Diario de Sitges 2010 (I)

En este artículo, que se irá actualizando a diario, comentaré muy brevemente los films que vea en el Festival de Sitges 2010. Nuestra acreditada oficial al Festival, Silvia García Palacios, hará lo mismo más adelante. Por mi parte, debo mi acreditación a la cortesía del Carnet Jove, que tuvo la bondad de elegirme como suplente del Jurat Jove. Muchas gracias, eh?

 

Viernes, 8 de octubre:

A woman, a gun and a noodle shop - Malísima. El peor Zhang Yimou, y de largo. El director chino no se decide entre hacer un thriller o una comedia -¿quizás porque no entiende el cine de los Coen? ¿entonces por qué se mete en este berenjenal?-, y le sale una película que te saca continuamente de la narración. Además, es la primera película de Yimou en la que la producción parece pobre, probablemente porque busca darle un tono cómico desde esa perspectiva, pero ni siquiera eso funciona. Nota: 2.


Somos lo que hay - Bien dirigida y muy bien interpretada; cuenta también con un planteamiento que, aunque a priori pueda parecer extravagante, acaba funcionando. La dirección juega un poco a hacer cine social, situándonos en la existencia de una familia pobre en Ciudad de Méjico. El problema es el guión, que es lamentable, con situaciones de auténtica risa. Eso casi destruye la película. Nota: 5,5.

Confessions - Cuenta otra vez, y ya es la enésima, Battle Royale. Aquí nos encontramos con una historia con giros de guión pretendidamente sorprendentes, y una puesta en escena entre Shunji Iwai y Sion Sono, pero mucho más comercial. Aún así, la historia no está mal del todo, la fotografía es buena -aunque no es la más apropiada para la historia que está contando- y la banda sonora es genial. Podría ser una buena película para recomendar a los jóvenes que asisten al festival. Nota: 5,5.
Rubber - Después de la de Yimou parecía imposible encontrar algo que empeorara lo visto, pero Rubber me ha dejado con la duda. Se supone que trata de la historia de un neumático con poderes telequinéticos, pero eso es una excusa para hacer cuatro gags y unas explosiones de cabezas que, siendo regulares, son lo mejor de la película. Los chistes tienen un nivel digno de los guionistas de Epic Movie. Nota: 1.

 

Sábado, 9 de octubre:

Carne de neón - Producción española encuadrada en ese subgénero de thrillers posmodernos en el que tan bien se ha sabido desenvolver Guy Ritchie, Carne de neón es, a pesar de algunos graves defectos, un interesante film de género, con una posición moral bastante terrible -es en eso en lo único que destaca sobre cualquier film de Ritchie-. En el aspecto formal, quizás resulte excesivamente manierista, y su sentido del humor, aunque divertido, se percibe como demasiado intencionado, como buscando continuamente la complicidad del espectador. Ni siquiera los actores destacan excesivamente. Pero a pesar de eso, la cinta tiene cierto ritmo, y además, conviene aplaudir este tipo de iniciativas dentro del cine español. Puede ser un éxito de público, y de hecho se ha llevado la mayor ovación que he visto en lo que llevo en esta edición del festival. Nota: 6.

 

La casa muda - Rodada con una cámara de fotos y en un único plano secuencia, cosa imposible sin trucajes, esta película probablemente es, a día de hoy, la mejor película que hemos podido ver en Sitges 2010. La casa muda funciona como una versión con bajo presupuesto de [REC], aunque se evitan las escenas cómicas para mantenernos en todo momento en tensión. El plano secuencia, a pesar de que está evidentemente trucado, es bastante hábil, lo que es sorprendente habiendo sido rodado en un único fin de semana. Además, los sustos, especialmente los primeros, están bien pensados, y la película contiene una escena de cierto mérito como la de la cámara fotográfica, que hizo aplaudir a todo el Auditori. Sin embargo, e igual que [REC], la película quema parte de su crédito con un final innecesariamente literario y rocambolesco. Aún así, merece la pena. Nota: 7.

