TerrorMolins 2013: 12 horas, 7 películas

                Como cada año, el evento principal del Festival de Cine de Terror de Molins de Rei es justamente el que se mantiene desde su fundación, su raíz: la maratón de 12 horas de terror. Las mayores cualidades que puede una maratón de estas características, tanto por la temática como por la duración, es que todas las películas sean lo bastante buenas como para mantener un nivel regular que ayude al público a aguantar en vilo de principio a fin, y sin duda este año la programación ha sido magnífica en este aspecto.

                Empezamos con “Wither”, un film sueco de vocación low cost (por su presupuesto y equipo reducido) que planta sus raíces en Posesión Infernal de Sam Raimi, pero con un tono más dramático que lúdico que desluce un trabajo muy meritorio en el apartado técnico. La película tantea varios subgéneros del terror, desde los zombies a las posesiones, pasando fugazmente por la monster movie, pero no tiene el suficiente empaque ni un buen ritmo como para mantener el interés durante todo el metraje. Seguramente, la apuesta por la bis cómico festiva que una película de estas características podía ofrecer, hubiese sido más adecuada para ajustarse a la ligereza y a la calidad de la propuesta, hasta el punto que, sin ser una película ni mucho menos denostable, “Wither” es con diferencia el film más flojo de la sesión.

                Todo lo contrario se puede decir de “Savaged”, la segunda en salir a la palestra. El debut de Michael S. Ojeda también tiene un fuerte fundamento autoral, no tan perceptible a nivel visual/narrativo porque en este sentido la película es bastante convencional (exceptuando escenas puntuales), pero sí en un proceso de creación dilatado y de dedicación pura. De hecho, el propio Ojeda y su productora presentaron el film con un pequeño vídeo en el que animaban a la gente que soñara con rodar una película a hacerlo, porque con trabajo y paciencia era posible. En el caso del director norteamericano y su equipo, el resultado es un genuino rape & revenge protagonizado por una chica sordomuda que es secuestrada, violada y abandonada casi muerta por una banda criminal, pero consigue sobrevivir gracias a un brujo indio que le devuelve a la vida…aunque poseída por un espíritu indio que controla su cuerpo en pos de venganza. Lo interesante de “Savaged” es, sin duda, como sale de los hermetismos del subgénero y plantea una película muy entretenida y muy aplaudible, sin altas pretensiones pero con una originalidad y una coherencia interna que se agradece.

                Sin tiempo para descanso nos adentramos a una de las películas más esperadas de la maratón, la antología de terror “V/H/S/2”. Al igual que la primera parte, nos encontramos con un desfile de cortos que se van enlazando a través de otro más que sirve de hilo conductor y, a diferencia de su predecesora, su menor duración y el aumento notable de la calidad de los cortometrajes en liza, hace de esta secuela una pieza prácticamente imprescindible para del cine de terror contemporáneo. Concretamente el capítulo Safe Haven de Timo Tjahjanto (Macabre) y Gareth Evans (The Raid) no sólo es una obra maestra dentro del cortometraje, sino que es uno de los mayores hitos a la hora de explotar las posibilidades del formato found footage.

                En el ecuador de la maratón llega la película sorpresa –que siempre es una retrospectiva ligada al leitmotiv del festival–, presentada por uno de los organizadores del festival Albert Galera. Los rumores en la puerta apuntaban que la escogida sería “Holocausto Caníbal”, sobre todo porque las performances que se hicieron entre películas y la decoración selvática del teatro apuntaban a ello (además, “Holocausto Caníbal” es un film de culto gracias a los esquemas que rompió en su momento); pero finalmente la elegida fue “La Última Casa a la Izquierda”. Pese a ser un clásico del género, es evidente que la opera prima de Wes Craven ha envejecido mal en muchos aspectos, pero ya que el tema de este año era la censura no deja de ser curioso comparar el film con su remake de 2009, dirigido por Dennis Iliadis. La gran diferencia entre ambas es, sin duda, su radicalidad en relación al contexto. En este sentido, la versión de Craven es mucho más original a nivel argumental y mucho más crudo a la hora de mostrar la violencia, principalmente por el nervio que imprime la cámara y el realismo derivado de su condición casi amateur, pero es cierto que el remake mantiene bastante bien el grado de contundencia en este apartado. La gran diferencia, para mí, (ojo, SPOILERS) es que el remake resulta mucho más tibio por la simple razón que la protagonista que es secuestrada y violada consigue sobrevivir, de modo que tenemos un final feliz cuando sus padres acaban masacrando a los psicópatas que la han atacado, algo que en la original no ocurre y deja un sabor amargo pese al triunfo del bien en la conclusión de la película.

