Casi de tapadillo llega a nuestras salas "Los hombres libres de Jones", la última película de Gary Ross protagonizada por Matthew McConaughey (“Mud”, 2012) y basada en hechos históricos durante la guerra civil estadounidense.
"The free state of Jones" se basa en la vida y obra de Newton Knight, un enfermero del ejército confederado que decide desertar y formar una milicia con otros desertores y esclavos fugados, hartos de ser utilizados de un modo u otro para el beneficio de los grandes señores del algodón. Ross pone el dedo en la llaga reivindicando la figura de Knight (considerado por muchos historiadores como un traidor y un delincuente) en un 2016 en el que todavía hay discusiones sobre el uso de la bandera confederada y aún hay quien tiene que salir a la calle a decir que las vidas de los negros también importan.
"Los hombres libres de Jones" se mueve en un engañoso doble tono, una apuesta arriesgada por parte del director, pero que acaba por ser el mayor lastre con el que carga el film. En su primera mitad -si exceptuamos unos cuantos flash-forwards sin más propósito que el de recordarnos que las cosas no mejoran- se nos presenta como una épica a caballo entre “Robin Hood” y “Braveheart”, en la que Knight y su grupo se enfrentan al ejército desde los pantanos. Esta es sin duda la mejor parte de la cinta, Ross -que también guioniza esta historia de Leonard Hartman- se despacha algunas escenas de acción bastante interesantes (sin dejar que la película derive hacia el género) reforzadas por la fuerza de los paisajes de Mississippi y el buen hacer de Benoit Delhomme como director de fotografía mientras que McConaughey maneja el timón con la firmeza y la entrega a la que nos tiene acostumbrados. Aquí Newton es el protagonista absoluto, se establece la relación con sus compañeros de fatigas, con su futura esposa Rachel (Gugu Mbatha-Raw, “Beyond the lights”, 2014) y su primera esposa Serena (Keri Rusell, “M:I III”, 2006) y Ross nos narra la escalada bélica que culmina cuando la guerra termina y Knight funda el estado libre de Jones que da título a la película, una especie de utopía donde no hay clases sociales que valgan y todo trabajador es dueño de lo que siembra.
Y entonces empieza la segunda parte, donde pasamos del drama bélico a la película histórica, y Mahershala Ali (“Los juegos del hambre: Sinsajo”, 2014) abandona el banquillo de los secundarios para cargar con gran parte del protagonismo en una nueva trama basada en la “reconstrucción”, las primeras elecciones negras o el nacimiento del Ku Klux Klan. Gary Ross desnuda a su cinta del heroísmo de la primera mitad para contarnos lo que pasa después, y aunque es de agradecer la valentía de añadir esa nota de desazón profundamente crítica (los ataques que está recibiendo en su propio país por ello son la mejor prueba de que ha acertado) no se puede obviar el hecho de que este pretendido anticlímax hace que el conjunto se resienta, sobre todo cuando llegados a cierto punto en el que el director parece decidido a tumbar las bases sobre las que ha construido su obra, que acaba siendo insatisfactoria como la historia misma.
Pese a todo, "Los hombres libres de Jones" es una apuesta interesante, una historia poco conocida fuera de Estados Unidos y Newton Knight es un personaje que merecía ser llevado a la gran pantalla por todo lo alto. Aunque, como la vida real, no todo acabe siendo como nos gustaría.