la cinematografía alejada de convencionalismos y afín al arte en estado puro.


          El gran invitado de este año, Pedro Costa, tiene el privilegio de abrir el festival con su último trabajo: “Ne change rien”, donde la trascendencia recae no en el resultado sino en el proceso, el proceso artístico. Partiendo de la creación de una canción o la preparación de un concierto, los planos repetitivos son parte del camino hacia la perfección de la obra. La protagonista absoluta del film es Jeanne Balivar, musa del cine de autor francés que, además de formar parte del jurado, estará durante todo el festival presentando sus trabajos delante y detrás de la cámara. Fiel a su estilo, Costa captura en blanco y negro y con planos fijos, cual visitante curioso, retales de la vida de esta artista permitiéndote realizar una inmersión en el arte mismo, a veces reiterativo, a veces alegre, cansado, nervioso, bloqueado, para, finalmente, llegar al objetivo deseado.   

         

          Tras este aperitivo tan prometedor, empezamos el segundo día de festival con un film portugués “A nossa forma de vida”, es este, el director persigue a sus propios abuelos en sus quehaceres cotidianos. Sin abandonar en ningún momento el piso de éstos, va recogiendo su percepción del mundo, su día a día, su peculiar relación al tiempo que típica en una pareja de edad avanzada. La intención veraz de este largometraje queda patente por su ausencia de banda sonora, guión al uso (los protagonistas hablan libremente, incluso interrumpiéndose yendo cada uno a su aire) o fotografía efectista; por el contra, la televisión es la única fuente de sonidos que no sean las intervenciones de estos octogenarios y la cinematografía es intimista, llena de contraluces. A parte del pasado comunista del hombre, del que habla con orgullo y del cual conserva pequeñas piezas de decoración, el tema más interesante surge de sus formas de ver la situación actual de su país. Mientras el ama de casa se entretiene mirando por la ventana de su casa o de su tele participando de las superficialidades, el jubilado casi agorafóbico crítica los primeros efectos de la crisis económica.  Desde sus posturas, aparentemente retiradas de la vida activa, hacen reflexionar acerca de un presente que afecta a todos y cada uno de nosotros desde experimentado punto de vista.

          Y de una realidad a otra. El duro documental “5 broken cámaras” nos ilustra la historia de Bil’lim, un pueblo palestino en su lucha contra los colonos israelíes, empeñados en levantar un muro entre ellos cada vez más grande. A través de los primeros 5 años de uno de los hijos del director (y cámara), vemos cómo los niños se han de enfrentar a la situación, cómo han de posicionarse y educarse ante la misma, cómo no se les engaña ante una realidad tan peligrosa como mortal en medio de una de las situaciones más deshonrosas de nuestra coyuntura internacional, un conflicto de odios mutuos y firmes convicciones en las que, en este caso, las intenciones pacifistas reciben a cambio, no una puerta de diálogo, sino una respuesta de violencia y sangre. El momento culminante del film llega con una pregunta del joven Gabril de apenas 5 años: ”¿Por qué no matamos a los soldados?”, dejando atrás de este modo su inocencia y, por ende, su infancia. Sabedores ambas partes de que la fuerza se encuentra en las nuevas generaciones, unos y otros aleccionan a sus descendientes, en ambos lados del muro que los separa. Por cada cámara que los colonos destrozan, nace una nueva y sigue en su misión de crear un documento que muestre la situación sin invenciones ni justificaciones vanas.

          En contraposición a la vida de este pequeño palestino, encontramos a la protagonista de “Nana”. Contextualizada en la campiña francesa, esta película nos acerca a la forma de ver el mundo de una niña de 4 años que vive con su madre en medio del bosque. Aprovechando la gracia y jovialidad de la encantadora niña, la directora nos enseña su mundo interior y su imaginación desbordante enfrentadas a la realidad de la existencia que sólo puedes aprender de la naturaleza y la experiencia. Con una madre distante y desestructurada, Nana es forzada a la independencia y al conocimiento temprano de las verdades absolutas. Los diálogos brillan por su ausencia y las escenas bucólicas y contemplativas intentan transmitir todo el significado posible.
Casi todo el peso del film recae en su protagonista en miniatura y, sin querer menoscabar el esfuerzo que se esconde detrás de este proyecto, es, sin embargo, algo vacío en cuanto a contenido más allá de la autoconciencia de la mortalidad o la exposición del pensamiento infantil. Se queda, irremediablemente, a medias.

