Primera parte de la crónica del festival

    Remarcando sus veinte años de andadura, el festival de cine independiente de Barcelona, la Alternativa ya en su rueda de prensa nos dio un anticipo de lo que serían estos siete días de intenso cine.


    Como dice una de sus organizadoras, este festival no está dotado de “grandes estrellas, grandes talentos, no hay grandes focos, se pone luz sobre películas invisibles”, algo muy loable teniendo en cuenta los incesantes recortes presupuestarios.

    Este año, la sección oficial de largometrajes, dotada con un premio de 5 mil euros y con un alto porcentaje de óperas primas, está compuesto por 11 títulos. Por lo que a cortometrajes se refiere, con una dotación de 2 mil euros para el ganador, la selección es de 17, haciendo hincapié en la elevada proporción de producción nacional, un auge interesante en este campo.

    En la presente edición, cabe destacar gratamente la celebración de esos veinte años con una selección de los films más representativos del festival, obras de Herzog, Fassbinder, Wenders, Bresson o Cavalier entre otros. Todo un lujo para reencontrar o descubrir unas obras consideradas, en su mayoría, imprescindibles hoy en día. Dentro también de las secciones paralelas, la de Panorama representa, un año más, la: “energía creativa en los margenes de la industria, ejemplos de cómo trabajar en nuevas condiciones o situaciones actuales que muestran un camino para el futuro. Este año centrada en el territorio español”. Mientras que en el Hall se sigue con la propuesta gratuita de más de 70 proyecciones, a parte de albergar el espectáculo de Arrós Movie y el Tour de You’re lost memories.  

    Completando esta suculenta oferta, el festival vuelve a apostar por los Pequeños experimentos en pro de venideras generaciones, debates, el apoyo a escuelas de cine, talleres, mesas redondas y seminarios. Siempre con su mirada puesta en nuevas posibilidades, nuevos caminos para el futuro audiovisual.


 

Primeros días de la Alternativa 

    El pistoletazo de salida del festival vino de la mano del director Wim Wenders con el pase inaugural de “Alicia en las ciudades”. Este maravilloso viaje de vuelta al hogar mezclado con una especie de fábula escondido dentro de una road movie, es una experiencia única que todo amante del cine debe visionar una vez en la vida. Sin salir de la sección que celebra los 20 años, otra de las obras que se pudieron ver fue el debut en el largometraje de Rainer Werner Fassbinder, “El amor es más frio que la muerte” del 1969 y proyectado en 16mm donde el propio director hizo el guión del film. Una reversión iniciática del género de gánsteres sacado de su tiempo y con actores algo amateurs.


    Empezamos la sección oficial con “Leviathan”, un trabajo etnográfico deshumanizado que muestra imágenes de un barco pesquero norteamericano. Rodado con pequeñas cámaras a prueba de agua colocadas por doquier, este documental carece de dirección mas utiliza lo grabado por estas ventanas estratégicamente colocadas. El montaje, no obstante, deja vislumbrar una cierta mirada crítica para con la pretendida supremacía del homo sapiens o por lo menos su insensible dominio sobre la fauna marina. Agresiva, contemplativa y reiterativa por momentos, esta unión de imágenes no deja indiferente a nadie.


    Seguidamente, “A Batalha de Tabatô”, presentada por su director, Joäo Viana, el cual alagó la tarea del festival en esta época de transición, describiéndolo como el más cool. Esta coproducción de Portugal junto con Guinea Bissau, tiene todas las características del cine del África negra, repleta de metafóricas imágenes cuyo simbolismo se escapa al ojo occidental, dándole un peso importante al ritmo musical y a lo ancestral de su influencia cultural para con el resto del mundo. Muestra de ello sus títulos de principio y final: “Hace 4500 años inventamos agricultura, hace 2 mil años inventamos una forma de gobierno justo para nuestros reinos, hace mil el camino para el reggae y el jazz y hoy, contigo, inventaremos el camino a la paz”. Pretenciosa en su ejecución, “La Batalla de Tabatô” es, empero, simple e impactante.  

