El autor Cédric klapisch (Una casa de Locos, 2002) nos trae su nueva comedia romántica, protagonizada por su actor fetiche Romain Duris (París 2008). “Nueva vida en Nueva York” es el tercer capítulo de la trilogía que comenzó con “Una casa de Locos” y “Las Muñecas Rusas” que nos cuenta la vida de Xavier, un escritor francés que utiliza su vida como inspiración para sus libros.
Esta tercera parte nos transporta a la gran manzana, concretamente a Manhattan, para contarnos las andanzas de Xavier en esta ciudad, donde ha tenido que trasladarse para poder ver a sus hijos tras su divorcio. En esta ocasión, se encontrará con todas sus ex parejas, interpretadas por Audrey Tautou (Un engaño de lujo, 2006), Cécile de France (Más allá de la Vida, 2010) y Kelly Reilly (Sherlock Holmes, 2009) en un momento incierto de su vida que le recordará situaciones y sentimientos pasados.
“Nueva vida en Nueva York” nos habla de perseverancia, de no rendirse nunca para conseguir tus sueños por mucho que el universo se empeñe en ponerte trabas, y que, aunque estas sean difíciles de superar, hay que mirar hacia delante, porque todo esfuerzo conlleva su recompensa y bienestar. Un mensaje que el director logra plasmar con esta historia que es más cercana a la realidad que a la ficción.
Con un guión bien construido, alternando muy bien entre comedia y drama romántico, se consigue un ritmo adecuado a las necesidades narrativas del film, que nos lleva a pensar que estas casi dos horas de metraje pudieran ser una etapa cualquiera en nuestras vidas y la película, sin ser ambiciosa, alcanza un entretenimiento natural sin florituras ni extravagancias de ningún tipo que lo alejen de la rutina humana.
En un film tan cotidiano, cabe destacar también que los actores hacen un gran trabajo logrando precisamente eso, un ambiente lo más parecido al día a día de unas personas cualquiera con sus tristezas y alegrías. Todo esto, crear esa atmósfera, ha sido también gracias al trabajo de Cédric Klapisch, que como autor de la obra ha manejado muy bien los hilos del argumento en cada momento.
Merece la pena darle una oportunidad a este film que, sin mas pretensiones, nos transporta de una realidad a otra durante unas horas de nuestra vida. Por añadidura decir que, aunque sea una tercera parte, en ningún momento se siente la necesidad de haber visto las anteriores, pues la historia se sostiene por si misma.