Sencillez pura
Una vida sencilla (2011, Ann Hui)

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Original

Llega a los cines de España una historia que en 2012 conmovió al público chino: “A simple Life”, un drama con algunos toques de humor, basado en la historia real de Roger Lee y su sirvienta.

 

Ah Tao, interpretada por Deani Ip (Dragons Forever, 1988) -galardonada con el premio de Mejor actriz en el Festival de Venecia 2011 y en otros tantos asiáticos-, ha servido durante seis décadas a la familia Leung, y ahora, ya entrada en años, se hace cargo de la casa del hijo pequeño, Roger Lee, un productor cinematográfico de Hong Kong, a quien da vida Andy Lau (“A world without Thieves”, 2004).


El film cuenta, pues, con dos estrellas muy conocidas en el panorama chino que, con una gran complicidad, demostrada en los gestos y miradas comunes, lo dotan dela fuerza empática necesaria para este tipo de dramas. La parte cómica que contiene el largometraje, que incluye un cameo de los grandes Sammo Hung Kam-Bo (Ip Man 2, 2010) y Tsui Hark (Erase una vez en China, 1991) consigue liberar la tensión de la trama principal. Y es que lo que queda patente es que  cualquiera puede ser el protagonista de alguna de estas situaciones vitales.


 

Ann Hui nos explica la relación entre ambos protagonistas de una forma pausada, sin llegar a ser tediosa en ningún momento, mostrando con mucho detalle cada uno de los sentimientos surgidos a lo largo del metraje. Con gran acierto, la realizadora consigue emocionar con esta historia veraz, en la que cada rasgo cotidiano esta cuidado al más mínimo detalle subrayando la fragilidad humana al envejecer y perder la capacidad de auto-sustento.

 

Después de una larga trayectoria, que hace 2 años fue reconocida en el festival de cine asiático Casa Asia film week, parece que la directora estuvo pensando retirarse después de esta película, pero, al ver la gran acogida y repercusión que tuvo en toda China, cambió de opinión ya que, según sus propias palabras:  “me dio nuevas ideas y fuerzas renovadas para seguir adelante con mi carrera”. Una verdadera suerte para todos sus fans y para el mundo del cine en general.


Merece la pena ver esta película y pasar un rato reflexionando sobre lo que nos puede deparar el futuro, de como la familia va mas allá de la propia sangre y de como la clase alta a veces se salta los estereotipos que tantas veces hemos visto u oído. Un canto claro a que la Humanidad aún no ha muerto.



Por Santiago Maroto