Espina clavada
Las flores de la guerra (2011, Zhang Yimou)

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Original

          Uno de los realizadores chinos con más reconocimiento internacional, Zhang Yimou (“La casa de las dagas voladoras”, 2004), presenta su nuevo proyecto: “Las flores de la guerra”.  La película, basada en la novela Las 13 rosas de Nanking de Yang Geling, nos sitúa en 1937, año de la invasión por parte del ejército japonés de la ciudad China de Nanking, en la cual se calcula que las fuerzas niponas asesinaron a cerca de 250.000 civiles, mataron a decenas de miles de soldados chinos y perpetraron 20.000 violaciones en lo que se recuerda como la Masacre o violación de Nanking.

 

          El director pone al frente del film a tres actores que, aún siendo noveles en la gran pantalla, consiguen un nivel interpretativo superior, relegando al mismísimo Christian Bale (El Maquinista, 2004) el cual, a pesar de ser el protagonista, no está a la altura emotiva que un guión como este requiere. Los tres actores a recordar son: Zhang Xinyi, en el papel de Shu, una de las estudiantes del convento que a su vez narra la historia en primera persona; Huang Tinyuan, como Goerge Chen, el único chico que queda a cargo del grupo de estudiantes después de la muerte del sacerdote; y la no menos importante, Ni Ni, que interpreta a Yu Mo, la jefa del grupo de cortesanas procedentes del barrio rojo que se verán obligadas a convivir con las estudiantes a causa de la destrucción de su cabaret. El argumento se desarrolla en una catedral protegida por el Reino unido donde el destino une a los cuatro protagonistas forzándoles a convivir y ayudarse, dejando a un lado sus diferencias éticas y motivaciones, con el fin de sobrevivir.

 

        En la historia, los personajes japoneses no tienen personalidad más allá de su brutalidad y sadismo, mientras que los chinos son heroicos, sacrificados y sensibles, algo que afecta a la credibilidad de los personajes en ambos bandos. Esta obvia unilateralidad no debe confundirse con el patriotismo exacerbado al que tanto nos han acostumbrado los largometrajes bélicos norteamericanos ya que, en los 141 minutos de metraje, sólo se hace mención una vez a “China” como nación y, a excepción de un personaje secundario (el último superviviente de un pelotón del ejército chino), ningún otro hace gala de un sentimiento de orgullo nacional que sirva como motivación para sus acciones. Sin embargo, uno de los grandes escollos del film, de cara a su distribución fuera de las fronteras chinas, es su carencia de contextualización histórica ya que, la gran mayoría de la audiencia internacional probablemente desconoce la existencia de este lamentable episodio, algo que generará cierta incomprensión ante “Las flores de la guerra”.

 

         Zhang Yimou, nos intenta conquistar con unos efectos especiales espectaculares y unas escenas violentas muy gráficas, a las que, lamentablemente, les falta profundidad. En muchas ocasiones busca el drama fácil, intentando en vano crear emoción, pero, al no conseguir una empatía con los personajes de la historia, llegan a parecer irrisorios.

 

          En resumidas cuentas, “Flores de Guerra”, una película que podría haber sido fuente de polémica por tratar un tema importante para la memoria histórica, será pasto de profanos del cine asiático y amantes del cine palomitero Hollywoodiense. Otra vez será.

 



Por Santiago Maroto