Lo que no renace
Dark Phoenix (2019, Simon Kinberg)

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Original

Tras el fiasco de "X-men 3" ha llovido lo suficiente como para retomar lo inacabado o mal hecho que aquella infame cinta nos dejó. Llega, tras un reboot de la saga, la tercera entrega de la nueva generación de los “hombres X”:“X-men Dark Phoenix”.


Dejando de lado la ya reiterada dinámica de prevenir desastres con aquello de “problemas de producción”, “se hicieron recortes del film”, “el cambio de dirección...”, bla, bla, bla… Hemos de valorar las obras como se nos presentan y por muchas excusas que hayan o se inventen por el camino, lo que queda, quedó. Pues bien, en esta ocasión lo que nos queda es un capítulo doble de serie bien conseguido pero mal exprimido. La película es lo que ninguna obra quisiera, mediocre.





Y es que no es ni buena ni mala, sino anodina en conjunto. Aun teniendo un potencial increíble, el novel realizador, Simon Kinberg, (¡pues antes sólo había dirigido un capítulo de Twilight Zone!) es incapaz de soportar toda la fuerza actoral que tiene entre sus manos e irónicamente al contrario que el personaje que da nombre al film, no es capaz, en definitiva, de controlar dicho poder. Estamos hablando de varios oscarizados, multipremiados y de lo mejorcito del panorama y si no me creéis a los hechos me remito: James McAvoy (“Split”, 2016), Michael Fassbender (“Shame”, 2011), Jennifer Lawrence (“El lado bueno de las cosas”, 2012), Nicholas Houl (“Mad Max:Fury”, 2015) o Jessica Chastain (“Marte”, 2015), aunque eso si, obviaremos a la joven Sophie Turner, aun en ciernes. Con este elenco de excepción el director sólo es capaz de acercar la cámara y captar lo ya excepcional que le dan sus actores sin llegar más a allá o tener una dirección clara, un despropósito que hace crea desconexión y una carencia de fluidez grave entre escenas.





Por lo que a la parte de las escenas de acción, no hay más queja que lo estandarizadas que son, incluso llegando a la estupidez de luchas a varias bandas que con un parpadeo de Charles Xavier se podrían solventar y que, para más inri, intentan “equilibrar” a los contrincantes más que con la fuerza real de cada personaje, con su “impacto comercial” para con los espectadores. Recordemos que tormenta es uno de los personajes más fuertes del equipo. En todo caso, cabe destacar las escenas de Magneto, las únicas en las que parece que ha habido un poco de creatividad a la hora de plantearlas. Lejos queda de esto todo lo que rodea a Phoenix Oscura.





Lo más confuso al tiempo que decepcionante es cómo se ha tratado el personaje, en teoría, central del film. Esta fuerza ilimitada, esta pura energía capaz de convertirse en la esencia de la creación es limitada a traumas infantiles, influencias extraterrestres, azares del tipo “Fantastic 4” y una decisión final tan innecesaria como mal desarrollada. Una pena para una adaptación tan esperada como esta. Por supuesto, no dudamos que es complicado abstraerse de la Tierra para llevarnos a niveles cósmicos, empero es difícil tragarse lo que ocurre en el film, no sólo por su inconsistencia con el cómic sino por cómo de naif está hecho.


En definitiva, no es peor de X-men 3, algo difícil de superar; ahora bien, “Dark Phoenix” tendrá un destino peor que aquella atrocidad, quedará relegada al olvido, un desperdicio, sin duda.







Por Silvia García Palacios