Un revival ochentero ataca de nuevo
Pixels (2015, Chris Columbus)

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Original

     Unificando referencias del cine de catástrofes con los juegos de arcade de la época de los ochenta, el director de “Harry Potter y la piedra filosofal” (2001) vuelve a las salas de cine con una comedia protagonizada por Adam sandler (“Sigueme el rollo”, 2011), Kevin James (“Niños grandes”, 2010), Josh Gad (“Jobs”, 2013), Michelle Monaghan (“Código Fuente”, 2011) y Peter Dinklage (“X-men: Días del futuro pasado”, 2014) acerca de un ataque alienígena bajo la forma de Space invaders, Asteroids, Centipede, Tetris, Pac-man o Donkey Kong entre muchos otros.


     A falta de temas originales, hollywood aprovecha cualquier moda de la que pueda aprovecharse en aras de atrapar a su público, en el caso que nos ocupa, usa ese sentimiento de añoranza de juventud de todos los que rozan o pasan de los cuarenta y jugaban “a las maquinitas”. Con esta premisa nace “Pixels”, un compendio de estereotipos y efectos visuales que no recuerda, por momentos, a “Los cazafantasmas” (Ivan Reitman, 1984) -salvando las distancias-. El film es una comedia en todos los sentidos que tiene la virtud de incluso reírse de sí misma, o por lo menos eso es lo que parece, tras incurrir en la exageración sin sentido, la falta de rigor o los gags que sólo se sustentan por las apariciones estelares. Teniendo en cuenta que Sandler está en el proyecto, nos decantamos por darle un voto de fe y definirla como una parodia del cine de desastres. De todas formas, la película está llena de chistes que los niños no van a entender y alusiones a videojuegos que sólo un gamer apreciará así que el target queda un poco difuminado.

 


     Esta aparente falta de concreción se ve reflejada, sin ir más lejos, en la propia promoción, donde se pueden encontrar fotos de escenas rodadas de diferente forma e incluso frases dichas por otros actores como la de “No contéis a nadie que he matado a un pitufo”. Incluso nos aventuramos a decir que el proceso de montaje ha estado lleno de problemas. A parte de las escenas de acción y efectos digitales, las cuales son excepcionales y muy enérgicas, el film pasa de escena a escena “normal” casi por inercia.

     Otra de las cosas que restan en “Pixels” es la aleatoriedad del guión en pro de la moda nolaniana que se ha instaurado en el “cine” de los últimos años, el: ¿porque? Porque mola. Esto la deja sin esos puntos para convertirse una película realmente divertida y saciante. Hay demasiados huecos incomprensibles y todo sale tan “bien” que provoca inverosimilitud al conjunto. Si lo anterior es una herramienta para continuar con esta parodia del género, no acaba de quedar claro y hace que el entretenimiento decaiga por pura carencia de lógica.

 


     De todas maneras, el golpe bajo de utilizar todo lo relacionado con Arcade hará que muchos se acerquen a ver la película y de seguro, no saldrán del todo decepcionados, pero el recuerdo del film no pasará de ahí.   



Por Silvia García Palacios