      La sección oficial de cortometrajes se separó en tres pases. La sesión cortos 2, con un total de seis cortos a competición destacó por su heterogeneidad de temas y propuestas audiovisuales.”Resistente”, recorre, literalmente, el día a día, el cuerpo y algunas experiencias de un anciano que vive -o sobrevive- en una casa tan gastada como él mismo. Contemplativo y descriptivo el documento es un retrato de la vejez. “Montaña en sombra” es introspectivo y absorbente a partes iguales y, aun siendo catorce minutos de personas que, cual hormigas, pasean por una imponente montaña helada, deja lugar a la reflexión incluso, filosófica. El corto “Mala raza”, el mejor de la tarde junto con el anterior, describe, en palabras de sus directores el distanciamiento irreversible entre generaciones, entre una madre y su hija. Un distanciamiento, quizás alienado por la propia relación entre madre y abuela, relación perniciosa que deriva en total ignorancia e indiferencia hacia los que la rodean. El corto de animación “Culpa”, es un provocador trabajo lituano difícil de categorizar, lleno de alegorías y surrealismos. “Trespass” dirigido por Paul Wenninger y que también pudimos visionar durante la inauguración del festival, es un stop motion de imágenes reales en el que su protagonista juega con espacios y objetos alejándose de la narración tradicional y acercándose más a la performance. El último corto de la sesión “So warm inside” es una producción nacional rodada en blanco y negro que nos recuerda por estilo más no por contenido al cine de Jonás Trueba.


      


    Volviendo a la sección oficial, “Tzevetanka”, film búlgaro con una excepcional puesta en escena e imágenes llenas de fuerza y significado. Su protagonista, una octogenaria que narra sus vivencias más trascendentales, desde la segunda guerra mundial, la toma de poder del comunismo y la caída del régimen desde su punto de vista burgués. Dirigido por su nieto, es todo un homenaje a sus antepasados, aunque de la sensación que ser mujer, estés donde estés nunca es un camino de rosas.

    Desde un prisma completamente opuesto, la gallega “Fora” es una película documental que utilizando narradores múltiples, genera una clase magistral, vertebrándolo todo con documentos de archivo, libros y varias publicaciones. Crea un paralelismo social, político y humanista realmente bien dirigido y pone puntos sobre las íes, comparando el pasado con el presente. Cómo los problemas económicos siempre se han solventado exprimiendo a los obreros, sin voz ni voto como esos locos del manicomio. Todos estamos locos si no hablamos de este tema.


    Dentro de este repaso de aniversario, otra joya de la mano del alemán Werner Herzog y su homenaje a su némesis amada: Klaus Kinski. “Mi enemigo íntimo” repasa toda su obra en común, habla de este peculiar actor, egomaníaco según sus propias palabras, que protagonizaba pesadillas de rodajes y maravillas del séptimo arte, toda una entrañable oda a un actor que hizo más grandes las obras de uno de los mejores directores de la historia del cine. Cinco fueron las películas que compartieron, una lucha a dos bandas de la que solo podía salir arte en estado puro.

