Bond, Family Bond
No time to die (2021, Cary Joji Fukunaga)

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Original

Meses y meses de retraso convirtieron a esta última entrega de la saga Bond en una de las más esperadas. A este desasosiego provocado por la pandemia, se le sumaron todos los rumores de alguna forma casi también apocalípticos que devinieron de alguna que otra filtración del argumento. La espera ha llegado a su fin y efectivamente, no hay tiempo para morir…




Estructura y desarrollo siguen la misma dinámica. Escena de arranque trepidante al límite de las coreografías y peripecias a las que el cine de acción nos tiene acostumbrados, un núcleo en el que hay que averiguar qué está pasando -siempre se acerca al fin del mundo- y un desenlace que lleva hasta el enfrentamiento con el supervillano de turno -el cual suele siempre tener algo en el rostro sean incrustaciones, deformaciones u otros caracteres rudos-. Empero, como muchos bien sabréis, este Bond ha nacido para matar ciertos aspectos que definían, hasta el momento y en pro de ser fiel a los libros que le dieron vida, al personaje.  





El impertérrito conquistador y quasi invulnerable agente secreto con licencia para asesinar, perdón, matar, resulta que ha perdido todas aquellas cualidades que aunque demasiado bien avenidas con un pasado heteropatriarcal bien conformaban su sello personal. Ahora resulta un sentido padre de familia que deja pasar buenas oportunidades de sexo con desconocidos y que, a la postre, pierde su inmortalidad. Tres golpes demasiado fuertes para los fans, que durante el visionado del film se llevaban las manos a la cabeza y derramaban sendas lágrimas por una situación que no podían evitar o cambiar. Y es que últimamente, y concretamente el cine comercial, no deja de tocarnos los clásicos, transformándolo a voluntad sin ningún tipo de piedad con el pobre público cinéfilo, el cual ha tenido que soportar afrentas tan inenarrables como por ejemplo ver la muerte de todos los Skywalkers… El cine de acción no podía ser una excepción.





Las productoras se mueven con las mareas y pretendiendo ser “políticamente correctos” se enredan en conceptos tan arcaicos que erran su golpe de efecto provocando todo lo contrario, un producto, como en el caso que nos ocupa harto tradicional e insultantemente convencional. En todo caso, no podemos dejar de resaltar que estamos ante una notable película de acción en la que sus más de 2 horas de metraje pasan como si de un suspiro se tratara y eso contando con muchas escenas dramáticas. Esta despedida de Craig está a la altura de su paso por la saga y aunque el malote de turno no tenga muy claras sus intenciones, le ha hecho una buena contra. Queda en el aire por dónde querrán tirar los responsables después de las decisiones tomadas en “No time to die”, algo que, la verdad, aun no estando de acuerdo con ellas, no deja de atraer nuestra curiosidad. Esperemos un buen film de entretenimiento y no pidamos más de lo que se ofrece.



Por Silvia García Palacios