Legend of the Fist: The Return of Chen Zhen - Una de las películas más esperadas de este festival: dirigida por el autor de Infernal Affairs, Andrew Lau; y protagonizada por el mismo Donnie Yen que nos entusiasmó el año pasado con Ip Man, el film ha resultado una relativa decepción. La producción es fastuosa y adecuada; y las escenas de combate, empezando con la que abre la película y que está ambientada en el frente occidental de la I Guerra Mundial, son trepidantes. El problema es que más allá de la acción, los personajes no funcionan: la historia de amor y traición resulta completamente ajena al espectador, con lo que a pesar de las referencias a Casablanca, la suerte de los personajes nos resulta indiferente. Nota: 5,75

Notre jour viendra (Redheads) - Ansiada por el público y con la presencia del gran Vincent Cassel en la sala, Redheads se ha convertido en la mayor decepción del festival. Su director, Romain Gavras, el hijo de Costa-Gavras, parece debatirse entre la comedia negra y... y el absurdo, la nada más absoluta. Finalmente, gana la nada. Lo peor es la extraña sensación que le queda a uno al final de la producción: ¿que era exactamente lo que se nos ha contado? ¿Quizás una metáfora sobre la marginación que sufren los homosexuales, condición a la que se hace constante referencia durante todo el film, a partir de la situación de los dos protagonistas pelirrojos? En ese caso, nos encontraríamos ante un film interesante y provocador en los años 50. Ahora, simplemente, resulta demasiado ingenuo. Nota: 3.

 

Domingo, 10 de octubre:

The Ward - La película más esperada de Festival y probablemente una de las más deseadas por los aficionados al género, en ella descubrimos un Carpenter mucho mejor resuelto de lo que anunciaban las críticas que había recibido en Toronto. El maestro Carpenter se acerca más de lo que nunca lo había hecho a una de sus influencias más importantes, el giallo: el film incluso hace un par de guiños claros a Suspiria, de Dario Argento. Terror clásico puro con el principal objetivo de asustar e inquietar al espectador, el film funciona perfectamente desde esta perspectiva, y poco debe importarnos la vuelta de tuerca final, un tanto trillada. Aunque probablemente sea un trabajo menor dentro de su carrera, The Ward es una película digna de su genio. Nota: 6,75.

Secuestrados - Según reza la programación del festival, filmada "con menos de diez planos secuencia", Secuestrados intenta transmitir las sensaciones de los asaltos express perpetrados por albanokosovares que tan de moda se pusieron hace unos mesos en los telediarios nacionales. El problema del film, a mi juicio, es su falta de concreción: como obra filodocumental sobre un fenómeno social es poco convincente por exceso de espectaculo y de moralismos; cuando la película se decide por el camino del género y el desfase, la narración remonta mucho, pero ya es tarde. Aún así, sólo por el final ya merece cierto respeto. Nota: 5,75.

Amphibious 3D - Mala, mala, mala. La cosa no tenía muy buen aspecto cuando el productor nos presentó el film poco menos que llorando por los muchos problemas que habían tenido durante y después del rodaje. El film es básicamente una peliculita de aventuras de esas que ponían en los viejos cines en 3D, con un poquito de gore y un 3D bastante peor. Nota: 2.

 

Rare Exports: A Christmas Tale - Sorpresa anunciada del Festival, Rare Exports es uno de los pocos films que ha cumplido con las expectativas. Con el original concepto de un Santa Claus maligno que asesina niños, Rare Exports está bien dirigida y magníficamente producida. Quizás su principal defecto es que el film no termina de arrancar, y cuando lo hace, ya prácticamente ha acabado -apenas dura 80 minutos-; hubiéramos agradecido algo más de concreción. Sin embargo, la larga ovación que se llevó el film al final de la sesión hace previsible que el film tenga sus opciones en el palmarés, particularmente con el Premio del Público. Nota: 6,25.

Fase 7 - Personalmente, no estoy demasiado interesado en las comedias de género, exceptuando algunas excepciones -Braindead, Tokyo Gore Police...-. Ese es el motivo por el que acudí a la proyección de Fase 7 sin ninguna expectativa, y con la decepción de no haber podido ver Una vela para el diablo de Eugenio Martín. Sin embargo, la sesión comenzó con una sorpresa: la presencia del mismísimo Eugenio Martín para recibir el premio Nosferatu del Festival de Sitges. Y posteriormente, la sorpresa continuó con el film presentado, una comedia muy efectiva, en el que una pandemia apocalíptica sirve para mostrar las miserias del ser humano y desarrollar unos gags que cuentan con unos personajes magníficos, bien interpretados por Daniel Hendler, Yayo Gurudi y Federico Luppi. En definitiva, una grata sorpresa. Nota: 6,5.



Por Cristian Planas