          El último film del día, “Two years at sea”, un film rodado en 16mm e íntegramente en blanco y negro, utiliza una interesante fotografía que resalta los puntos de interés en el plano al tiempo que no deja ver del todo los detalles. Una curiosa elección para presentarnos las excentricidades de su protagonista, un hombre entrado en años que vive austeramente en el bosque, aislado de las comodidades modernas, e inmerso en actividades nada convencionales que rozan las performances. Las escenas se extienden en el tiempo más allá de los límites de la atención, el protagonista no actúa, está, provocando un estado de percepción singular, esperemos, cercana a las intenciones del director transmitiendo la importancia de la reflexión y la paciencia ante la vida, en este caso, ante la naturaleza o el bosque.

 

          Arrancamos el tercer día de festival con “As above, so below”. Presentado por su joven directora, nos adentra en el mundo del reciclaje alrededor de la dramática historia de una viuda que decide utilizar las cenizas de su marido para hacer un diamante. A través de planos fijos y voz en off, expone la historia vital de lo sobrante dentro de una sociedad de consumo en la que el paso del tiempo es sinónimo, no solo de los efectos provocados por el paso de las estaciones, sino también por sus desperdicios. Todo queda reducido a piezas transformables, materias primas que serán vueltas a introducir en la gran rueda de lo utilizable. Todo tiene valor, nada muere del todo. En contrapunto, ese ser dotado de vida que, una vez incinerado, recobra su valor en forma de una piedra preciosa. La subjetividad por encima de todo.

  Ya que se trata de un documental, su trabajo en ese sentido queda más que justificado pues da una imagen clara del proceso en el que nuestras desestimaciones materiales se ven inmersas. Sin embargo, a parte de esta vertiente descriptiva, el único elemento emocional o dotado de un trasfondo: transformar a un ser querido en un objeto de decoración, queda poco desarrollado, queda sólo en la extraña decisión de tener parte de un fallecido colgado al cuello, algo que, sociológicamente hablando, tendría mucho interés desarrollar.   



          Este festival se puede vanagloriar de tener una selección de cortometrajes tan interesantes como heterogéneos, en esta sesión , la número 3, la selección recoge 7 obras que van de la ficción a la animación pasando por experimentos y nuevas perspectivas cinematográficas. El primer corto, "Ovos de dinossauro na sala de estar", retrata el patetismo extremo mezclado con un ambiente Lynchiano de los recuerdos que atesora la viuda de un diplomático. Los cortos de animación, en donde la imaginación suele desbordarse, no dejan indiferentes: "Kaspar" muestra la cruda existencia de un niño salvaje cuya existencia, ya de por si dura, acaba trágicamente; "Oh Willy", una apología de la naturaleza, es un claro ejemplo de cómo el stop motion con tela es un acierto a la hora de provocar un sentimiento entrañable en el espectador por su calidez y veracidad; y "Hänen tilanne" es un corto conceptual que, usando la sencillez extrema, es capaz de plantear el sentido de la vida, un ciclo sin fin en el que tu participación es tan intranscendente como el planteamiento mismo de ella. Por lo que al resto de trabajos, es destacable el esfuerzo de "Kako Sam Zapalio Simona Bolivara" por hacer un paralelismo entre la imaginación mágico-infantil y el sinsentido de la guerra y "Like Rats Leaving a Sinking Ship" por hacernos partícipes del sentimiento asociado a la identidad sexual en una sociedad demasiado influenciada por moralismos y etiquetas. Para finalizar este repaso a la sesión, "Un dimanche matin" demuestra que: para gustos, colores, pues, en este proyecto sin aparentes objetivos artísticos, lo único que vemos es el paseo matutino de un perro.

