La serpiente enamorada
The Sorcerer and the White Snake (2011, Ching Siu-Tung)

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Original

                Nos encontramos ante una película de las típicas salidas del celuloide chino. Una vez más, nos vienen con una historia épica de creencias ancestrales y amores imposibles. El simple hecho de que sigan fieles a su estilo es un punto a favor. Saben explotar lo que agrada al público (a un servidor también) y los avances en imagen y sonido hacen que cada vez sean más impactantes las secuencias realizadas. Solo tienes que sentarte y olvidarte por unas horas de lo terrenal y hacer volar tu imaginación, cosa segura si van acompañadas de una gran banda sonora como nos tienen acostumbrados estas producciones.

                "The sorcerer and the white snake", dirigida por Tony Ching Siu-Tung ("Una historia china de fantasmas", 1987), es una obra rebosante de creatividad y buen hacer, basada en la leyenda China sobre la serpiente blanca que nos lleva de nuevo a una historia de amor entre un mortal y una diosa (visto por ejemplo en "El Rey mono", 2001). En una película en la que no se puede diferenciar entre buenos y malos, sino que simplemente cada uno hace lo que le dicta su conciencia, tenemos los que podríamos llamar protagonistas: por una parte Jet Li (Hero, 2002), que encarna a Fa-hai el monje superior de una orden budista que atrapa a los demonios existentes para purificarlos; y por la otra tenemos a Eva Huang (Dragon Squad, 2005) la demonio que se transforma en la serpiente blanca y que se enamora de Xu Xian, un simple herborista que sueña con ser un buen médico-curandero, interpretado por Raymond Lam (conocido por numerosas series de televisión en China). Esta unión hombre-demonio creará un conflicto de creencias a Fa-hay (Jet Li) que se replanteará su modo de ver el mundo. La historia plasma una fábula china, que viene siendo un denominador común en las producciones de dicho país en los últimos 15 años, con la diferencia de que en esta ocasión tiene muchos puntos en común con la historia vivida entre los personajes principales (Tidus y Yuna) del juego japonés "Final Fantasy X".

                Por lo que se refiere a la factura técnica del film, destacan significativamente las coreografías de acción y los efectos especiales, y no es de extrañar, pues el director tiene la experiencia a su favor, ya que ha coreografiado las escenas de acción de películas tan brillantes como "Hero" (2003) y "La Casa de las Dagas Voladoras" (2004), ambas dirigidas por Zhang Yimou.

                Sólo me queda acabar deseando larga vida a la cinematografía china y que cada año nos sorprendan con películas tan logradas como la que un servidor osa criticar y, si me lo permitís, recomendar fervientemente que la veáis, pues pasaréis un buen rato.



Por Santiago Maroto