Contra el SIDA, contra el mundo
Dallas Buyers Club (2013, Jean-Marc Vallée)

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Original

      De un tiempo a esta parte, Matthew McConaughey, que durante la primera década del nuevo siglo se dedicó al cine comercial, parecía buscar proyectos “de oscar”; recordemos la excepcional interpretación en “Killer Joe” (William Friedkin, 2011) o la más reciente “Mud” (Jeff Nichols, 2012). Sólo era cuestión de tiempo hacer posible su deseo. Con “Dallas Buyers club”, este actor tejano ha conseguido su primera estatuilla.

      Basado en hechos reales, el film nos cuenta la historia de supervivencia de Ron Woodroof y su lucha contra el mismísimo sistema sanitario americano. En los años ochenta el virus del VIH se conocía como la enfermedad de los homosexuales, llegando a ser un estigma para todo aquel que la contraía. La tasa de mortalidad era alarmante y la necesidad de encontrar una potencial cura, la absoluta prioridad de los infectados. En este contexto, el personaje interpretado por McConaughey da positivo en un análisis de sangre y empieza su batalla contra el sida. Lejos de pretender actuar como una víctima, aplicará la misma filosofía como vaquero de rodeos a su vida. Auspiciado por los vacios legales, burlará durante un tiempo tanto a la muerte como al sistema.

      En un mundo en el que la economía parece dominar nuestras existencias y nos hemos convertido en simples cifras para despiadadas corporaciones, es interesante ver el desarrollo del protagonista de "Dallas Buyers Club" desde una copia en miniatura de éstas, hasta un estandarte de la razón humana. Cómo viéramos en films del estilo de “La lista de Schindler” (Steve Spielberg, 1993), un hombre puede cambiar cosas si se lo propone firmemente y lo que en un principio se basa en subjetividades pronto se convierte en algo más elevado que la propia situación vital, recordándonos lo de “todo lo que no se da, se pierde”.

      Más allá de consideraciones filosóficas, el film destaca por el acierto en varios aspectos, el ya mencionado actoral (consiguiendo otra estatuilla para Jared Leto), el de la idoneidad de la historia para con la actualidad, su factura más que notable –recordamos que se rodó en tan sólo 25 dias- y el refrescante ataque a la política sanitaria.

 

 

 



Por Silvia García Palacios