Si después de más de 100 películas podemos asegurar algo sobre Takashi Miike, es que uno nunca sabe por dónde va a salir. Y desde luego nadie se esperaba que su película 102 (o por ahí) fuera a ser la más accesible.
Pero este 'First Love' es con diferencia el trabajo más “fácil” de ver del maníaco nipón. Un ultra estilizado pulp donde Miike aún se las apaña para combinar acción, drama, comedia negra, slapstick sangriento y un toque de surrealismo y, aún así, firmar su obra más convencional.
Bajo un título que es un despiste en sí mismo, 'First Love' nos cuenta la historia de Leo, un joven boxeador al que diagnostican un enorme tumor que le deja con muy poco tiempo de vida y Mónica, una chica condenada a una vida de prostitución por las deudas de su padre (que se le aparece en alucinaciones, persiguiéndola en calzoncillos) con la yakuza. Cuando los caminos de ambos se cruzan, frustran sin querer el retorcido plan de un gangster local y desencadenan una guerra entre yakuzas, mafiosos chinos y policías corruptos, a cuál más violento, y a cual más estúpido.
Miike trata aquí de darle cierta coralidad a la historia, apartando el foco de los protagonistas principales para darle tiempo a algunos secundarios que se roban la función, especialmente en el caso de Kase, un mafioso digno de los Coen más sembrados cuyos planes hacían estallar carcajadas en la sala incluso antes de llevarse a cabo. Y si bien 'First Love' no acaba por tomar la forma de una verdadera película coral, sí se beneficia de los descansos que nos dan Leo y Mónica, unos personajes -demasiado buenos, demasiado planos- que intentan llevar la carga sentimental para dejar el desbarre en manos de los secundarios, auténticas estrellas de la cinta y protagonistas de los mejores momentos, que culminan cuando todos se llegan a ver las caras en un baño de sangre final donde el director se suelta el pelo y se le puede reconocer como el mismo tarado que perpetró 'City of Lost Souls' o (sin llegar a la locura final de ésta) 'Dead or Alive'.
Con un pie en el nuevo cine de acción asiático y el otro en el manganime que realmente triunfa en el país del Sol Naciente, 'First Love' funciona como la adaptación a imagen real de un cómic que nunca ha existido. Sencilla y ligera, ágil, violenta, absurda y tremendamente divertida, Takashi Miike toca en 'First Love' todos sus palos manteniendo un equilibrio que raras veces ha alcanzado, y firmando una película que convencerá tanto a sus fanáticos como a los neófitos. Quizás la 103ª película dé un giro y sea su mayor excentricidad (si es que puede superarse) o quizás siga por esta nueva senda y firme otra cinta de -relativamente- fácil consumo y sorprendente efectividad. No habrá que esperar mucho para averiguarlo. Pero con Takashi Miike, nunca se sabe.