Western mutante
Logan (2017, James Mangold)

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Original

Con la tercera entrega del spin off de X-Men dedicado a Wolverine ha pasado algo gratamente inesperado: de verdad se siente que no habrá otra continuación. Haya o no la haya, se han molestado en crear un film con conclusión, toda una satisfacción para los tiempos absurdos que corren donde priva la cantidad frente la calidad.




“Logan” nos sitúa en un futuro no muy lejano en el que los mutantes están casi extintos. Nuestro protagonista, claramente envejecido, sobrevive como conductor de limusinas a caballo entre las fronteras de México y Estados Unidos, transportando a ricachones y jóvenes borrachos y a la postre, se ha convertido en el cuidador de un Charles Xavier senil incapaz de controlar sus poderes. El destino les alcanza cuando una misteriosa niña se cruza en su camino y han de escapar de las garras de una temible organización.



Con este argumento sencillo y aparentemente poco inusual, el film va articulándose con pasos afianzados dando al espectador-fan algo que siempre ha querido ver: un lobezno realmente sangriento y qué ocurre cuando los mutantes se hacen mayores. Por fin se puede disfrutar de unas matanzas como logan manda, atravesando cabezas, cortando extremidades y sin un ápice de piedad aunque estén protagonizadas, en su mayoría, por un lobo cansado y en baja forma, algo que ya se pudo degustar en “X-Men: Apocalipsis”, sin duda un preludio necesario para abrir el apetito con esta nueva película. Empero, lo más sorprendente es ser testigos del declive de esta presunta “evolución del ser humano”, Lobezno, siempre caracterizado por una fuerza animal descomunal, un ímpetu arrollador, ve cómo su energía está severamente mermada y más que vivir sobrevive a base de una férrea voluntad. Por su parte, Xavier sufre de ataques potencialmente letales para todo aquel que se encuentre cerca, cosa que sumada a una severa pérdida de memoria, no hacen de él más que un viejo gruñón venido a menos, una sombra de lo que fue sin esperanza.  



Lejos de exprimir en exclusiva el tema mutante, el film no se para sólo en contentar las expectativas de los seguidores de la saga sino que aprovecha la historia para “”colar” temas de relevancia actual, sin ir más lejos el candente tema fronterizo, la deslocalización de empresas, la prepotencia militar o la decadencia de la sociedad de consumo. Como si el decaimiento de los protagonistas fuera una metáfora de cómo el rechazo a lo diferente acaba por empujarnos al odio, la indiferencia y el egoísmo, “Logan” es capaz de ir más allá de las simples escenas de acción y cruce de poderes para acercarse a la profundidad que se encuentra en la literatura moderna que son los cómics. De hecho, en la película hay múltiples guiños acerca de cómo estas novelas gráficas no están tan alejadas de la realidad como parece.




Hugh Jackman (The Fountain, 2006) y Patrick Stewart (First Contact, 1996) se han marcado, bajo la notable batuta de James Mangold, un western crepuscular envuelto en una road movie en el que han sido tan valientes como para mostrar el ocaso de sus personajes fetiche, los aparentemente invulnerables Lobezno y Profesor Xavier; algo que coloca a estos semidioses a nuestro mismo nivel creando que empaticemos con ellos inevitablemente como simples mortales con sus aciertos y errores.     



Por Silvia García Palacios