L'Alternativa 2014 Secció oficial

PRIMERA PARTE 

Sección oficial 

 

     La alternativa llega a una nueva edición con una programación de lo más interesante y, usando la definición de la propia organización, comprometida. La inauguración, sin ir más lejos, es una buena muestra de ello. 

      La edición número 21 de la Alternativa abre sus puertas con el film “Touki bouki”, uno de los trabajos del ya fallecido director senegalés Djibril Diop Mambéty que tendremos la oportunidad de ver dentro de su retrospectiva junto con “Hyènes”, “La petite vendeuse de Soleil” y “Mille Soleil” (dirigida cual homenaje por Mati Diop). “Touki”, un film tan surrealista como adelantado a su tiempo muestra, sin lugar a dudas, que el cine africano puede ir más allá de lo que se podría esperar teniendo en cuenta sus aparentes limitaciones. El cine africano está aún por descubrir y dar la oportunidad de un visionado es un regalo dada la limitada distribución fuera de sus fronteras. Huelga decir que esta forma de ver la vida es radicalmente opuesta a la occidental, y, si bien una de las vertientes del cine es la expresión artística, mostrar sus trabajos cinematográficos es realmente enriquecedor.


 

     Por lo que a la sección oficial se refiere, hay un gran abanico de posibilidades, recorriendo diferentes estilos, temáticas e incluso formatos. 

     La sección oficial de largometrajes con ocho competidoras vuelve a cumplir con las expectativas de los asiduos al festival y abre nuevas posibilidades para los nuevos espectadores. 

 

     Sauerbruch Hutton Architekten es un gran documento visual que nos muestra de forma natural parte del proceso creativo y de desarrollo de proyectos de una firma de arquitectos. El espectador se convierte en el típico abuelo ensimismado con unas obras mientras observa las deliberaciones y decisiones acerca de colores, formas y funcionalidades. Si te interesa lo más mínimo el tema, este documental captará tu atención de una manera casi hipnótica dejándote con ganas de más. 


 

    Todo lo contrario ocurre con el film “Go forth”, que, partiendo de un tema con tantas incógnitas como la resistencia en Algeria, no es nada aprovechado por el realizador, el cual en vez de profundizar en las vivencias de su abuela durante la época en su país de origen, reduce todo a unas conversaciones en su mayor parte banales, planas y sin demasiado interés, permitiéndose un exceso de planos aéreos injustificables e introduciendose a él mismo y a su padre en el film aleatoriamente. Más que "Go forth" bien podría llamarse: "Go dron".

 

 

 

    “Ben o değilim” (traducido: No soy yo) es la apuesta turcogrecofrancesa del festival. Con mucho plano fijo y pocos planos cerrados nos adentramos en una historia de doppelgängers algo Lynchiana. Aunque al film le cuesta algo arrancar, su desarrollo despierta un gran interés con conceptos de ciclicidad, repetición vital e identidad como base principal para entender las escenas o por lo menos seguir una linea lógica de “narración”. Hay una sobriedad absoluta tanto a nivel técnico como actoral sobretodo por parte del protagonista lo cual, unido a una pincelada fantástica, le aporta un toque muy especial que se contrapone satisfactoriamente con lo plano del film. 

  


 

     De lo fantástico a lo rabiosamente real en “Ventos de agosto”, donde lo más destacable es la dirección de arte. Detrás del envidiable y no tan envidiable paraíso en el que se desarrolla el film, hay un notable estudio de los espacios y su entorno de cara al departamento de arte que crea una ambientación totalmente integrada para cada escena. La fuerza de la historia y de sus protagonistas es la otra gran baza del film, mientras la protagonista sueña con salir de su poblado y dedicarse a hacer tatuajes, el protagonista, que en un principio simplemente vive, tiene su momento de madurez vital a raíz del hallazgo de un cadáver ahogado en el mar. En definitiva, dos formas de escapar de la monotonía y la cotidianidad.

 

    

 

     “Al doilea joc”, el experimento visual del director de la afamada “Politist Adjectiv” es apto en su total metraje para forofos del fútbol. Estamos hablando de un partido entre el Steaua y el Dinamo comentado por el que fuera su árbitro y su hijo, el propio realizador. A parte de algunos comentarios acerca de la tensa situación del momento, en el que amenazaban y comproaban partidos, el resto es una revisión filial de un recuerdo compartido.


 


     Seguimos con este repaso a la sección oficial con “Slimane”. Rodada a modo de guerrilla, con actores amateurs, escenificando más o menos sus vivencias, este film rodado en las Islas Canarias retrata una parte de la sociedad “olvidada”. Los huérfanos desterrados. 

     Con una naturalidad que nos recuerda por momentos -salvando las distancias- al estilo de “Gerry” (Gus Van Sant, 2002), el film hace uso de planos cerrados y traseros del protagonista, acompañándolo cual sombra, que crean intimidad al tiempo que te introducen casi como en primera persona en su día a día.

     El propio director realza la idea de que el film se ha hecho entre todos, equipo técnico y artístico pues hay mucho de improvisación e historias autobiográficas. Limbo, accidente y culpa son los ejes estructurales del argumento y, aunque el resultado no convence, la intención es correcta.



     
“Brûle la mer” es poesía en imágenes. Es poco frecuente que de esta temática, el desarraigo forzoso, surja un producto tan sensible al tiempo que experimental. Enlazando documental, imágenes reales y ensayo vislumbramos la historia de Maki, un tunecino afincado y desafincado en francia que no cesa de luchar allá donde va. Se expresan sentimientos, se cuentan anécdotas y se es capaz de comprender lo incomprensible. Todo un lujo para cerrar la sección oficial.

 


 



Por Silvia García Palacios