Crónica de la sección oficial del 4º AFF

La sección oficial de la edición del Atlántida film festival 2014 ha contado con un total de 17 títulos de lo más heterogéneo. 

 

      A colación de la película inaugural, “El desconocido del lago” el festival ha escogido bastantes títulos en los que el sexo es uno de sus protagonistas. “El tercero”,  film argentino de textura muy digital, narra la relación puntual de tres homosexuales, dos de ellos pareja, para realizar un trío. A parte de los evitables límites morales por lo que al sexo

 

 

 

explícito se refiere, cabe destacar la naturalidad de la cinta por encima de su torpe ejecución con planos excesivamente largos y demasiado superficiales.  Por el mismo camino va “Noche” de Leonardo Brzezicki, una película difícilmente etiquetable que hace uso de planos eternos con un contenido atemporal cuyo nexo de unión es una aparente reunión de amigos en un caserón en plena naturaleza, como si de un tormento espiritual se tratara. Y para tormento visual, “Después de una generación”, un experimento que coge la idea de un film que pudimos ver en la pasada edición: “Your lost memories”, y lo retuerce para regurgitar un compendio que recuerda sorprendentemente a “Izo” de Miike, salvando las enormes distancias. Este montaje aleatorio de imágenes y sonidos tiene la única virtud de causar puntualmente cierto terror. No pasa lo mismo con dos títulos españoles de esta sección: “Los inocentes” y “Reset” que, aun tratándose de trabajos realizados por estudiantes, dejan mucho que desear como films de género. La primera, copia de serie b de terror americano de los ochenta, mezclando argumentos de clásicos como “Pesadilla en Elm street”, “Viernes 13” y similares, añadiendo todos los tópicos habidos y por haber, peca de falta de originalidad, atrevimiento o frescura aun teniendo un par de momentos acertados. La segunda “Reset” es, sin lugar a dudas, una muestra de cómo una idea interesante no deviene por sí sola, en un buen film. Utilizando como elemento perturbador el uso de técnicas radicales llevadas a cabo durante los primeros años de la psiquiatría unido a la pérdida de memoria, la película es incapaz de mostrar veracidad, tensión o interés, sin que se salve sonido, montaje, foto o guión.   

           

      Otro de los títulos curiosos de la sección oficial es “La tumba de Bruce Lee”, ésta lleva a una pareja de españoles a Seattle en una divagación capitular alrededor de la figura del maestro de las artes marciales con toques de thriller y totalmente dadaísta al puro estilo de Quentin Dupieux, director de la recientemente estrenada “Wrong Cops”. Para continuar con otra corriente artística tenemos la surrealista “Toastmaster”, que mezcla libremente ideas, prejuicios y la falta de lógica más confusa en una historia en la que un maestro del brindis hace un gran esfuerzo en el ocaso de su vida por tener un digno sucesor. Y precisamente de sucesiones va “El lugar del hijo”, un metafórico drama en el que su protagonista, Ariel, se convierte en un heredero que ignora su legado. Desde la parálisis física pasando por la adopción aleatoria de ideales o la desidia emocional hasta la ausencia de civilización, todo viene a evidenciar la decadencia generalizada como punto de partida a la elección de madurez. Un curioso retrato del adolescente contemporáneo. 

 

                 

“Estos días” también puede considerarse una ventana hacia la situación actual de muchos jóvenes. Este film nacional con toques semidocumentales apuesta por la naturalidad en sus situaciones, con escenas cotidianas y mensajes acerca de la crisis y la precariedad social alrededor de la ruptura amorosa de su protagonista. Un buen trabajo iniciático que peca del estereotipo español para con el sonido y un poco más de concreción en lo que a su intencionalidad se refiere. 

