En medio de las tensiones entre Netflix y Cannes, la plataforma online estrena como contenido original uno de los films más esperados por los fans de la Ciencia-Ficción: Blame (ブラム). Adaptación de la obra que hizo famoso al maestro mangaka Tsutomu Nihei (弐瓶勉), la cinta nos sitúa en uno de sus futuros post-apocalípticos en los que humanos, y a veces meta humanos, luchan por sobrevivir a sus propias creaciones. Niños ingenuos y vitales perdidos en una distopía tecnológica que tienen la facultad de retrotraer a más de uno a ese sentimiento de vacío existencialista tan familiar durante la adolescencia. Desde Blame (ブラム) a Sidonia no Kishi (シドニアの騎士), pasando por Biomega (バイオメガ), toda la obra de Nihei gira en torno a esos pequeños huérfanos salvajes fundidos con la máquina en un único organismo. La riqueza de los mundos creados por Nihei y el appeal de sus personajes está plenamente plasmado en esta adaptación a cargo de Poligon Pictures.
Enfrentados a la obra no nos queda más que reconocer que es sobre todo de un desmesurado preciosismo. Atrás quedaron los tiempos en que el CG de los Japoneses deslucía su por otro lado brillante industria de la animación. Poligon Pictures lleva ya unos años trabajando por trasladar todo el appeal del sakuga a los entornos digitales. Habiendo adaptado ya previamente otra de las obras capitales del autor, “Sidonia no Kishi”, con bastante gracia, han abordado este proyecto con unos nuevos estándares de calidad que hacen que la obra sea ante todo visualmente impactante. Destaca la fotografía con sus acertadas iluminaciones y encuadres así como el arte por sus paletas de color reducidas pero resultonas. La animación es comedida y muy alejada de los histrionismos que caracterizan últimamente a la animación americana. Destacar por otro lado, que siendo muy consciente del medio en que se iba a estrenar la cinta, el director Hiroyuki Seshita (瀬下寛之) optó por una composición de plano que funcione para los distintos tamaños de pantalla en que se pueda visualizar la obra. Así, un servidor ha visto la obra tanto en una pantalla de 27 pulgadas como en el formato reducido que supone la pantalla de iPhone y he de decir que la experiencia, aunque diferente, ha sido satisfactoria en ambos caso.
Quiero abordar, por último, la codificación genérica de la obra. Si bien todo parece indicarnos que estamos ante una obra de Ciencia-Ficción, un estudio más detallado pondrá en duda esta afirmación. Un pistolero duro y silencioso llega cual Clint Eastwood (“Por un puñado de dólares”, 1964) al precario asentamiento de colonos más allá de la frontera. Los colonos reaccionan con una mezcla de esperanza, desconfianza y miedo, pero una chica de gran corazón se acerca sin ningún tipo de reparo al héroe, ganando su corazón. El héroe vive atormentado por un oscuro y misterioso pasado. Aunque tiene su propia agenda que cumplir, llegado el momento no duda en sacrificarse para salvar a esa comunidad a la que parece despreciar…
Efectivamente, Blame tiene vocación inequívoca de Western. Y no es que no haya precedentes. Toda la saga de Mad Max viene haciéndolo desde hace mucho tiempo ya. Las tierras yermas y estériles de los lugares post-apocalípticos se pliegan con gracia y soltura a representar ese antiguo y salvaje Oeste. La historia siempre se repite.