 

          El siguiente film, "Nacer: Diario de maternidad", es un sencillo pero efectivo documental alrededor de las futuras madres en las maternidades de Bogotá. Limitando su influencia a la introducción de cámaras en las salas reservadas a las embarazadas, este film articula su retrato de esta realidad de forma episódica, como si un proceso de estados describiera los días previos a la aparición de estas nuevas vidas en el mundo. Cada caso tiene sus peculiaridades que, en conjunto, ejemplifican el estado de este país, en el que el embarazo prematuro y múltiple está a la orden del día. Lo que más llega a sorprender de "Nacer" es el grado de confianza creado entre las protagonistas y el responsable del proyecto, una confianza que requiere haber llegado a un alto grado de intimidad teniendo en cuenta que se nos hace partícipes de uno de los momentos más trascendentales en la vida de una mujer o de una familia y, más, si este momento incluye dar a conocer tu historia vital. El escaso presupuesto contrapuesto con el excelente resultado no hace otra cosa que aumentar la valía de este documental, que, sin pretensiones, consigue sus propósitos, por muy mundanos que puedan parecer.


          Para redondear el día, dos films de la sección paralela dedicada a Pedro Costa. El primero, "O nosso homem", un relato fantasmagórico acerca del relegado, del asocial, del que pasa por la vida en una apartada y forzosa reclusión, son dos cortometrajes unidos bajo la misma idea. El segundo, titulado "Ossos", muestra de manera cruda y realista, la sordidez de los bajos fondos de Lisboa. Con el firme propósito de capturar de la manera más veraz posible, el film carece casi por completo de actores profesionales y, aunque si existe un argumento, la fuerza casi tenebrosa de sus protagonistas introduce un elemento perturbador constante que relega a un segundo plano toda articulación de una historia, digamos, tradicional. Los planos que se extienden en el tiempo refuerzan esta intención de mostrar más que interpretar la realidad.

 



          Traspasamos el ecuador del festival y llegamos al cuarto día con un film de la sección Panorama: “Sibila”, otro de la retrospectiva de Jeanne Balivar "Par exemple, Electre" y, para finalizar, un largometraje de la sección oficial: “La casa Emak Bakia”.


          Sibila Arredondo, activista del denominado "Sendero luminoso" acaba de salir de prisión, esta es la excusa para realizar un documental acerca del impacto en su propia familia. Su sobrina es quien se pone tras las cámaras para recoger las opiniones, experiencias y reacciones de sus allegados tras estos años de encarcelamiento. Lo que a priori tiene todos los ingredientes para convertirse en un trabajo extremadamente interesante, deviene en un producto algo centrado en exceso en la propia directora. Sus entrevistas, con el pretexto de hablar de su tía, vienen a desembocar en su propia persona, quién no recuerda mucho de esa época y, cómo si de lo único trascendental de su vida se tratara, desea tener más datos al respecto. Este egocentrismo latente de la realizadora llega a su punto álgido al final del film, cuando, por fin, llega la ansiada entrevista a la propia Sibila, exiliada en Francia. Este plato fuerte es totalmente desaprovechado, ya que su objetivo se reduce a intentar conseguir una disculpa por parte de esta excepcional mujer quien, por otro lado, demuestra no sólo su superioridad intelectual sino su integridad y convicción. Aun tratándose de un torpe intento, irónicamente, Sibila consigue reafirmar su postura ante los espectadores. Un triunfo considerable.

 



          Otra de las secciones paralelas del presente año está dedicada a una de las artistas más versátiles del panorama francés: Jeanne Balivar. A parte de sus facetas como cantante y actriz de cine y teatro, se lanza a la dirección con "Par exemple, Electre". Este film realizado y guionizado conjuntamente con Pierre Léon representa la visión cinematográfica de sus creadores. Lejos de poseer cualquier tipo de estructura convencional, el film es un conjunto de escenas cuya definición es lo más cercano a performances. Alrededor del proceso creativo de una obra teatral basada en el mito griego de Electra, los actores desfilan por las calles recitando partes de la misma mientras los directores tienen reuniones acerca de la producción. Todo ello, con una pretendida falta de cinematografía, planos tradicionales o veracidad conceptual. Aparte de su intención dadaísta, no estamos ante un film que persiga mensajes trascendentales, el debut directoral de Balivar es un experimento audiovisual llevado a cabo con mínimos medios pero con muchas pretensiones.     

