Ideología machista
Una vida en tres dias (2013, Jason Reitman)

Halfstarsmall

Original

      Como ha ocurrido en alguna que otra ocasión, aterriza en la gran pantalla un producto de Estados Unidos peligrosamente cercano al telefilm  y cargado de un talante conservador que discrimina a la mujer de una manera trivial, con su ideología barata de la pareja ideal. Jason Reitman, que -a mi parecer- hizo un buen trabajo con “Up in the Air” en 2009 y con “Juno” en 2007, dirige este “film” de alto presupuesto que, para desgracia de más de un espectador en Europa, es uno de esos dramas románticos que venden mucho en su país de procedencia.

 

      Irónicamente, “Una vida en tres días” tiene un reparto de excepción,  y es que sorprende como una actriz de la talla de Kate Winslet (Olvidate de mi, 2004) ha aceptado hacer un papel que deja tan destrozada la imagen y los instintos de la mujer. A su pareja de reparto le ha tocado la mejor parte, y es que Josh Brolin (Mimic, 1997) interpreta a ese hombre capaz de hacer todo en la casa, tanto de ocuparse de la protección así como brillar en la cocina, vamos…un Superman. Por si no fuera poco, la imagen del hijo, Gattlin Griffith (El intercambio, 2008), también queda supeditada al concepto de la necesidad de tener un modelo paterno determinado, alguien que crea en él y que apruebe todos sus actos, como si los niños no tuvieran la autoestima necesaria para convertirse en alguien importante.

      Ciertamente “Una vida en tres días” tiene una buena fotografía, un montaje acorde con lo que se cuenta y una dirección pasable, pero se queda en nada cuando lo que te están contando no tiene el mas mínimo interés o simplemente levanta ampollas en la inteligencia del espectador, incapaz de creer lo que está viendo. La película tiene todas las características de una novela de televisión, con una banda sonora preparada para sacar la lágrima fácil, una sobreactuación que roza el ridículo en muchas de las escenas y ese aire de amor imposible que viene con este tipo de género, por no hablar del típico “happy ending” americano que, aunque muchas veces está bien utilizado, se ve desde el primer cuarto de hora del film.

 

       Personalmente no recomiendo el visionado de este film si no quieren salir de la sala enfadados pensando en que han dado dinero a una producción totalmente innecesaria en el mundo de hoy en día.

 



Por Santiago Maroto