Dando un margen considerable, 15 años, dreamworks se ha enfrascado en revivir uno de sus éxitos más rotundos y estrenar “Cómo entrenar a tu dragón” en imagen real, un truquillo que Disney ha estado haciendo los últimos años insistentemente con más o menos impacto. Así pues, Desdentao vuelve para nuevas generaciones y personas que tienen ciertos prejuicios con las películas de animación.
Como era de esperar, estamos ante la misma película, el hijo del jefe del clan Vikingo que lleva años combatiendo monstruos alados resulta no tener esa sed de sangre y cuando conoce a un Furia Nocturna -entrañable- descubre que la convivencia es posible, demostrarlo será más complicado. Dos hilos claros, la relación paterno filial y la conciliación entre enemigos. En esta versión se ha potenciado algo más el primero de ellos que su original, aprovechando a un Gerard Budler que repite personaje y en detrimento del gancho principal, el dragón negro que nos enamoró en el 2010, alargando las escenas padre-hijo. Es comprensible teniendo en cuenta que es un film que ahonda en los problemas generacionales como la incomunicación y las expectativas parentales, pero en mi humilde opinión y teniendo en cuenta la tesitura mundial, mostrar cómo el acercamiento entre dos partes enquistadas por una guerra es posible gana por goleada como tema. El simple hecho de empatizar con el otro y verte reflejado es vital para romper una dinámica de destrucción mutua sin sentido.
Por lo demás, lo dicho, una copia de la versión de animación que quizás podría haber dado un paso más y marcar ciertas diferencias más acordes con los tiempos actuales, como la definición de la relación entre alado y humano que refiere al primero como mascota en vez de amigo. Llamar a los dragones mascotas se usa como coletilla final en comparativa con el tipo de mascotas que tiene el resto del mundo, “nosotros tenemos dragones”, pero el término denota una posesión y plantea dudas acerca de la propia percepción humanocentrista, ¿los escupe fuego deciden convivir y colaborar con el poblado? ¿o cambian un yugo mortal por otro de sumisión? Queda patente que son unos animales con una inteligencia elevada, nobles y sin resentimientos que pueden tomar sus propias decisiones, como la de coexistir con los Vikingos. Quizás pedimos peras a un olmo que no está preparado, pero las versiones nos dan la oportunidad de alejarnos del plagio posibilitando un espacio para la mejora, si no, ¿qué sentido tiene más allá de la recaudación? Aprovechemos el poder revolucionario del séptimo arte.
Un film correcto en ejecución en el que destacan las escenas de aprendizaje de vuelo sorteando montañas escarpadas y mostrando un impresionante landscape nórdico que hará las delicias de jóvenes adolescentes imaginando cómo sería montar un dragón tan majete como Desdentao. Un buen entretenimiento a revivir del que si tienes ganas de ver secuelas, ya las tenemos hechas. Ni tan mal.