Sangre y carne
Piranha 3D (2010, Alexandre Aja)

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Original

La combinación de Aja con Berger y Nicotero no podía menos que convertirse en la gran orgía de muerte sangrienta del año. Piranha 3D muerde fuerte para, por méritos propios, entrar en la lista de “lo que no te puedes perder” si te gusta, como se dice en catalán, la sang i fetge   (combinación de palabras cuyo significado es gore y su traducción literal es: sangre e higado).

El estilo general nos recuerda por la parte de narración a tiburón, con un gracioso cameo por parte del Sr. Dreyfuss (Red. Robert Schwentke, 2010) que confirma sin lugar a dudas su inspiración jaquetona cinematográfica; y por la parte de comedia de terror, siguiendo siempre la línea del film de Spielberg, nos rememora sin esconderse, debido a las multiples referencias que añade a través de nombres y situaciones, a films ochenteros divertidamente desfasados como Braindead (Peter Jackson, 1992) o Viernes 13 (Sean S. Cunningham, 1980).

 Además, otro de los grandes alicientes del film del director del también aceptable remake de “Las colinas tienen ojos”, radica en su carencia de discreción.  Si lo que el público pide es carne y sangre, eso es exactamente lo que obtiene viendo el film. Por un lado tetas por doquier, incluyendo esos desnudos integrales sin venir a cuento y por otro, más vísceras de las que se puedan contar.

La elección de protagonistas no hace otra cosa que afianzar la intención de emular a “glorias del pasado”: Elisabeth Sue (El hombre sin sombra, 2000), encarnando al sheriff del film; Ving Rhames (Misión imposible 3, 2006), Christopher Lloyd (La familia Adams, 1991), encarnando, cómo no, al excéntrico científico o el menos conocido Jerry O’Connell (Cuenta conmigo, 1986).

Sin duda, estamos ante hora y media de diversión que va en aumento a cada minuto y que, muy a mi pesar, creo que se merece que la veamos en 3D, sobre todo, por las extraordinarias escenas subacuáticas, y no se le han de dar más vueltas, es sólo eso. Es más, ni siquiera vamos a entrar en sus fallos de guión, porque, en Piraña 3D, todo vale y no seré yo quien lo discuta.



Por Silvia Garcia Palacios