Acción y muchos tiros promete la nueva película dirigida por el también productor “McG” (Terminator Salvation, 2009) y escrita por Luc Besson (El quinto elemento, 1997). “Tres días para matar”, que está protagonizada por experimentado Kevin Costner (Bailando con Lobos, 1990), se presenta como un film que cabalga entre el más sofisticado espía, James Bond, y el más bruto policía, John McClane.
¿Puede un agente secreto de la CIA compaginar su trabajo con su nueva vida como padre? Esa es la pregunta que plantea la trama, y que, mientras intenta resolver un problema de fuerza mayor, tendrá que averiguar el agente Ethan Renner, interpretado por Costner. “Tres días para matar” alterna con mucho ingenio escenas repletas de adrenalina, propias del género de acción, con un ambiente familiar tirante, creando situaciones poco cotidianas donde el humor está muy presente, dejando en un simple tramite pasajero las escenas que se suponen dramáticas y logrando un ritmo constante que no aburre al personal.
Algo que podría ser negativo para las aspiraciones de esta producción, reiterando lo dicho anteriormente, es que mezcla estilos de diferentes agentes míticos del género, haciendo que el personaje tenga un desarrollo atractivo, adquiriendo dotes que lo hacen casi invencible, pero que, aún con claras intenciones de agradar, corre el riesgo de caer en el olvido debido a su falta de originalidad.
Parece que Kevin Costner no acaba de encontrar un papel con el que realmente se sienta a gusto, no quiere decir que su actuación desmerezca reconocimiento, pero se ve superado en todo momento por el gran nivel que demuestra Amber Heard (Encerrada, 2010) en el papel de la agente Vivi Delay, personaje que pone de manifiesto, entre otras cosas, que en la CIA realmente juegan a ser Dios, omnipotencia que Heard interpreta de forma brillante.
Para acabar, aunque carezca de un argumento inédito, la cinta cumple con su cometido básico como producto, que no es ni mas ni menos que el de entretener a todo amante del género.