          En la búsqueda del origen del título de uno de los desconocidos trabajos cinematográficos de Man Ray: “Emak Bakia”, este documental nos lleva en un viaje artístico imbuido del espíritu de este gran artista de principios del siglo pasado. Con una gran libertad en su puesta en escena, el azar se convierte en un protagonista más y, pista tras pista, se avanza sin que el destino final sea más importante que el proceso. Las entrevistas, no son tales, sino más bien testimonios, aportaciones, en fin, más pistas.
Tras este precioso film, se esconde una gran labor de documentación y un gran amor hacia la figura de Man Ray. La investigación llega desde las costas Navarras a Florencia y Francia, pasando por la entrañable historia de un payaso que ya tiene comprada su tumba. Las influencias surrealistas y, a la postre dadaístas, rezuman en todas las escenas creando, en definitiva, un excelente trabajo que obtiene lo que pretende y es capaz de transmitirlo. Todo un acierto.  

 



          Seguimos nuestra andanza por el festival llegando al quinto día y empezándolo con el primer largo de Homer Etminani. Descrito por su director como cine de verdad, alejado de propósitos comerciales, sin ningún otro fin que la creación libre. “Nació” se presentaba como una visión fresca y revitalizante, que, desgraciadamente se queda en un mero documento visual. Durante sus sesenta y cinco minutos somos espectadores del entrenamiento de un joven recortador, culminando con un concurso de esta actividad paralela de algo tan nacional como la tauromaquia. Con una distancia absoluta por parte del director, muestra con planos simples y escenas de extenso metraje el día a día de este joven. Cual voyeurs, nos convertimos sólo en testigos, sin que haya entrevistas o intervenciones por ninguna parte, algo que hace dudar, incluso, de la aportación artística del realizador. La cámara se planta y rueda lo que pasa por delante.
Teniendo en cuenta lo elevado de las intenciones del director, tras el discurso previo al visionado, el sentimiento que genera su obra puede ser contradictorio a sus objetivos y, en términos generales, decepcionar. Sin embargo, no se debe menospreciar el hecho de querer desvincularse de la rueda convencional y generadora de producto que reniega del arte libre.


          La presencia de la musa del cine de autor francés en el festival aumenta el valor de poder disfrutar de una selección de sus obras. Así mismo, con "Comedie de l'innocence" nos topamos con una joya cinematográfica. Este peculiar trabajo sorprende por la forma en que, de una historia aparentemente sencilla, se puede desembocar en un thriller psicológico opresivo y delirante. Su protagonista es un niño cuyo juguete preferido es una videocámara con la que registra su mundo. El cambio repentino en la personalidad del infante empieza a preocupar a su elitista madre y la aparición de una enigmática violinista -interpretada por Balivar- no hace más que enturbiar progresivamente la situación. Absolutamente todo está controlado en este film para introducirnos en un ambiente tenso y perturbado en las que las sospechas se generan en todos los sentidos. Este detallismo se convierte en una de sus grandes bazas ya que deslumbra por su genialidad y su adecuación a la historia alrededor de la inocencia.
En definitiva, este tratado acerca del pensamiento mágico-infantil y su contraposición con la percepción adulta es toda una maravilla que debería entenderse como un referente del tema. Todo un regalo para el séptimo arte.    

 

 

 

          Dentro de la sección oficial tenemos "El salvavidas", una gran metáfora vital contextualizada en Chile. La dinámica que se genera en las playas ejemplifica prejuicios, percepciones y conflictos sociales. Este notable documental tiene la peculiaridad de parecer un film de ficción, el personaje central es un vigilante de la playa que se toma muy en serio su labor preventiva, su trocito de arena es defendido con puño firme y se cree un pilar dentro de su profesión. Por contra, sólo tiene quejas para con sus colegas y la tensión entre ellos parece crecer día a día. Por consiguiente, nuestro primer impulso es empatizar con el protagonista pues sus justificaciones son razonables y se presenta como un trabajador responsable, sin embargo-y en este punto radica la brillantez del film-, es el trabajador más criticado el que acaba literalmente mojándose para salvar una vida. En cuestión de minutos el debate está servido y la balanza parece decantarse por el irresponsable, pero valiente vigilante, que no duda en enfrentarse a la naturaleza poniendo en riesgo su vida en pro de otra. Con pocos medios y con planos sin complicaciones logra de lo micro pasar a lo macro casi sin darte cuenta, aportando al espectador mucho más de lo que podría esperarse.   
 


