La gran familia disfuncional
August: Osage County (2013, John Wells)
Basada en la obra homónima ganadora de numerosos premios Tony y un Pulitzer, August, dirigida por el productor, guionista y director de televisión John Wells (ER, Shameless), narra una agridulce reunión familiar en una única localización y en la cual saldrán a la luz gran cantidad de sentimientos, mentiras y secretos.
En caso de que lo anterior no sea suficiente aliciente, la película cuenta con un reparto estelar entre los cuales se encuentran Meryl Streep (Hope Springs, David Frankel. 2012), Julia Roberts (Mirror mirror, Tarsem Singh. 2012), Chris Cooper (The town, Ben Affleck. 2012), Ewan McGregor (Jack the giant slayer, Bryan Singer. 2013) o Benedict Cumberbatch (Sherlock, Steven Moffat. 2010).
Si bien el guión y el reparto son los principales elementos a favor, es con la correcta dirección con lo que August se sostiene de principio a fin -quizás obviando el último minuto, añadido tras las reacciones en los primeros pases privados- sin llegar a parecer un drama barato carente de base o fundamento. Sin mostrar los sucesos desde un punto de vista totalmente neutral, pues el personaje de Streep es mostrado a ratos como una especie de antagonista indiscutible de todos los demás protagonistas, se perciben los temas familiares más populares como las preferencias entre hermanos, el olvido de los padres por parte de sus hijos o los secretos arrastrados desde la juventud.
Repartiendo los necesarios minutos en pantalla entre cada uno de los personajes, desde la cabeza de familia hasta un infravalorado primo hermano, August adapta correctamente las cualidades de la obra teatral presentando a cada protagonista de manera excelente y conociendo, poco a poco, sus virtudes y defectos, necesarias para el transcurso de cada trama y subtrama de la cinta.
Aquello que August dice durante su último tercio, sin ningún ánimo de ser pesimistas, es lo más realista que puede verse últimamente en cuanto a historias de familia en el cine, de la manera más veraz posible cuando se arrastran continuos problemas y mentiras y el diálogo constante no tiene ninguna utilidad.
Por Iban Granero
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