Welcome to the space show da el toque de salida a la sección ANIMA’T
Welcome to the space show (2010, Koji Masunari)

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Original

        

   Lo que empieza cual film en el que un grupo de niños van a vivir la experiencia vital que les hará madurar y definirá su carácter para siempre se convierte en un producto vacio y soso en el que se intenta llegar al tejado sin construir paredes.

            Cinco niños se reúnen en una cabaña de montaña para pasar sus vacaciones de verano, como cada año, se independizan de sus padres y cuidan de sí mismos. Sin embargo, durante la búsqueda de una mascota perdida, encuentran un perro malherido que resulta ser un alienígena. En agradecimiento por la ayuda prestada el can les concede el deseo de viajar a la luna. Tras pasar un día alucinante, descubren que han cerrado las fronteras con la Tierra y empieza la aventura para conseguir volver.

            Mientras que el prologo es bastante interesante, con luchas entre extraterrestres con escudos de fuerza, presentación entrañable de personajes y viajes interestelares; la historia se convierte en una especie de triple capitulo de un potencial manga perdiendo el ritmo y la fluidez necesarios para ser un film en sí mismo. No solo se hace lenta sino que, además, pierde la capacidad emotiva ya que fuerza las escenas. Acabas por no meterte en la historia y si por un lado las situaciones te parecen naif, por ejemplo el hecho de que los niños asuman con tanta facilidad la existencia de aliens e incluso consigan empleos en la luna, por otro lado no llegas a creerte la madurez de éstos no sólo por sus amplios conocimientos sino también por sus razonamientos propios de personas mucho más experimentadas. Tal parece que los protagonistas compartan una especie de delirio colectivo más que una experiencia real porque todo lo que desean se cumple.

            Es una verdadera lástima que un producto con tan buenas expectativas no funcione y es que queda claro que por mucho que la animación esté bien hecha y la historia sea original, una mala dirección, quizás influenciada por propósitos comerciales, hace que un film te deje completamente frio.



Por Silvia Garcia Palacios