Miedo y asco en Florida
The paperboy (2012, Lee Daniels)

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Original

          Siendo claros: me cuesta pronunciarme sobre "El chico del periódico". El film de Lee Daniels (“Precious”, 2009), para empezar, ya nos llega con unos extraños precedentes: ¿De verdad la iba a dirigir Almodóvar? ¿Por qué unos hablan de un estruendoso abucheo en Cannes y otros dicen que fue bien recibida? ¿Por qué ni el póster, ni el reparto, ni el director, ni el argumento, ni el maldito título me dan una sola pista de lo que voy a ver?

 

          Hay que decir muchas cosas para hablar de "El chico del periódico". Podría empezar por contar de qué va. Véase: Una criada de color (Macy Gray. “Idlewild”, 2006) nos cuenta lo acontecido alrededor del asesinato del sheriff en el pueblo de Lately, Florida. Ella trabajaba para la familia Jansen, compuesta por WW (Scott Glenn. “El ultimátum de Bourne”, 2007), director de un periódico local, su mujer, su hijo pequeño Jack (Zac Efron. “17 otra vez”, 2009), que fue expulsado de la universidad y trabaja repartiendo periódicos, y el hermano mayor, Ward (Matthew McConaughey. “Tropic Thunder”, 2008), un prestigioso periodista que reside en Miami y regresa a casa con su compañero británico (David Oyelowo. “Jack Reacher”, 2012) para investigar el asesinato, convencido de la inocencia del acusado.

          Y ahora es cuando se vuelve raro…

          Para intentar esclarecer los hechos y acercarse al reo, un redneck llamado Hillary (John Cusack. “2012”, 2009), los reporteros se ponen en contacto con Charlotte (Nicole Kidman. “Australia”, 2008), una señora que se pasa la vida carteándose con presidiarios por todo el país y que cree haber encontrado en Hillary el amor de su vida.


          "Paperboy" acaba de arrancar… la pregunta a partir de aquí es ¿Dónde demonios lleva todo esto? Dos horas y pico después, sigues sin saberlo. Porque, aun teniendo que defenderla de las acusaciones de ser una basura insalvable, lo cierto es que la película de Daniels va cuesta abajo y sin frenos, convirtiendo el rocambolesco (¿De verdad esta historia ha pasado realmente?) material, que en otras manos sería una mina de oro, en un auténtico despropósito el cual, no teniendo bastante con su propia premisa, intenta saltar del drama al thriller, del trash a la comedia, y del primer amor adolescente al retrato social en un, eso sí, conseguidísimo, entorno raro, sucio, sudoroso y absolutamente decadente.

 

          Como ya he dicho, cuesta hablar sobre esta película. No pienso darle la razón a los que la han lapidado tan fieramente, pero no soy capaz de decir si me ha gustado o no. Habrá que ir por partes:

 

          Kidman está ESPECTACULAR, sin más. La australiana, a la que últimamente sólo se le veía lucir botox por cualquier alfombra roja, se mete de mierda hasta el cuello en el papel de una auténtica "white trash" que está como una cabra y que alcanza su cénit en su cara a cara con Cusack en una de las escenas más perturbadoras que he visto en una sala en mucho tiempo. Nos acostumbramos a que las estrellas, una vez alcanzado cierto status, nunca vuelvan a enfangarse en papeles tan sucios y complicados; sin embargo, aquí Kidman calla a sus detractores y, a alguno que otro, se les mea encima.

 


          McConaughey mantiene un registro parecido al de la extraña "Killer joe" (William Friedkin, 2011), quizás convencido de que los papeles de guaperas no le iban a llevar a ninguna parte. Se moja el culo y cumple bastante bien. Zac Efron, por su parte, no tiene mucho que hacer. El chico le pone intención y se aprecia ese intento de huída del estereotipo Disney que parecen poner en práctica todos los niños de la clásica factoría cuando crecen, pero Daniels parece más interesado en deleitarse con su paquete y restregarlo por la cara del espectador durante la mayor parte del metraje. Macy Gray pone voz a la narración, sin que quede muy claro por qué narra ella, e intenta hablarnos sobre la situación de la gente negra en la época como buenamente puede, que no es mucho. Acabo con John Cusack que, aparte de su participación en la guarrada con Kidman, se pasa la película poniendo cara de asqueroso y poco más. Sin duda, es el actor más perdido del reparto en un papel que, si no fuera por su actual éxito en la televisión, le habrían colado a Steve Buscemi (“Big Fish”, 2003).

 

          Le añadimos una acertada banda sonora con éxitos de la época y un score bastante normalito; una ambientación que es de lo mejor de la película; una duración algo excesiva; el desastroso intento del director de querer llevar la historia a todas partes a la vez; un guión que a ratos se deja de lado los puntos interesantes para buscar más elementos polémicos que meter en la batidora; y un final de esos de "tío, corta ya esto como sea" que indica que Daniels está más interesado en dar que hablar en determinadas escenas que en tratar la película como un todo conclusivo.

 

          En definitiva, "El chico del periódico" es una extraña combinación de géneros, aciertos y fatalidades que, pese a todo, se deja ver hasta el final. Inconstante, confusa, pretenciosa, enrarecida, pero, de algún modo, hipnótica. No voy a decir que es una buena película, pero no me sumo al abucheo de mis ilustres colegas. Pese a todo, una semana después de verla, aún le doy vueltas y pocas películas actuales logran eso. Así que para bien o para mal, creo que tengo que recomendar su visionado. Y si no os gusta, diré que no sé de lo que hablaba e, irónicamente, en gran parte, será cierto.



Por Isaac Mora