Tras quince años rodando cortometrajes de la mano de la fantasía oscura, el director Paul Urkijo (Vitoria, 1984) cumple su sueño de dirigir un largometraje que ha ocupado seis de esos últimos años de experiencia y duro trabajo. Las varias selecciones y premios internacionales acumulados por sus últimas obras han dotado al cineasta de un notable reconocimiento, gracias a ello, ha podido disponer de los medios necesarios durante la realización de su primera película. Producida por el aclamado Álex de la Iglesia, "Errementari" (El herrero y el diablo) nos transporta a un pequeño pueblo de Álava en el siglo diecinueve, haciéndonos sentir partícipes de la tradición oral vasca como nuevos oyentes de la fábula del herrero: Patxi "Errementari".
El inicio del filme nos introduce en la historia con una serie de ilustraciones muy logradas que de dulce aunque inquietante manera recuerdan a cómo comenzaban los cuentos en antiguos largometrajes animados. Desde el principio, el hilo argumental se desarrolla de forma muy clara, permitiéndonos entrar en el universo del relato sin esfuerzo alguno y animándonos a centrar nuestra atención en la adecuada fotografía y el exquisito uso del sonido, que juega un importante papel durante toda la obra. La dosis de suspense durante las primeras secuencias resulta perfecta, mantiene en tensión al espectador y hace que sufra por el desarrollo de la narración, que se avecina trágico.
Por lo que al elenco protagonista se refiere, en "Errementari" se nos presenta a una dulce, astuta Uma Bracaglia interpretando a la niña protagonista Usue. Uma debuta en el mundo del cine y nos deja sin palabras. La construcción de su personaje está realmente lograda, es emocionante ver la fortaleza que reflejan los ojos de la joven actriz. El actor Eneko Sagardoy (“Handia”, 2017) da vida a otra de las figuras protagonistas del largo: el demonio Sartael. El juego presente en el desarrollo de este personaje es sin duda fascinante por el contraste entre su carácter malévolo incial y sus cada vez más entrevistos rasgos tiernos e incluso cómicos. Cerrando el triángulo, Kandido Uranga (“Vacas”, 1992) interpreta al herrero, figura que da nombre al cuento y que con una evolución de personaje realmente conseguida, no se queda atrás en términos de interpretación. Cabe también destacar la calidad de las interpretaciones del resto de actores y actrices, todas ellas contribuyentes a la atmósfera de la película deseada y sin duda conseguida.
La adaptación de la historia vasca del herrero en esta cinta es vivamente creativa y se lleva a cabo de la forma más delicada posible. Se nos da a conocer la figura del demonio desde su propio punto de vista, uno poco frecuente y que, por lo tanto, queda manifestado de forma fresca y original. El uso de efectos especiales y visuales, que caracterizan en gran parte la autoría del director en esta película, resulta único en momentos como los de las últimas secuencias. Urkijo ha cumplido sin duda alguna su deseo de hacer de "Errementari" un film de corazón auténtico. Oscura, dulcemente sombría e incluso cómica en varios momentos, esta obra cinematográfica es un verdadero logro del director.