La nueva de Tom Hanks
Tan fuerte, tan cerca (2011, Stephen Daldry)

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Original

          Actualmente se puede decir que existe un tipo de cine que contiene una larga lista de títulos de género dramático. Del mismo modo que la fantasía y la ciencia ficción tuvieron su Serie B, el drama tiene actualmente algo que podría llamarse Serie Oscar: Una larga lista de títulos que, usualmente basados en novelas, optan cada año a diversas nominaciones de dichos premios y durante su visionado fuerzan al espectador a sacar la lágrima fácil.

          Extremely close & incredibly close (Tan fuerte, tan cerca en España) cumple los requisitos, de modo que se puede meter en ese saco junto con títulos como The descendants o Winter’s bone. Con la excepción de Billy Elliot, que también se llevó tres nominaciones, todas y cada una de las películas del director Stephen Daldry han sido nominadas a Mejor película. Así que, igual que con títulos de los Coen o de Scorsese, ésta última se ha dirigido sabiendo de antemano que recibiría al menos alguna que otra estatuilla.

          La prueba de ello se palpa desde el primer hasta el último fotograma. Sin desvelar ni un solo detalle importante de la sinopsis y diciendo que el protagonista es un niño especial, sin ninguna condición mental en particular (Asperger descartado) y que aprende a superar ciertas dificultades de la vida mientras escuchamos sus pensamientos con voz en off (lastre que tienen muchas adaptaciones de novelas), se intuye que cada diez minutos tocará una escena en la que el niño lo pasará mal, llorando o no, obligando al espectador a empatizar con él y sentirse mal también.

          Esto no quiere decir que la película sea mala o buena. Son simplemente características a tener en cuenta. El resultado final siempre dependerá del espectador, pero siempre viene bien ser consciente del tipo de película que se va a ver, cosa que no tiene nada que ver con saber la sinopsis o qué temas trata.

          Extremely close & incredibly close no llega a ser una película excesivamente manipuladora. Pese a ser un drama y contar con numerosas escenas lacrimógenas, no se revuelve ni reitera constantemente hasta la saciedad, si no que alterna sus partes tristes con momentos de optimismo. En otras palabras, teniendo al pequeño protagonista casi siempre en pantalla, la película va a su ritmo, tanto de pensamientos como de sentimientos.

          El pequeño reparto hace su trabajo más que correctamente, destacando las actuaciones del pequeño Thomas Horn en su primer papel y de Max von Sydow (Robin Hood, 2010), nominado al Oscar por Mejor actor secundario, con un personaje que no abre la boca durante toda la película. Tom Hanks y Sandra Bullock, que interpretan a los padres del pequeño, demuestran los años acumulados en su carrera ya sea para transmitir tanto un alegre optimismo como un triste pesimismo. Y John Goodman (The artist, 2011), que aparece a ratos, demuestra nuevamente que es capaz de participar en cualquier tipo de producción.

          En resumen, como ocurre con este tipo de títulos que dependen de la crítica y a pesar de haber pasado por los Oscar sin pena ni gloria, Extremely close & incredibly close es una película que puede tanto gustar mucho como parecer un derroche de lágrimas edulcoradas. Contiene una moraleja final que no descubre ni aporta algo novedoso y, al final, todo se queda en un recuerdo ante el cual no se sabe si sonreír, ponerse serio o apenas gesticular por la indiferencia. Pese a todo, no resulta extremadamente aburrida ni increíblemente hipócrita.



Por Ibán Granero