                Entramos en el tramo final de la noche con la gran sorpresa de programación, la buddy movie con mezcla de horror, comedia y sátira económica “Mon Ami”. La única película de la sesión que, además, era première española. Lógicamente, al ser una buddy movie el tema que vertebra la película es la amistad “frente a…”, y aquí es donde Rob Grant, guionista y director de la película, juega bien sus cartas a la hora de plantear una amplia variedad de situaciones extremas en las que la relación de los dos protagonistas es sometida a examen. Lo único que se le puede objetar a “Mon Ami” es su insistencia patológica por apuntalar cada escena con un chiste porque lo que hace por miedo de rebajar el ritmo es provocar que la trama avance a trompicones, con trampas de guión demasiado evidentes que perjudican la fluidez del conjunto hasta el punto de hacerse pesada en el tramo central. De todas formas es un film altamente disfrutable que asegura un dispendio de carcajadas a cualquier fan del género con un mínimo de ganas de pasarlo bien.

                La propuesta más estimulante en cuanto a la vertiente artística se refiere nos llega alrededor de las 5 de la madrugada. Se trata de una película muy especial y muy atípica de una maratón de estas características –circunstancia acentuada además por la hora de su proyección–, tanto por su duración (dos horas) como por la exigencia que una película tan personal y formalmente creativa tiene para con el espectador. Hablamos de “I Am a Ghost”, un auténtico “Juan Palomo” del debutante H.P. Mendoza (guionista, director, montador, responsable de la edición de sonido y efectos especiales, además de operador de cámara) que ya ha tenido un recorrido mundial por varios festivales en los que, además de ser aclamada, ha sido galardonada con varios premios, a los que hay que sumar el de Mejor Actriz de TerrorMolins por la excelente interpretación de Jeannie Barroga. La historia de “I Am a Ghost” gira en torno a Sylvia, un espíritu atrapado en una casa sin conocer las razones de su cautiverio y que para liberarse intenta rememorar secretos olvidados de su pasado gracias a la ayuda de una medium que la va guiando. Sin triquiñuelas ni giros facilones, H.P. Mendoza y Jeannie Barroga (que capitaliza absolutamente la película), el film nos sumerge en el laberinto bizarro y confuso de la mente de la protagonista, así como del espacio límbico en el que se encuentra atrapada. Sin duda, es la propuesta más arriesgada y personal de la noche, una de las más sugerentes del festival y una de las que introduce ideas más frescas, en cuanto a argumento y estilo, al género de fantasmas.

                Dando un giro de 180º, el fin de fiesta es una película con valores totalmente opuestos a los del film de Mendoza. Comercial, mimética, chapucera, cafre y reincidente. “Hatchet III” es un espectáculo de casquería que sigue las andanzas o, mejor dicho, matanzas de Victor Crowley en los siniestros pantanos que rodean Nueva Orleans. Es poco más que un séquito de artificios de gore exhibicionista, sin más pretensiones que levantar risas en la platea cada vez que el asesino termina lo más salvajemente posible con la vida de alguno de los integrantes del reparto que ni siquiera nos importan. Lo dicho, slasher extremo y fin de fiesta con el sol casi en alto fuera del cine. La mejor manera de empezar el día.

 

 

 



Por Gerard Fossas Noguera