Desde su anterior trabajo, el maestro Cronenberg está haciendo su mapa particular de de Hollywood, lógico era que su siguiente film llevara este nombre. “Maps to the stars” es un retrato de una sociedad poco conocida por la gran masa que la alimenta, una sociedad que poco consciente de su lugar en el mundo se nutre del hedonismo, la superficialidad y la nada más absoluta para crear monstruos particulares.
De principio a fin, el film tiene un aire viciado y una artificiosidad latente que provoca rechazo, un malestar que no hace otra cosa que acrecentarse a medida que se desarrolla la historia. El reparto no podría ir en mejor consonancia con la intencionalidad del autor. Julianne Moore interpreta a la diva en crisis, a la ambición con una perfección que asusta. Mia Wasikowska, es la hija rechazada, las inevitables consecuencias y en este papel, la joven actriz se supera a sí misma. En papeles secundarios no podemos dejar de mencionar a la contenida y elegante Olivia Williams, al consistente/inconsciente John Cusack y al correcto/incorrecto Pattinson (que repite con el director en un papel más secundario).
Todos los ingredientes de la película, más allá de ir a lo concreto se dirigen a lo abstracto elevando el nivel argumental del film y dando una perspectiva única del significado último del mismo; un análisis exhaustivo puede que no sea, pero sienta las bases para el mismo. Como siempre, de todas formas, un trabajo digno de Cronenberg que, al igual que su predecesor, tendrá un reconocimiento lento, pero seguro.
De una sociedad rica a una pobre. En el documental, o mejor dicho, documento visual de título “Last hijack” conocemos la vida de un pirata africano. Alguien que para dejar atrás la miseria de la pesca en su pueblo decidió jugarse la vida secuestrando barcos internacionales. No es el retrato de un héroe, no es el retrato de un guerrero, es simplemente una persona que escogió el dinero a la hambruna, sin más. Y a parte de las potentes escenas de animación el documental es esto, sin más.
La idea de la película "Naturaleza muerta" es original y, aunque su desarrollo y desenlace es torpe narrativamente, no descartaría que iría a ver una versión con mejor planificación y guión, pues incluso con sus faltas, el film resulta refrescante.
El asesino en serie de turno tiene una motivación de lo más curiosa, mata salvajemente a carnívoros, efectivamente, este sujeto se ha alzado como defensor de la vida animal inútilmente sacrificada por los humanos y ha decidido acabar con la vida de todo aquel que se deleita con una buena parrillada. Y estamos nada más y nada menos que en Argentina...Este ecologismo radical se topa con una reportera con ansias de encontrar su gran historia.
Tanto el principio como el final del film son, como poco, curiosos y dan tanto buenas expectativas así como indicios de una saga, algo que, sin duda, daría mejores frutos con un buen trabajo de guión y ya que nos ponemos a pedir, un mejor elenco.
Algo parecido a lo que ocurre en el caso anterior pasa con el film estadounidense "Oculus". Tiene todos los ingredientes, originalidad, buen arranque, buen planteamiento y buenas actuaciones; sin embargo, su desenlace es decepcionante. Aunque va manteniendo el interés sin ser muy rigurosa, la película cae en la trampa de siempre y deja al espectador pensando que supera en inteligencia a los personajes.
Lo más destacable pues, es la historia: tras muchos años encerrado en un psiquiátrico, el protagonista se reúne con su única familia, su hermana. Ésta, lejos de dejar que rehaga su vida, lo fuerza a enfrentarse a la trágica muerte de sus padres, ya que desde que ocurrió, ella le echa la culpa a un espejo endemoniado.
Recomendable para un noche palomitera pero insuficiente para nuestra colección de género.