 

      Siguiendo este repaso a la sección a concurso del festival, le llega el turno a “Real movie”, un film con toques Almodovarianos que introduce cierta crítica para con el mundo del cine, concretamente hacia la falsedad intrínseca del mismo. En esa línea, aparecen algunas referencias claras como las pruebas que tanto nos recuerdan a “La jungla III: la venganza” o el hecho de estar rodada en “tiempo real” como “A la hora señalada” mezcladas ambas con el uso de las redes sociales. En definitiva, un pez que se muerde la cola pues critica, de algún modo, lo que está haciendo. Todo lo contrario ocurre en el caso de la divertida “Casting”. Vidas cruzadas con el denominador común de una sesión de casting masivo que combina de una forma muy agradable el drama y la comedia que encierra este proceso de producción de una película, aprovechando para transmitir su amor por el cine usando localizaciones emblemáticas de Madrid como el Cine Dore o El templo de Debod. Aun ser un proyecto hecho por colegas, con cameos de famosos incluidos, es capaz de reírse de sí mismo y no caer en presunciones altivas. Algo que no ocurre en el caso de “Family tour”, película autobiográfica cuyo elenco en su casi totalidad se interpreta a sí mismo, en una ópera prima que se ha llevado una Mención Especial en la presente edición. En definitiva, narra el hecho de que un artista está como pez fuera del agua cuando es el único de la familia que lo es; sin embargo, aun habiendo un gran esfuerzo por mostrar realismo, cae en banalidades y estereotipos peligrosos. Hablando de premios, la ganadora del festival ha sido “Se fa saber” de la directora Zoraida Roselló. Un documento visual de Santa Bárbara, un pequeño pueblo de la provincia de Tarragona. Un retrato costumbrista, montado episódicamente, de sus habitantes y su día a día, donde se mantienen costumbres ancestrales como la del pregonero.


                

 

      También ha habido lugar para el documental con “Cartas desde Parlament square” y “De Occulta Philosophia”. El primero, con un rodaje de guerrilla, es básicamente una entrevista a Barbara Tucker, activista a favor de la paz que lleva años viviendo en la calle frente al parlamento a modo de protesta con el lema “Stop killing our kids” y que nos muestra el enorme compromiso de una persona con sus ideales. Y el segundo, un acercamiento didáctico y contemplativo de la música barroca, un tipo de música perdido durante un tiempo y retomado desde sus cenizas en nuestros días. Con una sencillez y humildad extrema, este haiku documental nos lleva a entender este pedazo de historia perdida dejándonos con ganas de seguir aprendiendo del tema.

 

       Para acabar con este repaso dos títulos muy interesantes, cubano y argentino respectivamente. “Melaza”, historia de una familia intentando sobrevivir tras el cierre de la fábrica del pueblo, buscándose la vida como pueden entre trabajos que no les dan para llegar a fin de mes y cuyas restricciones administrativas no hacen otra cosa que empeorar su situación. Película que no hace uso apenas de primeros planos es, empero, intimista gracias a su absoluta sencillez y su cálida actuación, interpretación que se nutre de un buen guión capaz de evidenciar la paradoja existencial de un pueblo donde se enseña a nadar sin agua o se cuida de una fábrica que no funciona pero se sigue hacia adelante cual férreos supervivientes. Y para finalizar “La paz”, metafórica crítica de clases en la que la psicopatía del protagonista bien estante tan sólo se desvanece cuando cambia su estatus social. Planteada en 8 capítulos: el jardín, la moto, flores, el tiempo, los hijos, la ceremonia, el río y la paz, el film argentino consigue con un guión sencillo y buenos actores retratar una realidad más amplia de lo que se muestra en pantalla.  

              

    En definitiva, la ventaja y al mismo tiempo la desventaja del cine independiente son sus múltiples facetas. La subjetividad del autor es un denominador común que, como suele acontecer, determina su propio alcance al encontrar afinidad en su público. Tenemos el gran lujo de tener un festival que nos trae todo tipo de películas para todo tipo de público, así pues, finalizamos esta crónica de la sección oficial con un aplauso para el festival. 



Por Silvia García Palacios