Lo más importante de la vida es no haber muerto destaca en la sección Noves visions
Lo más importante de la vida es no haber muerto (2010, Olivier Pictet, Pablo Martín Torrado, Marc Recuenco)

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Original

           El arranque del festival por lo que a Noves Visions se refiere no podría ser más prometedor. Este film, llevado a cabo bajo la batuta de 3 directores nos demuestra que no se necesita más que una idea original y ganas de recrearla.

            La película arranca con una más que notable intro animada en la que nos adentramos en la cabeza del protagonista literal y, por lo tanto, metafóricamente para conocer sus sueños, su mundo interior de ilusión. Seguidamente, el mundo real reaparece, un mundo bicolor, en el que nuestro protagonista, excelentemente interpretado por Emilio Gutiérrez Caba, trabaja como afinador de pianos en tiempos de la dictadura franquista. Desde la noche en la que conoció a su esposa, hace ya muchos años, nada había sido tan emocionante o surrealista como lo que le ocurre ahora, se topa por las noches con un curioso hombre en su casa sin saber cómo ha entrado.

            Empieza de ese modo una fábula con continuas mezclas, la cruda realidad durante la dictadura, en la que muchas personas tuvieron que huir o esconderse de por vida se contrapone a los coloreados sueños bucólicos de un personaje aparentemente ajeno a todo ello. La vejez, con sus dudas acerca de las propias capacidades o creencias versus la crédula e inocente juventud. 

            La historia está repleta de frases filosóficas hilvanadas todas ellas por la moraleja del mito de Zeus e Io; dice la mitología que la celosa Hera colocó tras la oreja de una Io convertida en nívea vaca un insidioso tábano, éste la picaba sin cesar y la acabó volviendo loca. El insecto representaba sus miedos, la cuestión es, si existió de verdad. En otras palabras, no sirve de nada llevar un tábano a cuestas durante la vida, llevarlo daría lugar a todo lo contrario. Si te pica es porque tú quieres.

            Lo más importante de la vida es no haber muerto es, pues, una excelente muestra de lo que puedes conseguir con pocos pero inmejorables ingredientes, crear una comicidad entrañable para transmitir este complejo pero obvio mensaje que da nombre al film.  



Por Silvia Garcia Palacios