La venganza está de moda
Confessions (2010, Tetsuya Nakashima)
A caballo entre la poderosa “All about Lily Chou Chou” (Riri Shushu no subete,2001) de Shunji Iwai por el estilismo escogido, cercano al videoclip y, en este caso, afin al carácter adolescente; y la inconmensurable “Love Exposure” (Ai no mukidashi, 2008) de Shion Sono -director, que, dicho sea de paso, ha acabado llevándose el primer premio del festival dentro de la sección casa asia con “Cold Fish”- no sólo por la, también, proximidad al espectador púber sino por la fuerza que adquieren los personajes en cuanto a las acciones que deciden llevar a cabo.
Confessions utiliza un argumento tan suculento como es el de la venganza de un profesor hacia sus alumnos diferenciándose, eso sí, de forma radical, al film que se nos viene instantáneamente a la cabeza: “Battle Royal” (Batoru rowaiaru) (Kinji Fukasaku, 2000). En este caso, el trágico fallecimiento de la hija de una profesora pone en marcha la mentalidad de “vendetta” de ésta cuyas consecuencias recaen en toda una clase y particularmente sobre los presuntos culpables.
Fiel al título que le da nombre, el film está estructurado a partir de una serie de confesiones por parte de los protagonistas de las que, en palabras del propio director “no te puedes fiar”, llegando a un punto en el que, efectivamente, el espectador no sabe qué pensar siéndole difícil distinguir entre lo falso y lo verdadero.
Teniendo en cuenta los referentes fílmicos de los cuales se nutre esta película es imposible dejar de pensar en que tiene grandes pretensiones, pretensiones que caen en saco roto ya que carece de la suficiente originalidad y talento tras la cámara como para llegar a despuntar de la forma deseada.
Por Silvia García Palacios
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