          Tras cinco días repletos de buen cine y nuevas visiones, l’Alternativa da punto y final a la edición del presente año en su sexto día de proyecciones. Concluimos este festín cinematográfico con dos films tan distintos como imprescindibles: “Crulic” y “No quarto da Vanda”.


          Cuando, hace años, nos imaginábamos el futuro, esperábamos encontrarnos con una sociedad evolucionada en la que palabras como hambre o guerra fueran parte de la memoria. Sin embargo, aquí estamos, empezando nuestro segundo milenio y con unas perspectivas muy poco alentadoras para el ser humano. "Crulic" es un claro ejemplo del sinsentido y la carencia de humanidad que deja poco espacio para la esperanza. Utilizando varios estilos de animación, el protagonista narra su muerte desde el hecho que la provocó. Un duro film basado en un caso real en el que vemos como el personaje principal va consumiéndose poco a poco a causa de una huelga de hambre autoinflijida. De poco parece servir la posterior exculpación del pobre diablo, que sólo consiguió llamar la atención con su fallecimiento.
       La elección de la animación y la constante voz en off, utilizada para contar esta historia, le da un toque de irrealidad, un toque de fábula oscura que aumenta su crudeza y su impacto emocional entrando directamente a través de nuestro lado infantil, ese que aun puede diferenciar entre el bien y el mal. En pocas palabras, un cine necesario.    



          Para dar por concluida la decimonovena edición de L'Alternativa, el último film de la selección de Pedro Costa, "No quarto da Vanda", una especie de continuación de "Ossos", otro de los trabajos escogidos por el realizador para completar su retrospectiva. Con ausencia de actores, argumento o guión, este proyecto retrata los últimos días de una barriada de chabolas habitada por drogadictos. Vanda es su protagonista, y en torno a ella, una vida ajena para casi todo el mundo se ve a través de sus ojos, mostrando una realidad extrema y una profundidad vital ardua de encontrar. Su forma de vida es una elección personal, no una reacción de un carácter débil, se enfrenta a la muerte con una libertad difícil de compartir pero, desde cierto punto de vista, envidiable. Por lo que a la parte autoral se refiere, la capacidad del director para hacer que estas personas muestren su vida sin complejos es digna de admiración, tanto, como la elección de la parte técnica que unida a un montaje poco convencional genera un efectismo sorprendentemente veraz.       

 

 

          Tras la última proyección, los premios, galardones otorgados por el jurado compuesto por Jeanne Balibar, Isa Campo y David Epiney para largometrajes; por Marla Jacarilla, Jorge Rivero y Gloria Vilches para cortos; y por Sesi Bergeret, Pere Ginard, Margarita Maguregui, Céline Pimentel y Tess Renaudo para la sección Pantalla Hall:



Gran Premio del Festival a la obra Nacer. Diario de maternidad, de Jorge Caballero (Colombia)


Gran Premio del Festival al cortometraje A Story for the Modlins, de Sergio Oksman (España)
Con una mención especial a Like Rats Leaving a Sinking Ship, de Vika Kirchenbauer (Alemania)

Premio Pantalla Hall al film The Whale Story de Tess Martin (Estados Unidos)

El premio del público de la edición de 19ª edición l'Alternativa, Festival de Cine Independiente de Barcelona, es para el film Oh Willy... de Emma de Swaef y Marc James Roels (Bélgica / Francia / Países Bajos)

 

 

          Quedamos, pues a la espera de celebrar juntos los veinte años del festival, una cita ineludible para el arte y último reducto para el cine independiente.



Por Silvia García Palacios