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Jobs (2013, Joshua Michael Stern)
A falta de quince días para el segundo aniversario de su muerte, se estrena en nuestros cines el film biográfico del mayor visionario de las últimas tres décadas. La vida de Steve Jobs, él que fuera co-fundador y director ejecutivo de la megacompañía “Apple Computer”, llega de la mano del director Joshua Michael Stern (El Libro Mágico, 2005), en lo que sería su tercer trabajo como tal, y del guionista novel Mike Whiteley.
La película arranca en el 2001, año en el que Steve Jobs presentara en rueda de prensa el revolucionario iPOD, para seguidamente trasladarnos a su época universitaria en Portland durante los años 70 acompañándolo hasta el 1997 año en el que volvería a dirigir la empresa que lo hizo un mito informático.
Ashton Kutcher (American Playboy, 2009) encarna a Steve Jobs en la mejor y más madura actuación de su carrera tras muchos años dedicado a la comedia adolescente americana. No tan sólo ha logrado un gran parecido físico, sobretodo durante la juventud del entusiasta visionario (el actor tuvo que adelgazar entre seis y nueve kilos imitando la dieta a base de frutas de Jobs), sino que también logra que los sentimientos que emergen del personaje traspasen la pantalla haciendo que el espectador se sumerja cada vez más en la historia.
Si bien la gran interpretación del protagonista es el gran atractivo del film, no podemos olvidar el guión, que, de una forma brillante y con exactitud cronológica, nos detalla la vida de un hombre dedicado a sus sueños desde muy joven, transmitiendo una ideología propia, como si del mismísimo Albert Einstein se tratara, con una arraigada necesidad de innovar y hacer la vida del ser humano mas sencilla. Sumado a estos aciertos, hay que añadir una más que notable dirección y una fotografía digna de reconocimiento a cargo de Russell Carpenter (Titanic, 1997). Todo esta cuidado al mínimo detalle, la puesta en escena, los propios prototipos de ordenador, la ambientación, etc; no en vano, consiguieron filmar en la auténtica casa de los padres de Steve Jobs, donde realmente nació la compañía más productiva de Ordenadores de todo el mundo.
El film se rodó en sólo un mes, los gastos de producción fueron de unos doce millones de dólares y, tan solo en la primera semana de proyección en Estados Unidos, ya ha recaudado más de la mitad de la inversión. Sin duda, Jobs es sinónimo de éxito incluso póstumamente.
Cabe decir que se disfruta mucho con este biopic, un ejemplo de cómo hacer las cosas casi perfectas sin un presupuesto abusivo. La carrera vital de este hombre ha sido sumamente interesante, se ha convertido en un ejemplo a seguir, nos enseñó que hay que perseverar para conseguir tus sueños y nunca darlos por perdidos, pues son el sustento que nos hace continuar en el camino de la vida.
Por Santiago Maroto
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