El ángel de la venganza
Only God forgives (2013, Nicolas Winding Refn)

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Original

         Entre demasiadas historias de venganza y violencia injustificada, con un personaje que arrasa con todo incompresiblemente, llega un pequeño gran thriller ambientado en Tailandia que mezcla diversos ingredientes para obtener un resultado bastante peculiar y único que, por supuesto, no será del agrado de todos.

 

         Nicolas Winding Refn mostró a un dios nórdico humanizado en la rechazada e incomprendida Valhalla rising (2009) para luego darnos a conocer a un conductor que repartía justifica en la aceptada y, quizás comprendida erróneamente, Drive (2011). Para cerrar la trilogía temática, algo habitual en el cine, nos presenta a un tercer personaje que más o menos se guía bajo la misma premisa: el Teniente Chang, también denominado el Ángel de la Venganza.

 

         Pero en Only God forgives, la participación de Ryan Gosling- uno de los inconvenientes del film- (The notebook. Nick Cassavettes, 2004) en sustitución de Luke Evans (Los tres mosqueteros. Paul W.S. Anderson, 2011) puede llevar a un malentendido pese a interpretar su papel correctamente y, paradójicamente, estar presente en tantos carteles publicitarios, así como durante gran parte del metraje. Es casi necesario explicar que ni sigue la estela dejada por el conductor de Drive ni es el principal aliciente de ésta cinta, pues, aun siendo el protagonista, es el personaje que menos decisiones propias toma y el que deberá ser perdonado por el Dios del título, representado por Vithaya Pansringarm (Sop-mai-ngeap. Tom Waller, 2011) en el personaje de Chang.

 

         Only God puede ser acusada de tener un ritmo excesivamente lento y de sobrarle una gran cantidad de escenas. Durante sus noventa minutos de duración se perciben demasiado influencias de otros directores como Gaspar Noé o David Lynch, así como un toque de Alejandro Jodorowsky, a quien curiosamente está dedicada la película. Sin embargo, dichas influencias no son para nada gratuitas y son aprovechadas para mostrar una historia que, a riesgo de ser narrada de forma muy inusual, necesita de casi todas las escenas que ocupan el metraje. Siendo muchas de éstas oníricas, en ellas se muestra el porqué del personaje principal y los eventos que transcurren a lo largo de la película. En dichas escenas, así como en casi todas las demás, la fotografía y la banda sonora juegan un papel clave y ello, y demás aspectos técnicos y artísticos, son de una calidad indiscutible. Por lo tanto, por la forma, Only God merece ser vista.

 

         Acerca de la temática principal, la cual es posible que se diga que está ausente, hay algo que sacar, pero tampoco gran cosa. Probablemente, lo mejor de Only God sea cómo Refn cuenta una pequeña historia sobre el arrepentimiento, el perdón y la justifica impartida por un Dios vengador al cual hay que temer y amar. Sin ánimo de destripar toda la cinta, lo recomendable es, ante todo, que sea vista con atención y paciencia en el caso que se esté demasiado acostumbrado o acostumbrada a ritmos acelerados o diálogos fluidos. Pero tal y como se tratan los temas plasmados a lo largo de toda la cinta, la película también merece ser vista por su contenido.

 

         Pese a tener un ritmo y montaje no muy adecuados para el estilo de película (una escena, corte, siguiente escena), ya que es bastante fácil no verse inmerso en los continuos sueños del protagonista principal y no sentir absolutamente nada, Only God es una excepción a tener en cuenta por la cantidad de detalles que tiene en sus diversos aspectos que la componen, detalles que hacen que merezca la pena un visionado reiterativo.

 



Por Iban Granero