    La cuarta jornada del festival nos trajo la proyección de la sesión de cortometrajes a competición cortos 3. La montadora del corto “Buenos días resistencia” presento su obra reasaltando la cercanía del director para con personajes, una familia numerosa y monoparental e historia un padre joven con tres hijos durante una mañana preparándolos para ir a la escuela. Utilizando un estilo natural, con cámara en mano que nos recuerda, salvando las distancias a Pedro Costa, este corto-documental da una lección de vida. Dando un giro de 180 grados tenemos “La salida de las obreras de la fábrica /otra vez/” donde trabajadores caminan cual autómatas dentro de un ambiente casi psicotrónico, recorriendo un pasillo que no parece tener fin e iluminados por luces rítmicamente parpadeantes; sólo el tiempo vuelve a su normalidad cuando salen de la fábrica. “Maman”, de origen francés, utiliza la animación para adentrarnos en un ambiente insano a la par que doméstico. “Rehearsal” es un montaje de imágenes recogidas durante la recreación de una crisis con víctimas que pretende recordar el 11S sin que queden definidas realmente sus pretensiones. Todo lo contrario que ocurre con “Hotzanak, For your own safety” que utiliza unas imágenes desgarradoras para representar la brutalidad con la que deshonran nuestro cuerpo las fuerzas del orden con la bana justificación de nuestra propia seguridad. El último trabajo de la sesión fue presentado por dos de sus creadores, los cuales, asombrosamente, instaron al público a no intentar entender algo que ni ellos mismos entendían. Con esta premisa “L’Hawaïenne” resulta una mezcolanza poética y surrealista de la búsqueda de dos asnos (uno irónicamente llamado Balthasar) por la campiña. Introduciendo pasajes de poemas y cierta simbología, se verifica la profecía de los noveles creadores, las sensaciones superan la lógica.

 

        


    Y como es lógico, no podíamos dejar de echar un vistazo a la sección panorama, en esta ocasión con el cortometraje “El vacio” seguido del largo “El invierno de Pablo”.

Con una sala bastante llena, el corto fue presentado por su director con un emotivo agradecimiento a familia y amigos. Su obra, en blanco y negro nos adentra en la dinámica hastiada de una pareja cuyo día a día es un devenir de automatismos opuestos a cualquier tipo de motivador vital trascendente. En definitiva, el trabajo de este joven realizador peca de una simplicidad extrema reducida a una metáfora obvia que deja en la superficie un tema del que podría haber teorizado en profundidad.
El film que siguió, también rodado en ausencia de color, se contextualiza en un pueblito de Málaga donde años ha, la minería era su principal fuente de ingresos así como de trabajo. Su protagonista, ingeniero de minas, parece convencido de qué está viviendo de prestado tras varios ataques al corazón y su decaimiento parece haberse acrecentado tras dejar su trabajo, Pablo parece enfadado con la vida misma y ha perdido cualquier motivación productiva. Tan solo tras la insistencia de su mujer empieza a ocupar el tiempo en otra cosa que fumar y estar sentado frente el televisor…pero no llevemos a confusión alguna, estamos ante un film documental dónde no vamos a encontrar ningún cambio significativo ni duradero en la vida de sus protagonistas, simplemente una fase. Lo más destacable es la naturalidad de los integrantes, los cuales parecen olvidar por completo la presencia de la cámara y abren sin prejuicios su pedazo de vida.


    Probablemente una de las joyas del festival sea “Museum Hours” dirigida por Jem Cohen. Planos planificados al detalle, estructura narrativa inteligente así como una sensibilidad artística de grandes dimensiones hacen de esta obra de arte una experiencia excepcional. Hilvanando paralelismos metafóricos y literales entre una historia humana, un museo y la ciudad que lo contiene, expone como máximo denominador el arte absoluto, el que está en todo. Resaltando, entre muchos de sus planteamientos, casi filosóficos, la atemporalidad de las obras pictóricas, se centra, sobre todo, en Brueghel el viejo, pintor flamenco cuya obra encierra una sutileza evocadora envidiable; en este punto, la memoria nos llevó a rememorar el film “El molino y la cruz”, de Lech Majewski y protagonizado por Rutger Hauer, para comprender la trascendencia intrínseca de este artista. Volviendo al film que nos ocupa, otro de sus puntos trascendentes se halla en cómo la exposición de pensamientos a través de la palabra hablada adquiere vida propia y nos sumerge en ese estado que acapara tus sentidos, alejándote de la aparente victoria actual de lo sociovirtual y regresando a la raíz del propio catalizador del arte. Sencillamente, una maravilla para los sentidos.


               



Por Silvia García Palacios